Dario Fo satiriza sin piedad a Berlusconi
El dramaturgo estrena 'El an¨®malo bic¨¦falo', una comedia pol¨ªtica sobre el presidente italiano

Dario Fo, premio Nobel de Literatura en 1997, patriarca y satirista m¨¢ximo del teatro italiano, estrena hoy en Roma una nueva comedia pol¨ªtica. El personaje principal, y v¨ªctima, es el presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi. La obra, El an¨®malo bic¨¦falo, ha sido objeto de tentativas de censura y de pol¨¦micas desde que empez¨® a ensayarse en Mil¨¢n, y Fo ha recibido numerosas amenazas telef¨®nicas en los ¨²ltimos d¨ªas. Habr¨¢ agentes de polic¨ªa en la platea del Ol¨ªmpico de Roma cuando se alce el tel¨®n, con Dario Fo y su mujer, Franca Rame, como protagonistas de la obra.
Dario Fo quer¨ªa que Silvio Berlusconi, el fen¨®meno empresarial y pol¨ªtico que domina Italia desde que la corrupci¨®n se llevara por delante la Primera Rep¨²blica democristiana, se explicara a s¨ª mismo, pero desde fuera. El dramaturgo necesitaba que el presidente del Gobierno tuviera dos cerebros. Y urdi¨® El an¨®malo bic¨¦falo, una trama hilarante con la que pod¨ªa dejar al t¨ªtere sin ambas cabezas.
La obra comienza en un congreso de m¨¦dicos especializados en trasplantes. Berlusconi decide presidirlo e invita, adem¨¢s, a su amigo Vlad¨ªmir Putin, presidente de Rusia, para que compruebe el alto nivel de la ciencia italiana. Pero el Congreso es asaltado por terroristas que disparan contra ambos l¨ªderes. Putin resulta muerto. Berlusconi queda con vida, aunque pierde la mitad del cerebro. Los m¨¦dicos deciden salvar al dirigente italiano implant¨¢ndole en el cr¨¢neo la mitad del cerebro del presidente ruso.
Dario Fo interpreta a Berlusconi como un enano (el dramaturgo-actor act¨²a de rodillas, para recordar al p¨²blico que el poderoso l¨ªder, pese al tac¨®n cubano, las plantillas, las tarimas y los cojines en la butaca, es bajito) y con la cabeza vendada por el trasplante. Fo-Berlusconi despierta confuso de la operaci¨®n de urgencia a que es sometido tras el atentado: lanza parrafadas en ruso, brama contra los chechenos, llora por submarinos perdidos y se embriaga con vodka. Su esposa, Ver¨®nica (interpretada por Franca Rame, la mujer de Fo), se esfuerza por recordarle qui¨¦n es y, para refrescarle la memoria, le cuenta su propia vida.
Ver¨®nica no se deja nada en el tintero. Comienza con los or¨ªgenes dudosos, quiz¨¢ mafiosos, de su fortuna, hecha en el negocio de la construcci¨®n y, sobre todo, con la magna urbanizaci¨®n Milano-2, a cuyos habitantes el promotor Berlusconi ofrec¨ªa como incentivo una televisi¨®n local que, con los a?os, se convirti¨® en casi un monopolio de las televisiones privadas italianas; sigue con las cuentas suizas y las sociedades instrumentales, ficticiamente presididas por amas de casa e inv¨¢lidos, que controlaban el capital del imperio econ¨®mico; hace un minucioso repaso de las amistosas relaciones y los regalos entre el magnate y el pol¨ªtico socialista Bettino Craxi, s¨ªmbolo de la corrupci¨®n y muerto en el exilio tunecino; no olvida la pertenencia a la logia mas¨®nica P-2 de Licio Gelli, y explica con la mayor claridad el c¨¦lebre "conflicto de intereses" por el que ¨¦l, Berlusconi, es a la vez presidente del Gobierno de Italia, el hombre m¨¢s rico de Italia y el due?o del mayor imperio de comunicaci¨®n de Italia, y no se sabe nunca si sus decisiones se dirigen a beneficiar a sus votantes, a sus accionistas o a s¨ª mismo.
El pobre Berlusconi queda horrorizado. En el cerebro de Putin hab¨ªa un poco de conciencia y el gran l¨ªder italiano descubre el remordimiento. ?Esas cosas ha hecho ¨¦l? Lo confiesa todo, pide que le juzguen y le condenen, lo ofrece todo a cambio de un poco de paz interior. Ante ¨¦l desfilan sus ministros. Y la oposici¨®n de izquierda, que tampoco sale bien parada de la s¨¢tira de Fo.
Quien lo devuelve todo a la normalidad es Cesare Previti, abogado, "mano derecha" y ex ministro de Berlusconi (doblemente condenado este oto?o, ademas, por corromper jueces), que somete a su jefe a una terapia de electrochoques. Tras las descargas el¨¦ctricas, Silvio Berlusconi pierde su mal de conciencia, recupera su personalidad y, por un maravilloso efecto secundario de la terapia, deja de ser calvo y peina un hermoso tup¨¦. Sigue siendo bajito, pero con pelo.
Se trata de una s¨¢tira. Los de Berlusconi son, sin embargo, malos tiempos para los desahogos humor¨ªsticos. A mediados de septiembre, cuando comenzaban los ensayos, Sergio Escobar, director del Piccolo Teatro de Mil¨¢n, la casa de Dario Fo, denunci¨® presiones del poder. Algunos pol¨ªticos de la ¨®rbita berlusconiana le suger¨ªan que representar El an¨®malo bic¨¦falo podr¨ªa acarrearle la p¨¦rdida de subvenciones p¨²blicas. Fo y los suyos recibieron un inesperado apoyo de Ver¨®nica, la segunda esposa de Berlusconi y ex actriz: "Ser¨ªa una verg¨¹enza que se impusiera la censura", declar¨®. Y a?adi¨® que pensaba asistir, si le era posible, a la representaci¨®n.
No era la primera vez que Dario Fo y Franca Rame sufr¨ªan presiones. En la era de la Democracia Cristiana fueron vetados de la televisi¨®n p¨²blica por haber hablado en su programa de la Mafia, algo que, oficialmente, no exist¨ªa; su obra Misterio bufo, sobre los cr¨ªmenes del papa Bonifacio VIII, desat¨® una campa?a del Vaticano contra la pareja; en los a?os setenta fueron acusados de simpatizar con el terrorismo, igual que tras los atentados del 11 de septiembre: en esa ocasi¨®n, osaron decir que les parec¨ªa una verg¨¹enza que lo ¨²nico que siguiera funcionando, tras la matanza, fuera la Bolsa de Wall Street. A pesar de todo, Fo considera que el presente, en Italia, es especialmente nefasto: "A veces echo en falta a la Democracia Cristiana", declara.
La pareja Fo-Rame ha recibido llamadas amenazantes en los ¨²ltimos d¨ªas. Los ¨²ltimos ensayos generales, en las afueras de Rabean y en Roma, se celebraron bajo una discreta vigilancia policial.
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