Zapatero

La celeridad con que los dirigentes del socialismo espa?ol han salido a explicar el fen¨®meno de su en¨¦sima derrota en las elecciones auton¨®micas catalanas mueve ya a la compasi¨®n. ?Nada menos que Aznar tiene la culpa del crecimiento de los votos del nacionalismo radical, y la pol¨ªtica del PP es la causa del avance del independentismo! Acostumbrados a la verborrea pat¨¦tica del l¨ªder socialista espa?ol el traslado de la responsabilidad pol¨ªtica de su derrota en Catalu?a a Aznar rebasa toda mesura y decencia.

Cuando se pierde, se acepta la derrota; y cuando un sistema electoral injusto y falsamente proporcional conduce a una caprichosa traducci¨®n en esca?os, las derrotas se matizan solas y no es menester ocultarlas. Todo ello, claro est¨¢, independientemente de quien formar¨¢ finalmente gobierno; porque ?qu¨¦ nueva pirueta dial¨¦ctica har¨ªa suya Zapatero si Maragall formase gobierno con el resto del espectro de izquierda catal¨¢n? Volviendo, pues, al asunto, conviene refrescarle la memoria al l¨ªder del socialismo espa?ol, y, de paso, a los que hu¨¦rfanos de argumentos repiten como clones las sagaces impresiones sobre la realidad que asaltan a Rodr¨ªguez Zapatero cada vez que la derrota irrumpe en su alacena.

Primero. Los mejores resultados del BNG se debieron sin ning¨²n g¨¦nero de dudas a las diferentes secuencias de la crisis galopante del PSOE en Galicia y en Espa?a y, al parecer, ya habr¨ªan tocado techo en las recientes municipales del pasado mes de mayo.

Segundo. La radicalizaci¨®n del PNV no es de ahora, pues coincide en el tiempo con el abandono del gobierno de coalici¨®n PNV-PSE en Euskadi por parte del PSOE vasco y su alineamiento con la pol¨ªtica dura que all¨ª ha protagonizado Mayor Oreja.

Y Tercero. El ascenso vertiginoso de ERC en estas auton¨®micas es, a mi modesto entender, una consecuencia directa de tres factores: su ¨¦xito reciente en las municipales (412.802 votos frente a los 224.955 del 99), la reubicaci¨®n de una parte del electorado nacionalista catal¨¢n ante el final de la era Pujol, y la deriva que Maragall ha impuesto al socialismo catal¨¢n al no aclarar con diafanidad si ped¨ªa el voto (no nacionalista) de la izquierda para ese eufemismo del federalismo asim¨¦trico, o si, en realidad, quer¨ªa para s¨ª al imparable nacionalismo que percib¨ªa en el ambiente, mediante propuestas confusas.

Pero endos¨¢ndole al PP la responsabilidad todo se explica mejor, cuando el PP, en realidad, ha recuperado voto prestado a CiU dirigido a mejorar las posiciones de una eventual moderaci¨®n en una hip¨®tesis de negociaci¨®n con CiU, del mismo modo que ERC ha obtenido votos de CiU i PSC de electores que ya eran nacionalistas, o IC, al acudir sola en las cuatro circunscripciones (con otros socios) matiza los buenos resultados del PSC en las anteriores auton¨®micas y le resta votos de izquierda.

Resumiendo: Si la responsabilidad del ascenso de los nacionalistas en las diferentes Nacionalidades y Regiones fuera responsabilidad del PP, el BNG se habr¨ªa salido ya de la tabla en las recientes municipales (creci¨® menos de un punto), el PNV habr¨ªa tenido mayor¨ªa absoluta en todos los Ayuntamientos de Euskadi y en las Juntas Generales; quiz¨¢s, el BNV habr¨ªa superado con creces el 10% ante tanta agresi¨®n; y los nacionalistas bale¨¢ricos habr¨ªan aumentado su cuota en las recientes auton¨®micas y no habr¨ªa una mayor¨ªa absoluta del PP en Baleares. O sea que rai t¨²! que dicen en Barcelona.