Blasco, qu¨¦ chasco

Rafael Blasco opin¨®, en una entrevista publicada en este diario, que el presidente de la Generalitat y el del PPCV, deber¨ªan ser una misma persona. Algo tan sencillo, ha tenido en vilo, toda la semana, y lo que te rondar¨¦, a los coroneles del zaplanismo. Seraf¨ªn Castellano se apresur¨® a descalificar al conseller de Territorio y Vivienda, porque carece de militancia, y hasta para opinar hay que hacerlo con el carn¨¦ en la boca. El cronista considera que Rafael Blasco no pretend¨ªa tanto sacar a colaci¨®n los inconvenientes de la bicefalia, como los de la acefalia de algunos de esos coroneles. O dicho de otra forma, quiz¨¢ el conseller de Territorio y Vivienda solo trataba de convertir la divisi¨®n Panzer de Zaplana, en un partido pol¨ªtico, conservador, pero sin correaje ni insulto al cinto. Por eso, su leg¨ªtima opini¨®n ha puesto al descubierto muchos miedos, demasiados miedos, y ha colocado en la picota a quienes a¨²n le calientan el asiento a Zaplana. El asiento y el cemento. Un dirigente que sale matasellado para entallarse la titularidad de un Ministerio en Madrid, y deja limpias las arcas auton¨®micas, puede que no sea m¨¢s que un pol¨ªtico al uso, astuto y ambicioso, que ha salado la tierra y la ha minado, para que escarmiente quien pretenda enderezar sus pifias. Y la ha minado de acusicas, chivatos, guardeses y mangantes. La n¨®mina es larga y detestable, pero del dominio p¨²blico. Y eso con el tiempo, tiene su peaje. A un PP que escora peligrosamente a la derecha, lo agrieta el solo ejercicio de la libre expresi¨®n, tal es su fragilidad, hasta ahora encubierta por una f¨¦rrea ley de silencio y obediencia. En poco tiempo -desde el 20-J, el chapapote y las Azores, ac¨¢-, se desportilla por Galicia, por la Villa y Corte y la Comunidad Valenciana, a toda leche. Si las querellas internas del PP que se han levantado a ra¨ªz de unas equilibradas declaraciones de Rafael Blasco, han enfrentado a presidentes provinciales, cargos org¨¢nicos y p¨²blicos, ?que se puede esperar a corto o medio plazo? Para evitar que el fragor de los mandobles verbales, desacredite a¨²n m¨¢s nuestras instituciones, hasta la misma oposici¨®n, en un acto de responsabilidad, les ha tendido un cable: el socialista Joan Ignasi Pla ha pedido prudencia y sensatez, para no desprestigiar ni siquiera empa?ar la Generalitat, y tambi¨¦n "respeto a Camps y a su gabinete de gobierno", en lugar de comportarse como felones en una reyerta callejera por el mando; por su parte, Joan Antoni Oltra, portavoz adjunto de EU-L?Entesa, estima que la crisis de los populares est¨¢ alcanzando niveles muy altos.

A todo esto, Rafael Blasco que seguramente sin taimadas intenciones ha provocado tanta y tan agria pol¨¦mica, se ha visto en la obligaci¨®n de ponerle un parche a un desaguisado tan revelador, al afirmar que en el PP hay "cohesi¨®n absoluta", ? en cual de sus dos caras? El cronista recuerda que hace ahora justamente 25 a?os, muy pocos d¨ªas antes de que se aprobase en refer¨¦ndum la Constituci¨®n, pero ya bendecida en las Cortes, Rafael Blasco, el mismo cronista y una docena m¨¢s de personas, fueron a parar a la Puerta del Sol, a los calabozos de la Direcci¨®n General de Seguridad, por un presunto delito de opini¨®n. A lo peor si ahora no va, puede que no sea por falta de ganas de algunos.