Zidane rescata a un p¨¦simo Madrid
El franc¨¦s da la victoria a su equipo en los ¨²ltimos minutos frente a un honorable Albacete
El cuadro cl¨ªnico del Madrid es bastante sospechoso a d¨ªa de hoy. Confirm¨® sus malos s¨ªntomas frente al Albacete, uno de esos equipos que hacen el m¨¢ximo aprovechamiento de los m¨ªnimos recursos. Jug¨® bien en Chamart¨ªn, para sorpresa de la parroquia, que asiste a un profundo cambio en el f¨²tbol espa?ol. Es raro ver en el campo del Madrid a equipos groseros, de corte estrictamente defensivo, sin nada que decir con la pelota. Ahora llega el Albacete y le da un curso al Madrid en aspectos impensables. Por ejemplo, en el manejo del bal¨®n a trav¨¦s de largas circulaciones. Esto, que parec¨ªa patrimonio exclusivo de un par de equipos espa?oles, se ha convertido en moneda com¨²n en la Liga. El Madrid pas¨® un mal rato, manifest¨® numerosos defectos y gan¨® a ¨²ltima hora con un cabezazo de Zidane.
REAL MADRID 2 - ALBACETE 1
Real Madrid: Casillas; Salgado, Pav¨®n (Helguera, m. 46), Ra¨²l Bravo, Solari; Figo, Beckham, Borja, Zidane (Cambiasso, m. 87); Ra¨²l y Portillo (Ronaldo, m. 63).
Albacete: Roa; Montiel, Pablo, Unai, Pe?a; Iv¨¢n D¨ªaz, Viaud, Parri (Pablo Redondo, m. 81), Delporte; Pacheco (?lvaro, m. 59) y Aranda (Mikel, m. 68).
Goles: 1-0. M. 38. Impresionante tiro de Beckham desde 25 metros que entra por la escuadra derecha de la porter¨ªa.
1-1. M. 39. Buena jugada de Aranda, que entrega la pelota a Parri, cuyo zurdazo de volea sorprende a Casillas y se cuela pegado al palo izquierdo.
2-1. M. 80. Ronaldo conecta con Solari, cuyo centro lo remata de cabeza Zidane.
?rbitro: Ram¨ªrez Dom¨ªnguez. Amonest¨® a Ra¨²l Bravo, Salgado y Aranda.
Unos 73.000 espectadores en el estadio Santiago Bernab¨¦u.
El f¨²tbol es muy gr¨¢fico para esto de la jerarqu¨ªa. Dos cositas de Ronaldo dieron la vuelta al calcet¨ªn
Por meritorio que fuera el juego del Albacete, no fue suficiente para levantar un pe?azo de partido. El Madrid no opuso nada al ritmo moroso de su rival, que termin¨® estragado de tantos pases. Como plan de juego fue irreprochable, aunque le falt¨® contundencia. Aquel f¨²tbol tan articulado muri¨® al borde del ¨¢rea, porque la idea no pasaba tanto por ganarle al Madrid como por matarle de aburrimiento. El Albacete estuvo a punto de conseguirlo. Sin la garant¨ªa de un sistema de recuperaci¨®n de la pelota, el Madrid persigui¨® sin ning¨²n entusiasmo a su adversario, que nunca cambi¨® de ritmo. S¨®lo se permiti¨® un fogonazo en el estupendo gol de Parri, tras una buena jugada de Aranda, un chico de la cantera madridista que se gana bien el pan en Primera Divisi¨®n. Con su velocidad y un excelente uso del cuerpo para proteger el bal¨®n, Aranda dio bastantes problemas a la defensa del Madrid en la primera parte. En la jugada del gol vio y encontr¨® a Parri, que subi¨® la nota de la jugada con una imparable volea de zurda.
El tanto devolvi¨® el partido a su primer escenario, el del empate. Un minuto antes del remate de Parri hab¨ªa marcado Beckham con un tiro imponente. Cruz¨® un remate de derecha a izquierda que fue buscando el ¨¢ngulo como si le debieran dinero. Fue una hermosa mezcla de precisi¨®n y violencia, muy celebrada por el p¨²blico, que est¨¢ entregado al ingl¨¦s. Beckham no jug¨® particularmente bien ni mal, pero ese tiro y un indisimulado vigor para interceptar la pelota le valieron las ovaciones de la hinchada. Beckham tiene un problema, sin embargo. Cuanto m¨¢s acosa a sus rivales menos se ve la colaboraci¨®n de sus compa?eros. Asisten imp¨¢vidos a las en¨¦rgicas acciones del futbolista ingl¨¦s y no le ayudan ni a tiros. Digamos que es el antisistema defensivo.
El Madrid jug¨® con la m¨ªnima intensidad posible. Sus dos delanteros, Ra¨²l y Portillo, s¨®lo remataron en una ocasi¨®n. Lo normal es que la defensa del Albacete les dejara en fuera de juego. Est¨¢ claro que el equipo manchego tiene la firma del entrenador por todas partes, tanto en el aspecto defensivo como en el juego de ataque. El Madrid, no. La mano del entrenador se ve poco. Es un equipo que funciona por la inspiraci¨®n de sus figuras. Esta vez hab¨ªa menos que de costumbre. Roberto Carlos est¨¢ lesionado y Ronaldo se qued¨® en el banco durante la primera parte. Durante una hora se midi¨® a los pavones. Jugaban Pav¨®n, Ra¨²l Bravo, Portillo y Borja, que entr¨® como medio centro. Ni tuvo su mejor d¨ªa, ni se encontr¨® con el partido m¨¢s apetecible. El desinter¨¦s presidi¨® el juego del Madrid durante la mayor parte del encuentro.
Portillo tambi¨¦n sali¨® mal parado de las comparaciones. Fuera de un remate que Roa detuvo con el pecho, el delantero madridista no toc¨® la pelota. Cuando el partido se empez¨® a poner feo para su equipo, Portillo le dej¨® el puesto a Ronaldo. El f¨²tbol es muy gr¨¢fico para esto de la jerarqu¨ªa. Dos cositas de Ronaldo dieron la vuelta al calcet¨ªn. El Albacete, que estaba en la gloria en medio de la modorra, comenz¨® a agitarse. No encontraba respuesta a la velocidad del brasile?o. Tampoco la encontraba para detener a Zidane, el mejor del Madrid en el segundo tiempo. Remat¨® m¨¢s que nadie, jug¨® mejor que todos y marc¨® el gol de la victoria. Fue un buen remate que no encontr¨® la oposici¨®n de Roa, envejecido hasta el punto de reaccionar tarde y mal a casi todos los remates que le exigieron un poco de agilidad. Al hombre le crujen las bielas, pero el Madrid no se dio cuenta. Remat¨® muy poco. De juego, no hubo nada. Uno de esos partidos, en fin, que s¨®lo le sirven para hacer caja con los puntos.
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