Los espa?oles usan cada vez m¨¢s las urgencias de los hospitales para acceder a la sanidad

La puerta de urgencias se est¨¢ convirtiendo en una v¨ªa de entrada a la sanidad cada vez m¨¢s frecuente. Los hospitales hicieron m¨¢s de 31 millones de atenciones en estos servicios en el a?o 2022, seg¨²n un informe que ha publicado este lunes el Ministerio de Sanidad. Es un r¨¦cord absoluto, a la vez que desciende el porcentaje de pacientes que, por su gravedad, debe quedarse ingresado: un 9%, la cifra m¨¢s baja de la ¨²ltima d¨¦cada.

Este fen¨®meno coincide con listas de espera disparadas, tanto para ver al m¨¦dico de Atenci¨®n Primaria, que puede demorarse semanas, como para acceder a una especializada que ha batido r¨¦cords despu¨¦s de la pandemia. Y no es casualidad, seg¨²n los expertos consultados: el deterioro de la sanidad (los datos afectan tanto a la p¨²blica como a la privada) est¨¢ probablemente detr¨¢s de este uso de los ciudadanos, que buscan ayuda inmediata a sus problemas de salud all¨ª donde la pueden encontrar.

En t¨¦rminos relativos (atenciones por cada 1.000 habitantes), el dato de atenciones en urgencias iguala al m¨¢ximo que se registr¨® en 2019 (652), pero supone un incremento del 17% con respecto a 2013 (un 20% m¨¢s en n¨²meros absolutos). Aunque el grueso de estas consultas se concentra en la sanidad p¨²blica (22,7 millones, un 27%), han subido con m¨¢s fuerza en la privada (un 45,6%), que tambi¨¦n ha sufrido en los ¨²ltimos a?os un enorme aumento de la demanda en todos sus niveles asistenciales y que cada vez registra m¨¢s listas de espera.

Sergio Garc¨ªa Vicente, experto en el sistema sanitario de la Asociaci¨®n Economistas de la Salud y tambi¨¦n m¨¦dico de urgencias, asegura que esta subida se debe a la b¨²squeda de la inmediatez de la ciudadan¨ªa de una atenci¨®n que no recibe en otros niveles. ¡°Muchas veces no les reciben en horario de tarde en Primaria¡±, ejemplifica. Seg¨²n dice, la mayor¨ªa de las consultas no responden a una verdadera urgencia, a casos que requieran un m¨¦dico de inmediato.

La pandemia refleja bien c¨®mo la atenci¨®n a urgencias baja dr¨¢sticamente cuando los ciudadanos no la necesitan de forma apremiante. En 2020, este nivel se encarg¨® de 17,1 millones de atenciones, m¨¢s de 5,5 millones menos que en 2022. De ellas, quedaron ingresados un 11,5% de los pacientes, la mayor cifra en la ¨²ltima d¨¦cada (el mayor porcentaje de pacientes ingresados es una muestra de m¨¢s gravedad de los casos, en promedio).

Como explica Roi Pi?eiro, pediatra en un hospital p¨²blico de la Comunidad de Madrid con muchas horas de guardias en urgencias a sus espaldas, durante lo peor de la covid ¡°se vio que la gente sabe distinguir lo que es realmente urgente de lo que no¡± y muestra que se puede hacer ¡°un uso racional de las urgencias¡±.

Este m¨¦dico, sin embargo, prefiere no culpar a la ciudadan¨ªa de la situaci¨®n. ¡°Si la gente est¨¢ preocupada por su salud y comprueba que en otros niveles no le atienden, como tiene servicios de 24 horas en los que saben que les van a ver sin ning¨²n reproche, acuden a ellos¡±, resume, consciente tambi¨¦n de que, aunque en ocasiones los pacientes acuden a urgencias para evitar esperas, en otras no tienen por qu¨¦ conocer la gravedad de su enfermedad. ¡°No son m¨¦dicos y por eso van a uno¡±, resume.

Pi?eiro echa las culpas a un sistema que ¡°probablemente¡± se haya quedado obsoleto. ¡°Yo no soy partidario del copago, pero es lo que se hace en otros pa¨ªses. Quiz¨¢s haya que ver modelos como el de los bomberos, que son un servicio p¨²blico gratuito, pero que se cobra cuando se les llama para algo que no es una emergencia¡±, razona.

Una reciente investigaci¨®n de EL PA?S mostraba c¨®mo la mitad de los centros de salud dan cita pasadas las 48 horas, el m¨¢ximo tiempo de espera que deber¨ªan tener, seg¨²n la estrategia del Ministerio de Sanidad y las comunidades aut¨®nomas, que son las que gestionan estos servicios. Aunque los datos son muy dispares en funci¨®n de las regiones y de las localidades, en algunos ambulatorios es frecuente una demora de 17 d¨ªas, lo que probablemente acaba con estos pacientes recurriendo a las urgencias hospitalarias.

Esta situaci¨®n, seg¨²n Pi?ero, acaba perjudicando sobre todo a los pacientes m¨¢s graves que llegan a urgencias: ¡°Aunque haya triajes para priorizar, si el m¨¦dico tiene a 20 pacientes, con pruebas y la cabeza ocupada en otras cosas, la atenci¨®n puede ser peor. De momento el sistema se sostiene, pero habr¨¢ que ver hasta d¨®nde se puede tensar la cuerda¡±.

Demanda hospitalaria

El crecimiento de las urgencias engrosa una atenci¨®n hospitalaria cada vez m¨¢s requerida en una poblaci¨®n que va envejeciendo. Con 112 millones de consultas, 2022 tambi¨¦n bati¨® un r¨¦cord en demanda hospitalaria, algo que no sucede en cuanto a las intervenciones quir¨²rgicas, que se mantienen estables en la ¨²ltima d¨¦cada (74 por cada 1.000 habitantes).

El informe de Sanidad muestra c¨®mo toda esta atenci¨®n se sustenta mayormente en la sanidad p¨²blica: el Sistema Nacional de Salud (SNS) atendi¨® 4,1 millones de ingresos hospitalarios, con una estancia media de 7,8 d¨ªas y realiz¨® 3,5 millones de intervenciones quir¨²rgicas, el 49% mediante cirug¨ªa sin ingreso. Los hospitales privados, en ese mismo a?o, hicieron 1,7 millones de actos quir¨²rgicos y atendieron 1,1 millones de ingresos, con una estancia media de 5,4 d¨ªas. El 20% de ellos fueron financiados por el SNS, una cifra que se ha mantenido estable desde 2013.

Las intervenciones que han ca¨ªdo dr¨¢sticamente en estos ¨²ltimos 10 a?os son los partos. Los hospitales atendieron en 2022 su m¨ªnimo en ese periodo: 261.991, lo que supone un 20% menos que en 2013.

El gasto total hospitalario en 2022 se situ¨® en Espa?a en 60.500 millones de euros, 53.600 millones en los hospitales p¨²blicos y 6.900 millones en los privados. La mayor partida en los p¨²blicos se destina a gastos de personal (47,3%), seguida del gasto corriente (compras), que supone un 36%, del cual casi la mitad corresponde a productos farmac¨¦uticos. El coste por cama al a?o se acerca a los 244.847 euros en los hospitales de agudos del SNS, un 17% m¨¢s que en el a?o 2013.