Alemania augura una divisi¨®n de Europa si fracasa el proyecto de Constituci¨®n

El Gobierno alem¨¢n ha elevado el tono al m¨¢ximo en las ¨²ltimas semanas ante la posibilidad de que el proyecto de Constituci¨®n europea que defiende a capa y espada sucumba en el ¨²ltimo minuto por culpa de Espa?a y Polonia. El encargado de agitar los fantasmas es el ministro de Exteriores, el verde Joschka Fischer, quien augura "una Europa dividida" y "a varias velocidades", con n¨²cleos de vanguardia y pa¨ªses postergados, si el proyecto constitucional o el nuevo reparto de poder entra en v¨ªa muerta. Y lo ha supeditado directamente con el pr¨®ximo reparto de fondos de 2007.

Fischer opina que el proyecto constitucional es "excelente". Tanto, que Alemania no ha suscrito ninguna de las centenares de enmiendas presentadas al dicho proyecto desde que el pasado 4 de octubre se abri¨® la Conferencia Intergubernamental (CIG) que debe pactar el texto los pr¨®ximos d¨ªas 12 y 13.

"Si no hay acuerdo, veremos una Europa de diferentes velocidades", coment¨® el lunes pasado a EL PA?S en Brujas (B¨¦lgica). "Si volvemos a Niza ser¨¢ un fracaso que llevar¨¢ a una Europa m¨¢s dividida". Lo mismo ha insinuado el canciller alem¨¢n, Gerhard Schr?der.

No han sido los ¨²nicos. El propio presidente de la Comisi¨®n, el italiano Romano Prodi, ha declarado al peri¨®dico alem¨¢n Handelsblatt: "Naturalmente, la Comisi¨®n preferir¨ªa que todos los pa¨ªses participaran en la construcci¨®n de Europa a la misma velocidad, pero no podemos sacrificar para siempre el proyecto europeo al ritmo de los m¨¢s lentos".

A¨²n m¨¢s expl¨ªcito ha sido el primer ministro belga, el liberal Guy Verhofstadt, firme aliado del eje franco-alem¨¢n: "El fracaso de la Conferencia Intergubernamental marcar¨¢ el inicio de toda suerte de cooperaciones reforzadas", es decir, de grupos de pa¨ªses que ir¨ªan por su cuenta en ¨¢reas como Defensa, Justicia o el control de fronteras. Verhofstadt ha dicho que hay un plan B si fracasa la CIG. "Inevitablemente, veremos emerger una Europa a dos velocidades, un n¨²cleo duro europeo", que estar¨¢ formado "en torno al eje franco-alem¨¢n".

No han sido s¨®lo unas declaraciones m¨¢s o menos explosivas de Verhofstadt en el momento. El Parlamento belga aprob¨® el jueves pasado, por amplia mayor¨ªa, una resoluci¨®n por la que se exige al Gobierno federal que, si fracasa la CIG, "juegue un papel decidido a favor de una vanguardia europea".

El Gobierno espa?ol, como han repetido varias fuentes oficiales consultadas, opina que se trata de amenazas con muy poca base y esgrimen como principal argumento en contra que es imposible esa Europa de n¨²cleos y grupos cuando ya est¨¢ en marcha el euro. Pero Alemania reserva, adem¨¢s, una amenaza espec¨ªfica para Espa?a y tambi¨¦n para Polonia. Schr?der ha repetido en los ¨²ltimos meses que, "por supuesto, hay una relaci¨®n directa entre el resultado de la CIG y las pr¨®ximas perspectivas financieras de la UE", es decir, el futuro reparto de la tarta de los fondos europeos que entrar¨¢ en vigor a partir de 2007.

Espa?a se lleva hoy unos 8.000 millones de euros anuales de esos fondos y, a partir del a?o que viene, ser¨¢ Polonia uno de los m¨¢s beneficiados. Se da la circunstancia de que las negociaciones de las actuales perspectivas para el periodo 2000-2006 en Berl¨ªn ya costaron un serio disgusto a Schr?der ante la intransigencia de Aznar al rechazar las propuestas que le hac¨ªa el canciller. La herida nunca se ha cerrado.

En esta recta final de la negociaci¨®n constitucional, no obstante, hay un factor determinante que juega en contra de los intereses franco-alemanes. Par¨ªs y Berl¨ªn han despertado los recelos de todos los miembros del club cuando, en un alarde de prepotencia sin precedentes, anularon la pasada semana en Bruselas los castigos que les propon¨ªa la Comisi¨®n por incumplir reiteradamente el Pacto de Estabilidad que ellos mismos promovieron en 1997. Fue un duro golpe a la credibilidad de las reglas de la UE que ha puesto en guardia a los dem¨¢s socios del club ante un proyecto constitucional que duplica el poder de Berl¨ªn en la Uni¨®n.

El italiano Mario Monti, comisario de la potente cartera de Competencia, ha sido uno de los muchos responsables pol¨ªticos europeos que ha censurado al eje franco-alem¨¢n por su comportamiento. "Su mensaje pol¨ªtico es: No cre¨¢is que todos los pa¨ªses de la UE son tratados en pie de igualdad. Empiezo a preguntarme si esa alianza [entre Francia y Alemania] es buena, porque parece destinada, por encima de todo, a proteger los intereses nacionales particulares y eso va en contra de la integraci¨®n europea".

La ministra espa?ola de Exteriores, Ana Palacio, ha alertado desde el pasado verano a todos los pa¨ªses de la UE sobre los riesgos para Europa de la tentaci¨®n franco-alemana de formar "una uni¨®n pol¨ªtica" entre los dos pa¨ªses y de querer imponer "un diktat" a los dem¨¢s socios. Alejo Vidal-Quadras (PP), vicepresidente del Parlamento Europeo, acus¨® el martes pasado a Francia y Alemania de comportarse como si la UE fuera "de su propiedad exclusiva".

Frente a estos temores espa?oles, entre otros, se da la paradoja de que Alemania a¨²n tendr¨¢ m¨¢s poder en la UE si cuaja la soluci¨®n que se apunta para que Espa?a deje de amenazar con bloquear la Constituci¨®n europea. Elevar del 60% al 66% el porcentaje de poblaci¨®n necesaria para tomar decisiones en la Uni¨®n pondr¨¢ a Berl¨ªn mucho m¨¢s f¨¢cil bloquear todo acuerdo en el Consejo de la UE con el simple apoyo de un pa¨ªs grande y otro mediano. Con sus 99 eurodiputados sobre un total de 736, los alemanes tambi¨¦n ejercer¨¢n un elevado control en la Euroc¨¢mara (el siguiente pa¨ªs con m¨¢s esca?os tendr¨¢ 72). Y si mantienen su segundo comisario en el Ejecutivo comunitario, su poder no tendr¨¢ contrapeso alguno en la Uni¨®n ampliada.