Acci¨®n contra el genocidio
El VIH ha destruido la vida de millones de seres humanos en todo el mundo. Hoy, cuando se conmemora el D¨ªa Mundial del Sida, se recuerdan las muertes y el sufrimiento, pero ?cu¨¢ndo se recordar¨¢ este d¨ªa como la fecha a partir de la cual todo empez¨® a cambiar? S¨®lo en el ¨²ltimo a?o han fallecido m¨¢s de tres millones de personas y m¨¢s de cinco se han infectado. Seg¨²n Onusida, a finales de 2002 el n¨²mero de personas que viv¨ªan con el VIH se acercaba a los 42 millones. La mitad de ellas se infectan antes de cumplir los 25 a?os, y suelen fallecer hacia los 35. Adem¨¢s, el 95% de los casos se da en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo y se prev¨¦ que esta proporci¨®n siga creciendo.
Se ha llegado a un punto tal que ya no se puede hablar del sida como una enfermedad, sino como un genocidio, un holocausto que diezma poblaciones enteras, devasta pa¨ªses, arruina comunidades y lleva la hambruna a los m¨¢s d¨¦biles. Se trata del mayor reto moral que tiene que afrontar el mundo, un reto que hasta ahora s¨®lo puede considerarse un fracaso. Millones de vidas pueden salvarse: las de las personas enfermas y las de los que enfermar¨¢n si no se hace nada.
Cuando hace 10 a?os algunos expertos dec¨ªan que en ?frica se iban a producir decenas de millones de enfermos y muertos, ciertos sectores les acusaron de alarmistas. Las previsiones para el fin de esta d¨¦cada pronostican que otros 45 millones de personas contraer¨¢n el VIH en 126 pa¨ªses de ingresos bajos. De ellas, m¨¢s del 40% surgir¨¢n en Asia y el Pac¨ªfico, y su crecimiento ser¨¢ exponencial.
En China e India se calcula que al menos 7,2 millones de personas viven actualmente con el VIH. Esto no parece mucho dada su enorme poblaci¨®n. Hay que tener en cuenta que, dada su elevada poblaci¨®n, un 1% de aumento en su prevalencia puede suponer m¨¢s de 20 millones de nuevos casos.
Hasta hace cinco a?os, la lucha contra el sida en los pa¨ªses pobres ten¨ªa como directriz la prevenci¨®n. Actualmente, la batalla requiere prevenci¨®n y tratamiento. M¨²ltiples razones existen para proclamar esta necesidad. La primera, el efecto preventivo del tratamiento, que incentiva la realizaci¨®n del test y el counselling; la segunda, que el tratamiento reduce la carga viral de las personas a niveles indetectables, lo que elimina virus en la poblaci¨®n y corta la transmisi¨®n. Y, por ¨²ltimo, que el precio ha bajado dr¨¢sticamente, lo que acelera el acceso a los tratamientos.
Es urgente actuar y extender el uso de condones en todo el planeta. Hay que cortar la transmisi¨®n madre-hijo, extender los tests y llevar los programas de reducci¨®n de da?os a los lugares donde se consuman drogas inyectables, y, por ¨²ltimo, facilitar tratamiento antiviral a todos los seropositivos en estado avanzado.
Se sabe lo que hay que hacer, pero son necesarios el apoyo y la inversi¨®n internacionales. Como testigo directo en la asamblea de Naciones Unidas, pude ver que, de los 7.000 millones de d¨®lares que se solicitaban, los pa¨ªses fueron donando miserablemente y s¨®lo se ha llegado a 3.500 millones. La falta de fondos ha supuesto la muerte de tres millones de personas y millones de nuevas infecciones. Es imposible justificar esta falta de compromiso. Cuando hay que dar fondos para reconstruir un pa¨ªs devastado por una guerra promovida por el ej¨¦rcito americano y sus aliados, los pa¨ªses no s¨®lo donan esa cantidad sino que la sextuplican: 34.000 millones de d¨®lares anunciaba nuestra ministra de Exteriores para Irak. ?C¨®mo vamos a explicar a nuestros hijos que no hemos sido capaces de salvar a millones de personas pero que s¨ª hemos cedido algunos de estos fondos a financiar actividades de los ej¨¦rcitos invasores de Irak? Triste mundo y penosos gobernantes que pueden dar miles de millones a ej¨¦rcitos y no pueden encontrar los relativamente pocos miles de millones de d¨®lares que son necesarios para salvar a una generaci¨®n de personas contagiadas por el VIH en el continente africano, m¨¢xime si se sabe que no poner en pr¨¢ctica las medidas con urgencia y en¨¦rgicamente significar¨¢ que somos c¨®mplices de la mayor cat¨¢strofe de la humanidad.
Pilar Est¨¦banez es concejal socialista de Mayores y Cooperaci¨®n en el Ayuntamiento de Madrid. Es fundadora de M¨¦dicos del Mundo y experta en sida.
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