El teorema de la victoria
El recuento de las papeletas del domingo en Catalu?a volvi¨® a demostrar, como hab¨ªa sucedido un mes antes cuando los comicios de la Comunidad de Madrid, que no pesa lo mismo un kilo de paja que un kilo de plomo, que las papeletas del PSC-PSOE son m¨¢s livianas y por eso flotan en las urnas y se computan por adelantado mientras que las de CiU caen al fondo del recipiente por la fuerza de gravedad y aparecen las ¨²ltimas. Por eso, cuando apenas iba escrutado el 5% de los votos emitidos a los socialistas se les atribu¨ªan 50 esca?os y enseguida con el 7% se a?ad¨ªa uno m¨¢s, pero a partir de ah¨ª la impecable cadencia de los porcentajes sucesivos, sin trampa ni cart¨®n, ni apagones inform¨¢ticos iba mermando de manera uniforme la representaci¨®n parlamentaria de los primeros y engrandeciendo la de los segundos, hasta invertir la situaci¨®n y dejar con 42 al PSC y con 46 a CiU. Los otros contendientes ERC, PP e Iniciativa Per Catalunya parec¨ªan disueltos en proporci¨®n invariable sin formar grumos en la papilla electoral.
Explican los soci¨®logos avezados que las actitudes se configuran en relaci¨®n con las expectativas y por eso, el p¨²blico de a pie que segu¨ªa la progresi¨®n de los resultados tomados al o¨ªdo como los n¨²meros premiados de la Loter¨ªa de Navidad iba form¨¢ndose una idea propia de las victorias y de las derrotas de la noche. Otra cosa muy distinta fueron las interpretaciones aportadas por los l¨ªderes de las diferentes formaciones y las que deber¨ªamos reclamar enseguida a las empresas de encuestas desviadas de nuevo en sus pron¨®sticos de manera abismal. En las sedes de Barcelona y de Madrid todos los comparecientes, salvo Rajoy que acostumbra a retirarse temprano, mostraron valiosas habilidades para presentar las cifras finales del escrutinio en ingeniosa comparaci¨®n con otras anteriores, globales o laterales, capaces de permitirles reclamar el triunfo para sus colores partidarios. Ninguno conjug¨® el verbo dimitir. Sin duda el sentido de la responsabilidad se lo imped¨ªa. Reconozcamos que algunas de esas demostraciones victoriosas ofrecidas avanzada la noche estaban revestidas de esa elegancia matem¨¢tica que distingu¨ªa a Lagrange. Como explica Andr¨¦ Weil en su libro Memorias de aprendizaje (Ediciones Nivola, Madrid) cualquier matem¨¢tico digno de ese nombre ha pasado, aunque a veces s¨®lo en contadas ocasiones, por esos estados de exaltaci¨®n l¨²cida en los que las ideas se encadenan como por milagro y en los que el inconsciente parece jugar su papel. En esa situaci¨®n deb¨ªa encontrarse nuestro autor cuando desde Aligarh telegrafi¨® a su amigo Vijayaraghavan en Dacca "New theory of functions of several complex variables born today" a lo que su destinatario respondi¨® "Congratulations. Wire mother's health".
En definitiva, es admirable la manera en que proliferan los especialistas de nocturnidades electorales adiestrados en presentar ocasos con resplandores de aurora. Salen al ruedo, siguiendo a Juan Belmonte (v¨¦ase el libro de Manuel Chaves Nogales, Juan Belmonte, matador de toros, Alianza Editorial, Madrid), como el matem¨¢tico que se asoma a un encerado para hacer la demostraci¨®n de un teorema. Seg¨²n el maestro, cuando ¨¦l lleg¨® el toreo se reg¨ªa por el axioma de Lagartijo: te pones aqu¨ª; que viene el toro, te quitas tu; que no te quitas tu, te quita el toro. Pero el terremoto de Triana vino a declarar superflua la matem¨¢tica de los distintos terrenos del toro y del torero y termin¨® proclamando que todos los terrenos son del torero, ¨²nico ser inteligente que entra en juego y que se queda con todo. Tambi¨¦n los l¨ªderes de los partidos apuestan por sortear la embestida de los datos incontrovertibles y se entregan al manejo con arte de los enga?os.
De vuelta a la Monumental de Barcelona y a la de las Ventas conviene observar la complacencia del PP m¨¢s que en sus resultados, inferiores a los obtenidos por el postergado Alejo Vidal Cuadras, en el retroceso de los socialistas. Pero de Catalu?a queda tambi¨¦n la lecci¨®n permanente del aznarismo sin cuya actitud los resultados de Esquerra Republicana ser¨ªan inexplicables. Porque de nuevo hemos visto que los aznares imposibilitan todo lo que propugnan, favorecen todo lo que aborrecen y exacerban todo lo que detestan. Menuda Espa?a de antagonismos nos preparan para despu¨¦s de marzo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.