El ascenso de los ultranacionalistas complica la normalizaci¨®n democr¨¢tica en Serbia
Un 46% de los electores vot¨® por el heredero pol¨ªtico de Vojislav Seselj, procesado en La Haya
Pocos serbios acudieron a votar el domingo en las elecciones presidenciales, un 38,5% del censo, pero de ellos la mayor¨ªa, un 46%, opt¨® por el candidato ultranacionalista. A pesar de que los comicios fueron invalidados porque la ley obliga a la participaci¨®n del 50%, la victoria de Tomislav Nikolic signific¨® un duro rev¨¦s para los sectores democr¨¢ticos de Serbia y cay¨® como un jarro de agua fr¨ªa en las embajadas occidentales y en las sedes de los organismos internacionales en Belgrado. El ascenso del l¨ªder del Partido Radical Serbio, una formaci¨®n que fue aliada del r¨¦gimen de Slobodan Milosevic durante las guerras de los noventa, augura negros presagios para las elecciones parlamentarias del 28 de diciembre. Todas las encuestas otorgaban el triunfo a Dragoljub Micunovic, presidente del Parlamento federal de Serbia y Montenegro, y un profesor universitario de indiscutible prestigio democr¨¢tico. Nadie dudaba de que ser¨ªa el candidato m¨¢s votado, mientras la inc¨®gnita principal resid¨ªa en la participaci¨®n tras dos intentos fallidos de elegir un presidente en el oto?o de 2002.
La presidencia interina de Serbia la ocupa la responsable del Parlamento, Natasha Micic, desde que el anterior presidente, Milan Milutinovic, se viera obligado a comparecer ante el Tribunal de La Haya hace algo m¨¢s de un a?o, acusado de cr¨ªmenes de guerra. Si bien el cargo de presidente de Serbia tiene un car¨¢cter de arbitraje y representaci¨®n y no incluye poderes ejecutivos, los comicios del domingo representaban un term¨®metro del clima pol¨ªtico en v¨ªsperas de las elecciones parlamentarias. El hast¨ªo de buena parte de la poblaci¨®n por la crisis econ¨®mica y por la creciente corrupci¨®n y el llamamiento a la abstenci¨®n de fuerzas parlamentarias importantes como el Partido Democr¨¢tico de Serbia (PDS), de Vojislav Kostunica, explican que la mayor¨ªa de los serbios diera la espalda a las urnas. La abstenci¨®n fue mayor en Belgrado y en otras grandes ciudades que en las zonas rurales, en una muestra de que los sectores urbanos sufren un gran desencanto por la ausencia de cambios en sus condiciones de vida y de trabajo, tres a?os despu¨¦s de la ca¨ªda de Milosevic.
Fracaso para el pa¨ªs
Con gesto austero y trascendente, Tomislav Nikolic -heredero pol¨ªtico del ultranacionalista Vojislav Seselj, procesado en La Haya- manifest¨® el domingo que "los resultados son un gran triunfo de las fuerzas patri¨®ticas y significan la victoria del lobby antiLa Haya". "Los ciudadanos serbios han enviado un claro mensaje de que ya no quieren que nadie les humille", a?adi¨® en su comparecencia p¨²blica. Grupos de partidarios de Nikolic recorrieron la noche del domingo, al ritmo estruendoso de las sirenas de sus coches, algunas zonas de Belgrado para celebrar los resultados. La cara amarga de la noche electoral la ofreci¨® Micunovic, un candidato que fue apoyado por una parte de la actual coalici¨®n gubernamental que derrot¨® a Milosevic en 2000. El viejo profesor reconoci¨® que los resultados de las elecciones significan un fracaso para Serbia tanto por la elevada abstenci¨®n como por la victoria de los radicales ultranacionalistas.
Con un electorado fiel y con el respaldo de sectores que apoyaron a Milosevic durante los noventa, los radicales serbios pueden jugar un papel decisivo en la configuraci¨®n del Parlamento que surja en diciembre y que debe redactar una nueva Constituci¨®n. No conviene olvidar que la actual fragmentaci¨®n del que fuera todopoderoso Partido Socialista de Serbia, de Milosevic, favorece las expectativas de los ultranacionalistas. Este previsible ascenso puede restar posibilidades a fuerzas democr¨¢ticas y renovadoras como el Partido Democr¨¢tico de Serbia, de Kostunica; el Partido Dem¨®crata, del asesinado primer ministro Zoran Djindjic, y del G17, una formaci¨®n integrada por t¨¦cnicos y profesionales prooccidentales.
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