Propuestas para definir al lector ideal
El lector ideal es el escritor en el instante anterior a la escritura.
El lector ideal no reconstruye un texto: lo recrea.
El lector ideal no sigue el hilo de la narraci¨®n: avanza con ¨¦l.
Un c¨¦lebre programa de radio para ni?os en la BBC siempre comenzaba con la pregunta: "?Est¨¢is sentados c¨®modamente? Entonces podemos empezar". El lector ideal sabe sentarse c¨®modamente.
Im¨¢genes de san Jer¨®nimo lo muestran detenido en su traducci¨®n de la Biblia, escuchando la palabra de Dios. El lector ideal debe aprender a escuchar.
El lector ideal es un traductor. Es capaz de desmenuzar un texto, retirarle la piel, cortarlo hasta la m¨¦dula, seguir cada arteria y cada vena, y luego poner en pie a un nuevo ser viviente. El lector ideal no es un taxidermista.
El lector ideal sabe aquello que el escritor s¨®lo intuye
El lector ideal existe en el momento que precede a la creaci¨®n.
Para el lector ideal, todos los recursos literarios son familiares.
Para el lector ideal, toda an¨¦cdota es novedosa.
"Uno debe ser algo inventor para leer bien". Ralph Waldo Emerson.
El lector ideal tiene una ilimitada capacidad de olvido. Puede borrar de su memoria el hecho de que Dr. Jekyll y Mr. Hyde son la misma persona, que Julien Sorel ser¨¢ decapitado, que el nombre del asesino de Roger Ackroyd le es conocido.
El lector ideal no se interesa por los escritos de Michel Houllebecq.
El lector ideal sabe aquello que el escritor s¨®lo intuye.
El lector ideal subvierte el texto. El lector ideal no se f¨ªa de la palabra del escritor.
El lector ideal procede por acumulaci¨®n: cada vez que lee un texto, agrega una nueva capa de memoria al cuento.
Todo lector ideal es un lector asociativo. Lee como si todos los libros fueran la obra de un ¨²nico escritor, prol¨ªfico e intemporal.
El lector ideal no puede volcar su conocimiento en palabras.
Al cerrar un libro, el lector ideal siente que, de no haberlo le¨ªdo, el mundo ser¨ªa m¨¢s pobre.
El lector ideal es como Joseph Joubert que arrancaba de los libros de su biblioteca las p¨¢ginas que no le gustaban.
El lector ideal tiene un perverso sentido del humor.
El lector ideal nunca cuenta sus libros.
El lector ideal es a la vez generoso y avaro.
El lector ideal lee toda literatura como si fuera an¨®nima.
El lector ideal usa con placer el diccionario.
El lector ideal juzga a un libro por su cubierta.
Al leer un libro de hace siglos, el lector ideal se siente inmortal.
Paolo y Francesca no eran lectores ideales, ya que le confiesan a Dante que, despu¨¦s del primer beso, ya no leyeron m¨¢s. Un lector ideal hubiese dado el beso y seguido leyendo. Un amor no excluye al otro.
El lector ideal no sabe si es o no el lector ideal hasta despu¨¦s de acabado el libro.
El lector ideal comparte la ¨¦tica de Don Quijote, el deseo de Madame Bovary, el esp¨ªritu aventurero de Ulises, la desfachatez de Zazie, al menos mientras dura la narraci¨®n.
El lector ideal recorre con placer senderos conocidos. "Un buen lector, un lector con may¨²scula, un lector activo y creativo es un relector". Vlad¨ªmir Nabokov.
El lector ideal es polite¨ªsta.
El lector ideal guarda, para un libro, la promesa de la resurrecci¨®n.
Robins¨®n no es un lector ideal. Lee la Biblia para encontrar respuestas. Un lector ideal lee para encontrar preguntas.
Todo libro, bueno o malo, tiene su lector ideal.
Para el lector ideal, todo libro es, en cierta medida, su autobiograf¨ªa.
El lector ideal no tiene una nacionalidad precisa.
A veces, un escritor debe esperar varios siglos para encontrar a su lector ideal. Blake necesit¨® ciento cincuenta a?os para encontrar a Northrop Frye.
El lector ideal seg¨²n Stendhal: "Escribo para apenas cien lectores, para seres infelices, amables, encantadores, nunca morales o hip¨®critas, a quienes me gustar¨ªa complacer. Apenas si conozco a uno o dos".
El lector ideal ha sido infeliz.
El lector ideal cambia con la edad. El lector ideal de los Veinte poemas de amor de Neruda a los catorce a?os puede no serlo a los treinta. La experiencia empa?a ciertas lecturas.
Pinochet, al prohibir Don Quijote por temor a que el libro pudiera leerse como una defensa de la desobediencia civil, fue su lector ideal.
El lector ideal nunca agota la geograf¨ªa de un libro.
El lector ideal debe estar dispuesto a no s¨®lo suspender su incredulidad sino a adoptar una nueva fe.
El lector ideal nunca dice: "Si solamente...".
Escribir en los m¨¢rgenes de un libro es marca del lector ideal.
El lector ideal proselitiza.
El lector ideal es veleidoso sin sentirse jam¨¢s culpable.
El lector ideal puede enamorarse de al menos uno de los personajes de un libro.
Al lector ideal no le preocupan los anacronismos, la verdad documental, la precisi¨®n hist¨®rica, la exactitud topogr¨¢fica. El lector ideal no es un arque¨®logo.
El lector ideal exige rigurosamente que se mantengan las leyes y reglas que cada libro crea para s¨ª mismo.
"Hay tres clases de lectores: la primera, aquellos que gustan de un libro sin juzgarlo; la tercera, aquellos que lo juzgan sin gustarlo; y otra, entre las dos, que juzgan mientras gustan de un libro y gustan de un libro mientras lo juzgan. Estos ¨²ltimos dan nueva vida a una obra de arte, y no son muchos". Goethe, en una carta a Johann Friedrich Rochlitz.
Los lectores que se suicidaron despu¨¦s de leer Werther no eran lectores ideales sino meramente sentimentales.
El lector ideal es pocas veces sentimental.
El lector ideal desea llegar al final del libro y, al mismo tiempo, que el libro no acabe.
El lector ideal nunca se impacienta.
Al lector ideal no le interesan los g¨¦neros literarios.
El lector ideal es (o parece ser) m¨¢s inteligente que el escritor. Pero no por eso lo menoscaba.
Llega un momento en que todo lector se considera un lector ideal.
Las buenas intenciones no producen lectores ideales.
El Marqu¨¦s de Sade: "S¨®lo escribo para quienes pueden entenderme, y ¨¦stos me leer¨¢n sin correr peligro".
El Marqu¨¦s de Sade se equivoca: el lector ideal siempre corre peligro.
El lector ideal es el personaje principal de toda novela.
Val¨¦ry: "Un ideal literario: saber por fin no llenar la p¨¢gina de nada excepto el lector".
El lector ideal es alguien con quien el escritor podr¨ªa pasar la noche, a gusto, con una copa de vino.
No debe confundirse lector ideal con lector virtual.
Un escritor no es nunca su propio lector ideal.
La literatura depende, no de lectores ideales, sino de lectores suficientemente buenos.
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