David Byrne llena con su m¨²sica las im¨¢genes de 'Young Adam'
El nuevo disco del ex l¨ªder de Talking Heads es una banda sonora
El renacentista del rock, como lo denomin¨® hace a?os la revista Time, prosigue su carrera y publica el 14? disco de su carrera en solitario. David Byrne edita estos d¨ªas Lead us not into temptation (Thrill Jockey / Green Ufos), la banda sonora de Young Adam, que grab¨® en Glasgow. Al mismo tiempo aparece Once in a lifetime (Rhino), una caja recopilatoria de las canciones de Talking Heads, y el m¨²sico anuncia gira por Espa?a.
Byrne ha supervisado la antolog¨ªa de su antiguo grupo (tres CD y un DVD), aunque califica sus actuales relaciones con los dem¨¢s miembros de Talking Heads como fr¨ªas: "A veces nos comunicamos por e-mail. Nos reunimos el a?o pasado para nuestro ingreso en el Rock and Roll Hall of Fame y tocamos juntos unas cuantas canciones. Me sent¨ªa como en una de esas bandas de tributo especializadas en hacer versiones de un artista". El cantante y compositor muestra m¨¢s entusiasmo cuando se refiere a su trabajo en Young Adam, pel¨ªcula dirigida por David Mackenzie y protagonizada por Ewan McGregor, con buena acogida en Cannes. Byrne no oculta que sus ra¨ªces familiares influyeron para unirse a un proyecto tan escoc¨¦s: "Me pareci¨® una idea divertida. Aunque abandon¨¦ Escocia a los dos a?os, de ni?o escuchaba m¨²sica celta en nuestra casa de Baltimore. No me entusiasmaba, como suele ocurrir con lo que gusta a tus padres, pero algo me debi¨® calar. Y en algunos veranos de finales de los cincuenta volv¨ªamos a Glasgow, entonces la ciudad m¨¢s sucia que hab¨ªa visto en mi vida. La historia de la pel¨ªcula se desarrolla precisamente all¨ª y en esa ¨¦poca", explica, a la vez que reconoce su desconocimiento previo sobre Alexander Trocchi, el autor de la novela: "No sab¨ªa que existiera un escritor beat en Escocia. Le¨ª el libro y lo encontr¨¦ perturbador. Trocchi parec¨ªa un tipo sin apego moral por nada. En los sesenta se convirti¨® en leyenda por la cantidad de drogas que consum¨ªa y por los problemas que causaba. Introdujo en la hero¨ªna a multitud de artistas y estuvo a punto de matar accidentalmente a un joven Leonard Cohen con una sobredosis de opio. ?Acabar¨¢n haciendo una pel¨ªcula sobre su vida!".
"Glasgow no s¨®lo ya no es sucia, sino que adem¨¢s posee una vida art¨ªstica en ebullici¨®n". Quiz¨¢ por eso Byrne escogi¨® a m¨²sicos locales de bandas como Mogway o Belle and Sebastian para grabar Lead us not into temptation. "Suenan como si estuvieran descubriendo siempre cosas, y entre ellos se llevan bien a pesar de tener estilos diferentes", a?ade. Las diferencias entre trabajar con Mackenzie y con Bertolucci en El ¨²ltimo emperador, seg¨²n Byrne, no resultan excesivas: "Los productores de ambos son los mismos. Y componer para el cine supone saber aceptar indicaciones de otro. Bertolucci me llam¨® porque hab¨ªa visto bailar al p¨²blico romano en una proyecci¨®n de Stop making sense, el concierto de Talking Heads. Quiz¨¢ buscaba ese efecto interactivo".
El ex l¨ªder del grupo confiesa su m¨¦todo para componer: "Voy siempre con grabadora, como los periodistas. Cada vez que tengo una idea se la canto. Colecciono cintas y cintas. Y en alguna acabo descubriendo una canci¨®n". Para escribir su anterior ¨¢lbum, Look into the eyeball, Byrne se refugi¨® en Andaluc¨ªa, y ahora, con cuatro actuaciones previstas para finales de marzo de 2004 (M¨¢laga, Gij¨®n, Lorca y Madrid), prosigue cultivando su inter¨¦s por la m¨²sica espa?ola: "Me encant¨® colaborar en aquel homenaje a Peret. ?l abri¨® muchas puertas, sus pel¨ªculas me gustan menos... Acabo de ver a Morente presentar Omega en Nueva York. Sensacional".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.