El Roto, mi vecino favorito
Aunque uno procure llevarse siempre bien con sus vecinos, no puede evitar que siempre haya alguno que le caiga mejor que otro. En los peri¨®dicos pasa algo parecido con los vecinos de p¨¢gina. Uno se los encuentra subiendo y bajando por el edificio de papel. Sabe que tiene que convivir con todos y por eso soporta con educaci¨®n incluso a los que le parecen un pelmazo. Hay otros, que, a¨²n a pesar de no haber cruzado con ellos un par de palabras, nos transmiten una confianza infinita.
Esto ¨²ltimo es lo que me pasa con Andr¨¦s R¨¢bago, El Roto, con quien tengo el honor y el placer de coincidir en esta p¨¢gina desde hace ocho a?os. El Roto acaba de publicar El libro de los des¨®rdenes (C¨ªrculo de lectores) y tambi¨¦n estos d¨ªas se ha inaugurado una exposici¨®n suya en el Centro Cultural del C¨ªrculo, en la calle O'Donell de Madrid. En febrero la exposici¨®n viajar¨¢ a Barcelona y esperemos que pronto se monte en Valencia, como ya ocurri¨® hace siete a?os, cuando la galer¨ªa Viciana acogi¨® una muestra de sus pinturas y dibujos.
Conozco sus dibujos desde hace treinta a?os, aunque ¨¦l entonces todav¨ªa no era El Roto. Yo apenas era un adolescente cuando me sorprendieron sus inquietantes tintas chinas, publicadas en las p¨¢ginas de la revista Hermano lobo que compraba mi madre, buena lectora de prensa. All¨ª, junto a Chumy, Perich y toda la banda, publicaba sus dibujos OPS, uno de los heter¨®nimos de Andr¨¦s R¨¢bago, que entonces deb¨ªa de tener poco m¨¢s de veinte a?os. El impacto de aquellos dibujos cargados de humor negro fue tan fuerte que OPS, en mi casa se convirti¨® en un adjetivo. Fulano es muy ops, se dec¨ªa de un amigo de mis padres; o a uno de mis hermanos, un tanto dado al humor negro, se le advert¨ªa de que no fuera tan ops.
A?os despu¨¦s reencontr¨¦ a Andr¨¦s R¨¢bago, ya como El Roto, cuando por primera vez empec¨¦ a trabajar en un peri¨®dico diario. Desde Madrid llegaban a la redacci¨®n de aquel Diario de Valencia de principios de los a?os ochenta sus impresionantes originales. Vicente Ponce, entonces editorialista y cr¨ªtico de televisi¨®n, coleccion¨® y conserv¨® aquellos excelentes dibujos, testigos de un tiempo marcado por el golpe de Estado. Estoy seguro de que Vicente, que con los a?os se har¨ªa profesor de Historia del Arte, intu¨ªa que detr¨¢s de la s¨¢tira de El Roto se encontraba el estupendo pintor que es Andr¨¦s R¨¢bago.
A finales de esa d¨¦cada volv¨ª a coincidir con El Roto, en El Independiente. Fueron los a?os de la primera guerra del Golfo y sus mentiras. Entonces, como tantas veces, Andr¨¦s R¨¢bago fue capaz de mirar por encima de la cortina de humo los pozos de petr¨®leo para que El Roto nos mostrara lo que hab¨ªa detr¨¢s de la propaganda. A principios de los a?os noventa pas¨¦ a trabajar en Diario 16, en cuyas p¨¢ginas tambi¨¦n recal¨® El Roto y tuve la impresi¨®n de que tanta coincidencia no podr¨ªa ser s¨®lo fruto de la casualidad.
De tal forma que cuando, ahora hace ocho a?os, volv¨ª a reencontrar sus dibujos aqu¨ª, en la p¨¢gina dos de este suplemento de EL PA?S, ya no me extra?¨® en absoluto. Me pareci¨® lo m¨¢s natural del mundo, como la mirada c¨®mplice de ese vecino que tan bien nos cae y en el que intuimos, un amigo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.