El Atl¨¦tico se hunde en Valladolid

El Atl¨¦tico ten¨ªa que determinar la continuidad de su racha de cinco victorias consecutivas en un cesped inundado. Ten¨ªa que superar a un rival que llevaba cuatro partidos sin perder y pelear contra la lluvia. No supo como hacer ni una cosa ni otra porque se comport¨® como si no hubiese ca¨ªdo ni una gota, como si el cesped fuese una alfombra. El Valladolid si sab¨ªa lo que ten¨ªa que hacer, si sabia que el partido hab¨ªa que jugarlo a pelotazos y aprovecharse de la potencia f¨ªsica de Makukula. El equipo de V¨¢zquez fue m¨¢s listo y el Atl¨¦tico muy torpe.

Manzano decidi¨® no mover ni una coma de su alineaci¨®n tipo para un campo que reclamaba a gritos otra cosa porque el c¨¦sped de Zorrilla era ayer una piscina y lo que se solicitaba era m¨²sculo puro y duro. Jorge sali¨® al campo desenganchado, inc¨®modo porque no tiene capacidad para participar en la refriega que se organizaba en cuanto el bal¨®n ca¨ªa en un charco y termin¨® por no tener ninguna ascendencia sobre el choque. Torres tuvo que retrasarse, intent¨® participar m¨¢s, pero de la misma forma que Jorge todo se le quedaba en el agua. A Manzano, una vez que Novo tambi¨¦n hab¨ªa dimitido, solo le quedaba Nikolaidis. El griego busc¨® en una banda, busc¨® en la otra y al final encontr¨® en el centro un pase limpio para dar un taconazo que Musampa convirti¨® en gol. El Atl¨¦tico no hab¨ªa fabricado nada, no sab¨ªa como hab¨ªa que enfrentarse al partido pero ganaba.

El Valladolid si hab¨ªa sabido leer el partido desde el comienzo. Ni un solo balon raso, todo por arriba, todo casi al primer toque. Los de V¨¢zquez se hab¨ªan adue?ado del bal¨®n m¨¢s que por criterio porque lo aguantaban m¨¢s que su rival. V¨¢zquez hab¨ªa vuelto a arriesgar con dos enganches y un solo medio centro y el riesgo produjo el desbarajuste en la defensa rojiblanca. Simeone no sab¨ªa a quien atender, los balonazos eran propiedad exclusiva de Makukula y Burgos ten¨ªa su tarde menos inspirada y s¨®lo transmitia inseguridad. El gol de Musampa no desmont¨® el manual de V¨¢zquez y el Valladolid sigui¨® a lo suyo, a golpear el bal¨®n a ver que sacaba Makukula de su pelea con el central de turno. El empate lleg¨® s¨®lo cinco minutos despu¨¦s del gol de Musampa y fue, ya es una costumbre, en un cabezazo prodigioso de Makukula despu¨¦s de un centro muy blando que el delantero convirti¨® en un ob¨²s que se col¨® pegado al palo.

El Atl¨¦tico termin¨® por renunciar a todo y comenz¨® a sufrir. Burgos se uni¨® al festival de despropositos y dej¨® muerto un bal¨®n que podr¨ªa haber atrapado sin dificultad y que termin¨® por provocar el segundo gol del Valladolid. Manzano ten¨ªa que esperar al descanso para reestructurar a los suyos pero todav¨ªa quedaba un ¨²ltimo contratiempo que lleg¨® con la expulsi¨®n de ?rtiz a veinte segundos del minuto 45. Le hab¨ªan remontado el partido, le hab¨ªan dejado con diez y sus jugadores volv¨ªan al vestuario con la lengua fuera.

Manzano opt¨® por la tremenda y revolvi¨® a casi todos sus jugadores. Gaspar pas¨® del lateral al centro de la defensa, Lequi se fue al lateral izquierdo, Musampa de la banda izquierda a la derecha, Novo retras¨® su posici¨®n, Ibagaza sustituy¨® a Jorge y Rivas a Simeone. El experimento le explot¨® en las manos a Manzano y el Atl¨¦tico regres¨ªo a su peor versi¨®n. Ibagaza, m¨¢s participativo que Jorge, insisti¨® en conducir el bal¨®n por el centro, y como no, en dejarselo olvidado en alg¨²n charco mientras que Torres desaparec¨ªa definitivamente y los centrales ten¨ªan que v¨¦rselas con un enemigo envenenado. Porque el Valladolid y Makukula siguieron a los suyo, a buscar a los centrales en un pelotazo tras otro hasta que cayese el gol que cerrase el resultado. Lleg¨® tarde porque Makukula tras una carrera de sesenta metros en la que dej¨® sentados a todos los que osaron ponerse delante de su corpulencia envi¨® el bal¨®n a la manopla de Burgos. Poco despu¨¦s, sin embargo, olvid¨® su egoismo de goleador y le regal¨® medio gol a Sousa.