El 'Simeone' tranquilo
Battaglia, de 23 a?os, uno de los centrocampistas con m¨¢s futuro de Argentina, encuentra cobijo en el Villarreal a cambio de 2,5 millones de euros
Malditos sat¨¦lites esp¨ªas. En otros tiempos, Sebasti¨¢n Battaglia, de 23 a?os, centrocampista del Boca Juniors, no se habr¨ªa marchado tan joven al Villarreal, que ha comprado ahora la mitad del valor de su pase por unos 2.500.000 euros. Como no es un goleador, tampoco un portero de acciones espectaculares, ni un media punta de los que deslumbran por sus apariciones geniales, le habr¨ªan descubierto probablemente en la Copa del Mundo de 2006, a la que seguramente llegar¨¢ como titular si el equipo argentino se clasifica y el silencioso y humilde Sebas, como le llaman los compa?eros, sigue como hasta ahora.
Ya no se cometen errores serios ni en el pron¨®stico del clima ni en el f¨²tbol. Te anuncian tormentas y la lluvia llega puntualmente a la cita. El comprador dice "¨¦se" y es ¨¦se y no otro el que juega bien, el que se quieren llevar, el que se va. Pero es que, con esos ojos de mosca mirando todos los partidos del mundo y retransmiti¨¦ndolos constantemente, c¨®mo ocultar por demasiado tiempo a un jugador as¨ª. Es un ocho cl¨¢sico del f¨²tbol argentino, una versi¨®n m¨¢s calmada y segura del Simeone de sus comienzos. Con un temperamento que no desborda como el del Cholo, pero tampoco declina. ?l mete, calla y juega. Al Sebas s¨®lo le expulsaron dos veces del campo en cuatro a?os. Es el fiel de la balanza, el que equilibra a todo el equipo. Releva a los compa?eros en la defensa y se ofrece a los delanteros cuando no saben a qui¨¦n darle el bal¨®n. Sale y llega tocando. Ha convertido y salvado goles, remata bien de cabeza. No es de los que pueden cargarse a un equipo al hombro, pero s¨ª de los que se hacen imprescindibles.
Con 18 a?os tuvo una grave lesi¨®n que le dot¨® de una sabidur¨ªa impropia de su edad
Alto, 1,80 metros de estatura, de f¨ªsico resistente a pesar de una seria lesi¨®n de ligamentos que retras¨® en parte su consagraci¨®n, luego de una destacada presentaci¨®n a los 18 a?os en la Primera Divisi¨®n con el Boca. Sin embargo, aquella desgracia le termin¨® de templar el car¨¢cter y le dot¨® de una sabidur¨ªa impropia de su edad. ?l parece de acuerdo cuando recuerda y dice: "Seguro, fueron ocho meses de recuperaci¨®n y no llevaba ni un a?o en la Primera Divisi¨®n. A m¨ª siempre me cost¨® m¨¢s todo. Yo llegu¨¦ al Boca con 15 a?os, me vine de Santa Fe y ya antes, por una cosa o por otra, me hab¨ªa ido mal en el Rosario Central, en el Newell's y en el San Lorenzo. Cuando me hablaron de venir a Boca no tuve dudas. Me qued¨¦ solo ac¨¢, viviendo en la pensi¨®n del club, con un mont¨®n de pibes, de los que llegamos muy pocos".
Siempre fue m¨¢s grande que lo que aparentaba su edad. Es un hombre ahora cuando todav¨ªa podr¨ªa ser considerado un chaval. Era un ni?o todav¨ªa, con siete u ocho a?os, al que llamaban El Enano porque jugaba con los que casi le doblaban la edad en la periferia de la capital de la provincia de Santa Fe, al noroeste de Buenos Aires. Por entonces se reconoc¨ªa fan¨¢tico del Col¨®n, uno de los dos equipos m¨¢s populares de Santa Fe.
Sab¨ªa mucho ya a los 15 a?os, pero Jorge Griffa, aquel inolvidable defensa de, entre otros, el Atl¨¦tico de Madrid, le amas¨® en la cantera del Boca y Carlos Bianchi le dio el golpe de horno necesario en la Primera Divisi¨®n. En tres a?os gan¨® cinco t¨ªtulos, fue dos veces campe¨®n de Liga, tres de la Copa Libertadores de Am¨¦rica, una Intercontinental frente al Real Madrid en Tokio, y ahora que se marcha le queda como sue?o recorrer el camino de Pablo Aimar o Javier Saviola en la selecci¨®n de Argentina.
Esa sucursal del Boca en la que se ha convertido el Villarreal, por el que ya han pasado en los ¨²ltimos a?os Mart¨ªn Palermo, Cagna, Gustavo Barros Schelotto; donde sigue Arruabarrena, y al que llegaron Coloccini y Riquelme, es el equipo ideal para Battaglia, ex compa?ero de todos ellos, un tipo tranquilo y sereno, que se instalar¨¢ en la ciudad castellonense con su esposa y su hija, Camila. En el Boca era uno de los jugadores m¨¢s queridos por los aficionados, si no el que m¨¢s, a pesar de la idolatr¨ªa que despierta la gran estrella del equipo, Carlos T¨¦vez. En poco tiempo tambi¨¦n se ganar¨¢ all¨ª el coraz¨®n de todos. Benditos sat¨¦lites que permitir¨¢n seguirle desde aqu¨ª por televisi¨®n.
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