Los maridos matan m¨¢s de lo normal
Cuando Hannah Arendt lleg¨® a su exilio norteamericano, un grupo de periodistas la entrevist¨®. Uno de ellos, ¨¢vido de un titular f¨¢cil y sin duda pensando en Adolf Hitler, le pregunt¨®: ?Qui¨¦n es para usted el mayor asesino del siglo XX? Ella sin pesta?ear contest¨®: "El pater familias". En nuestros d¨ªas y en Espa?a, como much¨ªsimas otras apreciaciones de Arendt, esto sigue siendo cierto. En los ¨²ltimos a?os el mayor asesino del pa¨ªs no ha sido ETA, sino la violencia de los compa?eros ¨ªntimos (VCI) sobre las mujeres. Es m¨¢s, podr¨ªa aceptarse que desde el a?o 1968 en que ETA comenz¨® su tenebrosa campa?a con m¨¢s de 800 asesinados hasta hoy, los compa?eros ¨ªntimos de las mujeres espa?olas han asesinado probablemente a m¨¢s del triple de esa cifra. El riesgo para una mujer espa?ola de ser asesinada est¨¢ sobre todo en casa: en 2002, el 80% de las mujeres asesinadas en Espa?a lo fueron a manos de su marido, ex marido, novio o amante.
En Espa?a, hasta ahora, hay mucha ret¨®rica sobre la cuesti¨®n, pero una palmaria ausencia de verdaderas pol¨ªticas
La violencia de ETA parece -crucemos los dedos todos- estar en franco declive, mientras que la VCI, sin embargo, crece m¨¢s y m¨¢s cada a?o. Miguel Lorente Acosta public¨® en 2001 un excelente libro de felic¨ªsimo titulo: Mi marido me pega lo normal. Con este titulo quer¨ªa hacer referencia a la enorme prevalencia de este problema en nuestra sociedad. A¨²n no tenemos cifras definitivas de frecuencia en Espa?a, pero nuestro grupo ha publicado recientemente en la revista Gaceta Sanitaria una estimaci¨®n de riesgo, que de ser estable significar¨ªa que durante su vida f¨¦rtil una de cada veinte espa?olas se va a ver obligada a denunciar a su compa?ero ¨ªntimo por malos tratos.
Aunque s¨®lo fuera por lo antes dicho, la cuesti¨®n merecer¨ªa una acci¨®n social y pol¨ªtica vigorosa (como tres veces m¨¢s vigorosa que contra ETA si realmente queremos ser justos), pero es que hay m¨¢s: Espa?a esta viviendo este a?o una verdadera epidemia de asesinatos por VCI. Aplicando las t¨¦cnicas epidemiol¨®gicas usuales han sido meses epid¨¦micos casi todos los de 2003 comparados con la mediana de casos de los ¨²ltimos cuatro a?os (ver los datos en www.e-leusis.net). La pregunta que sin duda surge ante esta situaci¨®n es: ?C¨®mo es posible esta epidemia, si el tema ha estado perennemente en los medios, ha entrado en la agenda pol¨ªtica y en el c¨®digo penal, hay consenso en que hay que abordarlo prioritariamente y no hay un discurso abierto en nuestro espacio ret¨®rico que lo legitime?
Intentemos aclarar esta aparente contradicci¨®n. Es verdad que esta cuesti¨®n est¨¢ y ha estado en el espacio medi¨¢tico en los ¨²ltimos a?os, pero lo ha hecho de manera extremadamente confusa y ayudando a construir el problema como una desviaci¨®n aberrante de conductas individuales. Para empezar: ?C¨®mo le estamos llamando a esto? Masivamente se usa el t¨¦rmino de violencia dom¨¦stica mezcl¨¢ndolo con otras violencias en el hogar. Pero Espa?a tiene a la vez alt¨ªsimos niveles de VCI que coexisten con baj¨ªsimos niveles de violencia contra menores. Una de dos, o tenemos los hogares m¨¢s raros del mundo o estamos hablando de dos fen¨®menos distintos, que necesitan para su abordaje adecuado de enfoques distintos. En la consideraci¨®n de las historias hemos pasado del apasionamiento criminal a la ausencia de palabras para describir unas conductas que no caben en los libros de criminolog¨ªa. Sin embargo, el contexto en que viven estas parejas, las causas en nuestra propia historia social que explican que Espa?a est¨¦ atravesando una verdadera crisis reproductiva -?no es raro lo de nuestra baj¨ªsima fecundidad tambi¨¦n?-, de esto se habla muy poco.
Ning¨²n problema social se ha solucionado nunca a golpes de C¨®digo Penal. Podemos seguir endureciendo las penas ad infinitum y reforzando de paso la construcci¨®n meramente individual de la cuesti¨®n, pero esto es lo que hemos hecho hasta ahora y hay que reconocer que la cosa esta mucho peor, que los maridos ya incluso matan m¨¢s de lo normal.
Sin embargo, muchos problemas sociales se aminoran desarrollando verdaderas pol¨ªticas y escrutando met¨®dicamente sus efectos para retroalimentar su formulaci¨®n. En Espa?a hasta ahora hay mucha ret¨®rica sobre la cuesti¨®n, pero una palmaria ausencia de verdaderas pol¨ªticas. El pasado d¨ªa 25 de noviembre fue el d¨ªa internacional contra la violencia sobre las mujeres. Quiz¨¢s sea ¨¦ste un buen momento para reconocer que lo que se ha hecho hasta ahora no es ni mucho menos suficiente para abordar un reto del tama?o del que tenemos delante.
Carlos ?lvarez-Dardet es catedr¨¢tico de Salud P¨²blica y director de Journal of Epidemiology and Community Health.
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