"Si soy dif¨ªcil de batir por la oposici¨®n, mucho mejor para m¨ª"

P. Hace unos d¨ªas, un articulista de un peri¨®dico sevillano conservador escrib¨ªa de usted tras el debate sobre el presupuesto: "Una experta demagoga, dif¨ªcil de batir" ?Se reconoce en esa frase?

R. (Risas). ?Hombre, c¨®mo me voy a reconocer!

P. La puede dividir en dos partes: ?una experta demagoga...?

R. No, no, en todo caso...

P. ...?o dif¨ªcil de batir?

R. Me considero una persona trabajadora con muchos a?os haciendo presupuestos que conoce lo que se necesita. Y si soy dif¨ªcil de batir, mucho mejor para m¨ª. Pretendo ser dif¨ªcil de batir por la oposici¨®n. Lo de demagoga: no me siento identificada con ese t¨¦rmino ni mucho menos.

P. Usted le dijo en ese debate a Te¨®fila Mart¨ªnez que estaba vendiendo humo...

"No estoy dispuesta a tener mano izquierda si eso supone enga?ar al que se te pone enfrente"

R. S¨ª, s¨ª.

P. ?...y usted que vende?

R. Yo vendo realidades. Vendo un proyecto que tiene dos patas muy importantes: una, el bienestar social, desde una doble perspectiva, como factor de reconocimiento de los derechos de los ciudadanos y tambi¨¦n como factor de competitividad. ?sa es una gran diferencia entre la derecha m¨¢s conservadora y rancia, que es la que ahora mismo existe en Espa?a y en Andaluc¨ªa, y el partido socialista. Para nosotros, el Estado del bienestar no es un lastre, no es un problema que tengamos que resolver; es un factor de competitividad de nuestra econom¨ªa. Una gente educada, con una asistencia social adecuada, una mujer, por ejemplo, a la que se le d¨¦ respuesta a determinadas deficiencias que hay ahora mismo en la sociedad, para que se pueda incorporar en t¨¦rminos de igualdad en el mercado laboral, para nosotros refuerza la econom¨ªa y nuestra capacidad de desarrollo. ?sa es una gran diferencia con la derecha.

P. De izquierda parece que es, ?pero tiene mano izquierda?

R. (Risas). No s¨¦. Espero que s¨ª. Eso lo tienen que decir los dem¨¢s, no yo.

P. Pues dicen que tiene poca mano izquierda.

R. Entonces tendr¨¢n raz¨®n, no lo s¨¦.

P. ?No ser¨ªa bueno tener mano izquierda o va a contestar al estilo Rajoy...?

R. (Risas) No, no, yo no me parezco nada a Rajoy. Si los dem¨¢s dicen que no la tengo, que son los que la sufren, pues seguramente tendr¨¢n raz¨®n. Pero yo creo que no es as¨ª, es una forma de comportarse. En determinados momentos quiz¨¢ esa mano izquierda no significa un avance, sino todo lo contrario. Es que yo creo que decir la verdad algunas veces se confunde con falta de mano izquierda, y si la mano izquierda supone ir enga?ando a todo el mundo que se te pone enfrente, no estoy dispuesta a tener mano izquierda.