El hombre tranquilo cambia de t¨¢ctica
Rijkaard rompe su imagen serena y discute con los jugadores en el ensayo del Bar?a
"Estoy bien", dice Fran Rijkaard, t¨¦cnico del Bar?a, con una medio sonrisa ya serena tras la conmoci¨®n que reflej¨® en el avi¨®n de M¨¢laga a Barcelona tras el 5-1. "No he dormido bien. No lo hago tras una derrota. Un deportista vive momentos de gloria y de dificultades. Pero la vida no cambia nada", a?ade con un leve deje de italiano. "Llevo muchos a?os en esto y hay que reaccionar". Es jueves por la tarde y Rijkaard se acomoda en su despacho del Camp Nou tras su inmensa mesa de madera. Enciende un cigarrillo y atiende a un colaborador que le trae dos cintas de video con car¨¢tula blanca. "?Est¨¢n aqu¨ª los partidos?", pregunta mientras su ayudante asiente.
Ah¨ª est¨¢ el Madrid enlatado, el ¨²ltimo derby ante el Atl¨¦tico, el gol de Ronaldo logrado en 16 segundos. La blanca pizarra magn¨¦tica se ha quedado parada en el tiempo: a¨²n refleja la posici¨®n de los jugadores en fichas con imanes de color rojo y azul del partido ante el M¨¢laga. A¨²n se lee el nombre de Josemi que puso la primera piedra de los cinco goles que han conmocionado al Bar?a.
Quedan 48 horas para el cl¨¢sico y Rijkaard sigue siendo el hombre tranquilo. No ha cancelado sus cuatro entrevistas y ha dirigido un ensayo en La Masia con un silencio sepulcral. Son cerca de las 20.00 horas y ahora ultima el viaje a El Muntany¨¤, santuario del Dream Team de su amigo Johan Cruyff. "No importa que venga el Madrid", dice, "con otro rival tambi¨¦n nos habr¨ªamos concentrado. Es un momento delicado y debemos estar juntos". Rijkaard gana siempre en el di¨¢logo por educaci¨®n o aburrimiento. Tiene un palmar¨¦s mejor que el Bar?a -tres Copas de Europa frente a una- y experiencia suficiente para driblar las preguntas con la habilidad de un pol¨ªtico. No quiere recordar que fue una pieza clave del Milan que frustr¨® el sue?o europeo de la Quinta del Buitre: "No se puede comparar porque eran partidos entre equipos de pa¨ªses distintos. Y ni siquiera finales. Y mis jugadores tambi¨¦n guardan buenos recuerdos contra el Madrid". Pero, ?no le asusta Ronaldo?, se le pregunta. "No, no". "?O Beckham? ?Zidane? ?No son demasiados?, "No, no me importan los gal¨¢cticos. Otros les han goleado y les he visto sufrir". ?No le afecta que puede ser el primer entrenador que pierda ante el Madrid en 20 a?os?, se le insiste. "Tengo que aislarme. Para m¨ª es igual de dolorosa la derrota ante el M¨¢laga o el Villarreal. S¨®lo las reacciones del entorno cambian en d¨ªas as¨ª". Y acaba: "No dije que mis jugadores hicieron el rid¨ªculo. Yo s¨¦ lo que se sufre en momentos as¨ª".
Pero s¨ª dijo albergar la sensaci¨®n de tener que volver a empezar tras la progresi¨®n que hab¨ªa mostrado el Bar?a con Ronaldinho. Y, ayer, fue el primero en hacerlo. O fue por la voracidad del entorno o porque le han sugerido que deje de proteger y presione a unos jugadores que s¨®lo se irritaron en M¨¢laga con el 4-0. Pero Rijkaard, ayer, les grit¨®, dio ¨®rdenes y discuti¨®, por ejemplo, con Cocu, su brazo derecho. No jug¨® al gato y al rat¨®n con la prensa y la despach¨® en diez minutos con mon¨®silabos. "?Tengo yo que dar consejos al Madrid sobre c¨®mo ganarnos?", le dijo a un periodista con sorna, mostr¨¢ndose, por primera vez, nervioso, desconocido. La llegada del Madrid ha echado el resto. El hombre tranquilo, por una vez, perdi¨® el temple.
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