M¨¢s crecimiento y m¨¢s desequilibrios
Las cifras de Contabilidad Nacional del tercer trimestre muestran los mismos rasgos de la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola durante el primer semestre pero con una intensidad a¨²n mayor. En efecto, la tasa de crecimiento ha aumentado una d¨¦cima -del 2,3% al 2,4%- pero ello ha sido a costa de aumentar los desequilibrios. En primer lugar ha aumentado el desequilibrio entre la demanda interna y externa. Para conseguir el aumento de una d¨¦cima en el crecimiento, la demanda interna ha tenido que crecer tres d¨¦cimas m¨¢s, del 3,2% al 3,5%. La aportaci¨®n negativa del sector exterior ha aumentado, pasando de detraer un 0,9% del PIB en el trimestre anterior a detraer un 1,1% el ¨²ltimo trimestre.
Hay un desequilibrio tambi¨¦n en el consumo, siendo el consumo p¨²blico el que aumenta m¨¢s que el consumo privado, como viene sucediendo los ¨²ltimos a?os en contra de lo que proclama la propaganda de austeridad en el gasto p¨²blico. Y se acent¨²a el desequilibrio dentro de la formaci¨®n bruta de capital. La construcci¨®n, que crec¨ªa al 3,4% en el primer trimestre, pas¨® a crecer el 3,8% en el segundo y ha seguido aceler¨¢ndose hasta alcanzar el 3,9% en el tercero. Por el contrario, la tasa de crecimiento de la inversi¨®n en bienes de equipo ha vuelto a descender.
S¨®lo hay un desequilibrio que se ha reducido, el de los precios, ya que el deflactor del PIB ha pasado de crecer el 4,1% a crecer un 4%. Un aumento de precios de nuestros productos y servicios del 4% sigue siendo alt¨ªsimo y refleja que el peor de los desequilibrios -el diferencial de inflaci¨®n- sigue erosionando nuestra competitividad, lo que ha contribuido a generar un espectacular y creciente d¨¦ficit de la balanza de pagos.
Al margen del efecto expansivo que est¨¢n teniendo unos tipos de inter¨¦s reales negativos, este crecimiento desequilibrado est¨¢ alimentado por el consumo p¨²blico y las inversiones p¨²blicas fuera de presupuesto, o sea, por las elecciones. Como advert¨ªa el FMI la semana pasada, los desequilibrios aumentan la vulnerabilidad de la econom¨ªa espa?ola y, aunque el riesgo no es todav¨ªa inminente, sus consecuencias ser¨¢n cada vez m¨¢s severas si esa tendencia contin¨²a. Pues bien, como nos cont¨® ayer el INE, los desequilibrios no s¨®lo no disminuyen sino que se agravan.
En el corto plazo no hay problemas. Si se confirma la recuperaci¨®n de la econom¨ªa europea, la econom¨ªa espa?ola podr¨ªa entrar incluso en su periodo m¨¢s dulce. Durante una primera fase -?el a?o 2004?- el aumento de la demanda exterior ayudar¨¢ al crecimiento y como el BCE tardar¨¢ en aumentar los tipos de inter¨¦s, nuestra demanda interna seguir¨¢ pujando con fuerza. El problema emerger¨¢ despu¨¦s, cuando empiecen a subir los intereses en un pa¨ªs como el nuestro que sigue por debajo de la media europea en cuanto a la renta per c¨¢pita pero que, en lo que se refiere al endeudamiento, no s¨®lo nos hemos acercado a la media en los ¨²ltimos a?os sino que nos hemos situado ya por encima.
El a?o que viene, un mes antes de las elecciones, el INE har¨¢ p¨²blicos los datos de crecimiento del ¨²ltimo trimestre de 2003. Si la econom¨ªa siguiera al mismo ritmo que est¨¢ creciendo ahora -al 0,7% intertrimestral- la tasa anual subir¨¢ del 2,4% al 2,7 %. Esta noticia le podr¨ªa ayudar a Rajoy a ganar las elecciones. Lo que no est¨¢ claro es si, cuando descubra los desequilibrios que lo han hecho posible, se arrepentir¨¢ de haber sido elegido sucesor por quien le dej¨® ese artefacto de efectos retardados.
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