C¨®modo y refinado
El Mazda RX-8 tiene la l¨ªnea atrevida de los biplazas m¨¢s originales. Esta impresi¨®n se mantiene por dentro, con un dise?o muy deportivo, asientos delanteros de carreras y muchos detalles curiosos. Sin embargo, basta mirar atr¨¢s para ver que cuenta con cuatro plazas utilizables y puede cumplir incluso como familiar.
?ltima evoluci¨®n del motor rotativo
El RX-8 sigue la tradici¨®n de Mazda y monta un motor rotativo de gasolina muy original y evolucionado que tiene poco que ver con los propulsores convencionales: el pist¨®n es un rotor que gira en el centro de una c¨¢mara oval y no lleva v¨¢lvulas ni cig¨¹e?al. Esta arquitectura permite eliminar muchas piezas y reduce el tama?o y el peso: con poco m¨¢s de 1.300cc ofrece 231 CV. Sin embargo, es una tecnolog¨ªa abandonada por las dem¨¢s marcas y tiene unos consumos y emisiones superiores a los motores normales.
La ¨²ltima versi¨®n que monta el RX-8 se llama Renesis y, al contrario que la del anterior RX-7, no lleva turbo, pero cuenta con dos rotores gemelos que reducen al m¨ªnimo las vibraciones. Aparte de su originalidad, lo importante es que ofrece una elasticidad muy buena y, con la ayuda de un cambio de seis marchas bien escalonadas, responde con br¨ªo desde el ralent¨ª y se estira hasta casi 9.000 vueltas. As¨ª, tiene nervio en las marchas cortas y despu¨¦s, aunque no destaca por su fuerza y poder¨ªo, ofrece unas prestaciones brillantes y es muy f¨¢cil de conducir. Adem¨¢s suena como un reactor y entusiasma al conductor: parece que no se acaba nunca porque emite un silbido fino y excitante que se hace m¨¢s agudo seg¨²n sube de vueltas.
El aspecto menos positivo es el consumo, alto y muy variable. A ritmos tranquilos es dif¨ªcil bajar de 10 litros, en ciudad sube a 15 y puede pasar de 17 si se estiran las marchas en conducci¨®n r¨¢pida.
F¨¢cil, confortable y divertido
Las medidas compactas, el menor peso del motor rotativo y la propulsi¨®n a las ruedas traseras permiten lograr un reparto de pesos ideal entre los dos ejes (50-50). El resultado es un comportamiento din¨¢mico muy bueno, con una estabilidad noble y unas reacciones equilibradas. El RX-8 se conduce con dos dedos y tiene un tacto de terciopelo muy reconfortante: los mandos son suaves y precisos, apenas exige esfuerzo y permite disfrutar mucho cuando se conduce.
Sorprende el buen compromiso de las suspensiones porque, a pesar de tratarse de un deportivo, tienen unos recorridos amplios y filtran muy bien sin sacrificar la eficacia en curva: obedece al volante con precisi¨®n, no acusa balanceos laterales y responde con agilidad y aplomo en todos los trazados, sean virados o r¨¢pidos. Adem¨¢s incluye todas las ayudas electr¨®nicas a la conducci¨®n: ABS, control de estabilidad (DSC en Mazda) y un autoblocante que elimina las p¨¦rdidas de tracci¨®n. Y, aparte de ofrecer el confort de una berlina en los viajes, el RX-8 tiene unos frenos a toda prueba.
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