La Mancha verde y h¨²meda
Alamedas, carrizales y playas rebosantes de avifauna jalonan el alto Guadiana, en la provincia de Ciudad Real
Ruidera, seg¨²n la fama popular, tom¨® su nombre del fragor de las aguas del alto Guadiana precipit¨¢ndose en cascada de laguna en laguna, que es la ¨²nica ruidera que durante siglos pudo sentirse en el silencio lunar de mitad de La Mancha. No hubo otra, por lo menos, hasta 1960, en que desembarcaron en estas playas las hordas del Seat 600 y la pelota de Nivea, instituyendo una bullanga veraniega en la que hoy participan hasta 45.000 personas al d¨ªa, un ej¨¦rcito trapisondista que dir¨ªase salido de la agitada sesera de don Quijote, quien, por cierto, seg¨²n se cuenta en la segunda parte de su famosa historia, cap¨ªtulos XXII al XXIV, tambi¨¦n visit¨® Ruidera.
Con las primeras brumas, sin embargo, estas 15 lagunas recuperan su soledad sonora y, entre cascada y cascada, no se oyen otras voces que el pe-¨² del aguilucho lagunero, el cuaaac-cuaac-cuac del ¨¢nade real, el uuii-uu del silb¨®n, el furr-furr de la hembra en celo del pato colorado, el carr-carr de la se?ora del porr¨®n mo?uno, el graorr del somormujo lavanco, el doble uit del zampull¨ªn chico, el kraaj de las garzas reales e imperiales y el gorjeo de placer del excursionista que se pasea sin tropezarse en todo el d¨ªa con un solo b¨ªpedo implume, felicit¨¢ndose de que el gent¨ªo desaparezca en oto?o de la faz de La Mancha como el Guadiana en Argamasilla de Alba.
Entre cascada y cascada se oyen las voces del aguilucho, el ¨¢nade real y la garza
Aprovechando este momento, vamos a recorrer las seis lagunas que quedan al sur y m¨¢s cerca del pueblo de Ruidera. Para ello seguiremos la pista de tierra que nace junto a la se?al de inicio de poblaci¨®n, a la derecha seg¨²n se viene de Madrid, bordeando primero la laguna del Rey y luego la Colgada, que es la mayor de todas -tres kil¨®metros de largo por uno de m¨¢xima anchura- y tiene la particularidad de una isla unida por un puente de madera a la margen contraria. La isla, la arqueada pontezuela, las garzas y el a?ublo ma?anero componen una suerte de paisaje chino, salvando las distancias y el hecho de que aqu¨ª se comen gachas en vez de rollitos de primavera.
En media hora toparemos una portilla met¨¢lica que impide pasar a los veh¨ªculos, pero no as¨ª a nosotros, que continuaremos por la misma pista, avanzando entre el encinar del monte y los carrizales ribere?os, para adentrarnos enseguida en la profunda desembocadura del arroyo o ca?ada de las Hazadillas. All¨ª, en medio de una gran alameda donde llueven hojas doradas a c¨¢ntaros, perderemos de vista la laguna. No obstante, a una hora del inicio, o poco m¨¢s, llegaremos al punto en que la pista traza una cerrada curva a la izquierda, junto a un desv¨ªo expresamente prohibido y una tinada de muros blanqu¨ªsimos, para buscar de nuevo la orilla.
Sin apartarnos ya de las aguas, pasaremos a continuaci¨®n junto a las lagunas Batana, Santos Morcillo y Salvadora, que no pueden parangonarse con la Colgada en tama?o, pero s¨ª en belleza: la de sus frentes rocosos coronados de cascadas. Y as¨ª, tras dos horas largas de paseo, alcanzaremos otra portilla que se abre junto a la laguna La Lengua, la m¨¢s hermosa, con sus cantiles de rubia y fr¨¢gil roca tob¨¢cea asomados en voladizo sobre las aguas de color verde esmeralda. Si fuera verdad, como se lee en El Quijote, que las lagunas son las hijas y las sobrinas de una tal do?a Ruidera, v¨ªctimas de un hechizo de Merl¨ªn, ¨¦sta debi¨® de tener en su fase corp¨®rea una de esas miradas que derriten al m¨¢s fr¨ªo de los hombres.
El regreso, en algo menos de dos horas, lo haremos cruzando la barrera tob¨¢cea que contiene las aguas de La Lengua y siguiendo la carreterilla que lleva a Ruidera por la margen contraria de las lagunas. Chal¨¦s, hoteles, campings y clubes n¨¢uticos afean esta orilla, pero tambi¨¦n hay playas solitarias (en esta ¨¦poca, claro), ideales para zamparse el meollo nutricio del morral. Como postre, esta ruta nos ofrecer¨¢ la guinda de la cascada del Hundimiento. Originada por las riadas de 1545, esta espectacular ca¨ªda de agua arma sin duda la mayor ruidera de toda La Mancha. Para m¨¢s contraste, est¨¢ al lado del cementerio, que es puro silencio.
Actividades en el parque natural
- D¨®nde. Ruidera (provincia de Ciudad Real) dista 220 kil¨®metros de Madrid yendo por la carretera de Andaluc¨ªa (N-IV) y desvi¨¢ndose en Manzanares por la N-430 (direcci¨®n La Solana). Se puede aparcar en el cementerio; justo enfrente, al otro lado de la carretera, arranca la pista de tierra por la que hay que echarse a caminar.
- Cu¨¢ndo. Oto?o e invierno son las ¨¦pocas de menor afluencia de visitantes y de mayor concentraci¨®n de aves en las lagunas de Ruidera. Estas estaciones son, por tanto, las mejores para efectuar la ruta circular que proponemos, que consta de 14 kil¨®metros y unas cuatro horas de duraci¨®n, completamente llana y con una dificultad baja.
- Qui¨¦n. Per Agrum Hispania (Avda. de Castilla-La Mancha, 28; Ruidera; tel¨¦fono 926 528 104) desarrolla en las lagunas numerosas actividades: senderismo, paseos en barca, itinerarios ornitol¨®gicos y bot¨¢nicos, fotograf¨ªa... Tambi¨¦n se organizan rutas para grupos en el centro de informaci¨®n del parque natural (tel¨¦fono 926 528 116).
- Y qu¨¦ m¨¢s. Cartograf¨ªa: datos contenidos en la hoja 21-31 del Servicio Geogr¨¢fico del Ej¨¦rcito o la equivalente (787) del Instituto Geogr¨¢fico Nacional. Para comer y dormir, la mejor opci¨®n es el hotel restaurante Albamanj¨®n (Laguna de San Pedro, 16; Ossa de Montiel; tel¨¦fono 926 699 048).
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