La consagraci¨®n del chico tranquilo

Corr¨ªa la euforia en la cola del avi¨®n de vuelta de Noruega a Madrid, con los jugadores de la selecci¨®n espa?ola descargando entre bromas la tensi¨®n de los ¨²ltimos cinco d¨ªas. Pero en medio del alborozo de esa madrugada del mi¨¦rcoles al jueves, un hombre tranquilo, discret¨ªsimo: Xabi Alonso, el centrocampista de la Real Sociedad que acababa de dictar en Oslo una lecci¨®n en la conducci¨®n del f¨²tbol de toque de Espa?a. Aunque, por su aspecto, nadie lo dir¨ªa. Tampoco nadie dudaba ya

de por qu¨¦ hab¨ªa sido elegido inopinadamente por I?aki S¨¢ez para ese partido: para que, desde su privilegiada posici¨®n de medio centro, la selecci¨®n consiguiera una cifra de pases buenos que despu¨¦s result¨® estratosf¨¦rica: 581, de los que 98 nacieron de los pies de Xabi Alonso, el que m¨¢s balones reparti¨®. Cifra hist¨®rica: el mayor n¨²mero de entregas acertadas que ha logrado un equipo en la actual edici¨®n de la Liga espa?ola ha sido de 442. ?Sabe que dio 98 pases a sus compa?eros? "Bueno, jugamos muy c¨®modos y eso facilit¨® esos datos", dijo ayer Alonso sin darle la menor importancia.

"Soy tranquilo, s¨ª, pero claro que estoy muy contento por la clasificaci¨®n", a?ade

Alonso, que sum¨® su quinta cita internacional antes de cumplir el pr¨®ximo martes 22 a?os. Su arranque de temporada ha sido discreto en la Real, lejos del rendimiento del ejercicio pasado, cuando irrumpi¨® como el jugador revelaci¨®n preferido por los entrenadores de la Liga. ?Est¨¢ peor que entonces? "Es diferente, por todas las competiciones en las que estamos. Tal vez nos afecte el cansancio", reconoci¨® ayer. Su deb¨² en la selecci¨®n, el 30 de abril, ya result¨® ilusionante: no perdi¨® un solo bal¨®n hasta el minuto 35 en la victoria espa?ola ante Ecuador (4-0).

Tomando un caf¨¦ con sus colaboradores en la tarde del martes, el seleccionador, I?aki S¨¢ez, les comunic¨® que ten¨ªa una sola duda respecto a la alineaci¨®n del d¨ªa siguiente: Xabi Alonso o Baraja. El resto estaba decidido. Era una decisi¨®n dolorosa, sobre todo por el notable rendimiento de Baraja en la ida del s¨¢bado en Mestalla. El primer sorprendido de la alineaci¨®n final fue el futbolista de la Real. "No me lo esperaba, pero s¨ª ten¨ªa ilusi¨®n por si llegaba. Lleg¨® y, nada, a afrontarla con las mayores garant¨ªas". Sustituy¨® precisamente a Baraja, el centrocampista que para el propio Alonso es el m¨¢s completo de la Liga.

En la elecci¨®n del jugador de la Real, S¨¢ez tambi¨¦n busc¨® a alguien que guardara m¨¢s la posici¨®n junto a Albelda, sin la tendencia a descolgarse al ¨¢rea contraria de Baraja. "Nos repartimos las tareas, tanto ofensivas como defensivas y me encontr¨¦ muy c¨®modo con Albelda. Lo pasamos muy bien", coment¨® Alonso, que tampoco se iba a arrugar ni ante la trascendencia de la cita ni ante las supuestas irregularidades del campo Ullevaal de Oslo: ¨¦l, que pas¨® por esa escuela del f¨²tbol duro y sin concesiones que es el ?ibar, donde estuvo un a?o cedido por la Real Sociedad.

S¨¢ez ya lo entren¨® cuando Alonso ten¨ªa 18 a?os, en el campeonato de Europa juvenil. Y pronto advertir¨ªa sus cualidades: "Tiene un gran desplazamiento de pelota, tanto en largo como en corto. Ve muy bien el f¨²tbol y juega a dos toques: para, piensa y pasa. Orienta el juego hacia el otro lado; aprender¨¢ a robar balones cada d¨ªa, por su envergadura; mejorar¨¢ tambi¨¦n en el salto de cabeza; el regate no es su fuerte aunque un centrocampista no debe regatear. Otea todas las posibilidades y escoge una en muy poco tiempo. Pierde muy pocos balones. Tiene cosas de Guardiola, en el sentido de verlo f¨¢cil y hacer esos pases con el interior o un desplazamiento de 40 metros; pero es m¨¢s goleador que Guardiola, puede marcar goles de cabeza y le pega bien desde fuera del ¨¢rea. F¨ªsicamente es m¨¢s fuerte. Hay que esperar m¨¢s de ¨¦l porque es muy joven. No es tan ofensivo como Baraja ni tan organizador como Xavi. Es una mezcla".

Estudiante de tercero de Empresariales, Xabi Alonso es hijo de un futbolista de la Real y el Bar?a en los a?os 80, Periko Alonso. De ¨¦l ha heredado la seriedad y el compromiso con su trabajo. "Odio los piscinazos en el f¨²tbol. No me gusta el teatro", afirma Xabi rotundo, y reconoce que, respecto a su padre, es un medio centro con m¨¢s calidad para el manejo de la pelota. "Tengo facilidad para pasar el bal¨®n en largo. Ser¨¢ innato".

Xabi Alonso permaneci¨® hasta los seis a?os en Barcelona, pero fue llegar a San Sebasti¨¢n, al colegio Ekinza, y empezar a disfrutar del f¨²tbol en la playa de La Concha. "A veces a?oras esos tiempos". Aunque en Oslo, en la fr¨ªa noche del mi¨¦rcoles, por momentos llegara a rememorarlos.