La otra cara de la moneda
La fortaleza del d¨®lar y su debilidad son las que mecen al euro hacia abajo o hacia arriba. Si la econom¨ªa estadounidense parece ser un vergel, ?por qu¨¦ los inversores europeos habr¨ªan de tener desconfianza en el d¨®lar? Teor¨ªa conspirativa: los especuladores vendieron ayer d¨®lares en un mercado con pocas transacciones y el d¨®lar volvi¨® a caer.
Especuladores, haberlos, haylos. Pero el crecimiento de la econom¨ªa es s¨®lo una cara de la moneda. ?Cu¨¢l es la otra? El d¨¦ficit por cuenta corriente. Son 500.000 millones de d¨®lares. ?ste es el agujero, es decir, la cantidad que se gasta de m¨¢s Estados Unidos. Y lo cubre con deuda exterior.
La econom¨ªa creci¨® un 8,2% en el tercer trimestre, s¨ª. Pero ni el d¨®lar se fortaleci¨®, ni en la Bolsa saltaron de alegr¨ªa.
Lo esencial: los inversores europeos ven que la rentabilidad de sus activos es baja y su valor, medido en euros, se desvaloriza. Esos inversores ven¨ªan comprando, de enero a agosto pasado, acciones y bonos por 28.000 millones de d¨®lares mensuales. Y en septiembre vendieron 403 millones de d¨®lares.
Los pa¨ªses asi¨¢ticos sostienen el d¨®lar porque mantienen as¨ª su paridad y exportan, entre otros, a EE UU. Es una de las razones por las cuales el d¨®lar cae ante el euro. Como dicen los cambistas, el d¨®lar s¨®lo atrae apuestas en una direcci¨®n: a la baja. Al menos, a medio plazo.
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