Nunca M¨¢is re¨²ne a 40.000 personas para "mantener viva la memoria"

El cielo fue clemente por una vez, se abri¨® despu¨¦s de dos d¨ªas de descarga incesante, y Nunca M¨¢is pudo alzar su clamor sin parapetarse bajo el paraguas. La plataforma que encabez¨® la contestaci¨®n ciudadana a la cat¨¢strofe del Prestige demostr¨® ayer que conserva su poder de convocatoria m¨¢s all¨¢ de la conmoci¨®n social de los primeros d¨ªas. Los dirigentes del movimiento que el d¨ªa anterior a¨²n albergaban ciertas dudas quedaron m¨¢s que satisfechos al ver que la gran explanada de la plaza del Obradoiro de Santiago de Compostela volv¨ªa a quedarse peque?a para acoger a la muchedumbre.

La manifestaci¨®n, convocada para "mantener viva la memoria" del desastre, congreg¨® unas 40.000 personas, seg¨²n la polic¨ªa local, y 150.000, en versi¨®n de los organizadores.

Nadie esperaba que se repitiese la jornada hist¨®rica del 1 de diciembre de 2002, cuando, bajo una lluvia copiosa y tozuda, un torrente de m¨¢s de 150.000 paraguas inund¨® el casco hist¨®rico de Santiago. El choque emocional de aquellos d¨ªas se ha sofocado con el tiempo, y esta vez Nunca M¨¢is se conformaba con llenar el Obradoiro como en su ¨²ltima gran manifestaci¨®n, el pasado 25 de julio, para protestar contra la concesi¨®n al ministro de Fomento, Francisco ?lvarez-Cascos, de la medalla de oro de Galicia. Pero el primer aniversario del desastre agit¨® viejas emociones, y mucha gente se qued¨® sin acceder a la gran plaza situada al pie de la catedral.

Casi hora y media despu¨¦s de que saliese la cabecera, cuando ya se pronunciaban los discursos finales, la cola a¨²n empezaba a andar. Pese a la ya cl¨¢sica abundancia de banderas nacionalistas, la manifestaci¨®n volvi¨® a mostrar un grupo humano muy heterog¨¦neo, en el que los s¨ªmbolos partidistas eran minoritarios. Tambi¨¦n se sum¨® gente de otras partes de Espa?a, seg¨²n atestiguaba alguna bandera de Castilla y Le¨®n, pancartas con lemas tan improbables como "Palam¨®s con Galicia" o el acento de las se?oras que rogaban al escritor Manuel Rivas que no omitiese el recuerdo a los voluntarios.

La riada humana, comandada por los artistas integrados en Nunca M¨¢is, volvi¨® a exhibir la iconograf¨ªa m¨¢s carnavalera. En las primeras filas, junto a un enorme drag¨®n de goma, desfilaban grandes barajas emulando las que reparti¨® EE UU en Irak con las fotograf¨ªas de los pr¨®fugos m¨¢s buscados. En este caso las caras eran las de las autoridades que gestionaron el desastre. Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar aparec¨ªa como una sota sonriente y ?lvarez-Cascos a lomos del caballo de bastos. A Francisco V¨¢zquez, alcalde socialista de A Coru?a, recientemente condecorado por Aznar y muy cr¨ªtico con Nunca M¨¢is, le adjudicaron el personaje del comod¨ªn. A los c¨¢nticos m¨¢s repetidos en los ¨²ltimos meses se a?adieron algunos nuevos como "Mariano Rajoy, ?qu¨¦ mentira nos cuentas hoy?" o "Fraga, atiende, Galicia no se vende".

Aunque en segundo plano, la marcha tuvo, por supuesto, su representaci¨®n pol¨ªtica y hasta obr¨® el peque?o milagro de que nacionalistas y socialistas, enredados estos d¨ªas en una espiral de enfrentamientos tras el fracaso de sus acuerdos municipales, caminasen juntos en aparente camarader¨ªa. El l¨ªder del PSdeG-PSOE, Emilio P¨¦rez Touri?o, prefiri¨® estar en Barcelona siguiendo el desenlace de las elecciones catalanas y envi¨® a su n¨²mero dos, Ant¨®n Louro. Del BNG estaba toda la c¨²pula, encabezada por su actual l¨ªder, Xos¨¦ Manuel Beiras, y los dos candidatos a sucederle, Anxo Quintana y Camilo Nogueira. Cerca de ellos, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, el ¨²nico pol¨ªtico nacional que acudi¨®.

Interrumpidos por los gritos de "nunca m¨¢is", "incompetencia" o "dimisi¨®n", Manuel Rivas y el actor Luis Tosar leyeron el manifiesto final, llamado "de las nueve olas". Eran las olas de la dignidad, la memoria, la verdad, la solidaridad, la seguridad, la libertad, la esperanza y la "ola constructiva", porque "los destructivos son ellos, estos gobernantes". Rivas y Tosar clamaron contra esas autoridades que "mostraron tanta incompetencia como hostilidad a la ciudadan¨ªa" y que todav¨ªa hoy, seg¨²n Nunca M¨¢is, siguen actuando "sin autocr¨ªtica, sin capacidad, sin escr¨²pulos, sin verg¨¹enza y sin respeto por su pueblo, ni siquiera por quien los vota". "Nunca M¨¢is no pertenece al calendario de las derrotas, sino que expresa a un pueblo que emergi¨® de los naufragios", clamo Rivas, antes de la frase de despedida: "Un a?o despu¨¦s, por el mar, por la dignidad".