El apoyo de Gore despeja el camino de Dean como candidato dem¨®crata a la Casa Blanca
El ex gobernador de Vermont, ¨²nico aspirante que ha conseguido ilusionar a las bases
El ex vicepresidente de Estados Unidos Al Gore le dio ayer a Howard Dean el empuj¨®n que necesitaba para confirmar su liderazgo entre los aspirantes a la candidatura del Partido Dem¨®crata para las elecciones de 2004. Dean iba delante en los sondeos y en el dinero recaudado, pero le faltaba el respaldo de una figura importante en la direcci¨®n dem¨®crata, y eso es lo que Gore, ante la perplejidad de algunos compa?eros, puso sobre la mesa. "Este pa¨ªs no puede permitirse el lujo de tener otros cuatro a?os de Gobierno de Bush y Cheney", dijo el ex vicepresidente.
Gore gan¨® en votos populares las elecciones de 2000 frente a George W. Bush, pero se qued¨® sin la presidencia porque el Tribunal Supremo decidi¨® interrumpir el recuento de votos dudosos en Florida y porque tuvo malos resultados en su propio Estado, Tennessee, y en otros lugares en los que Bill Clinton hab¨ªa ganado con comodidad.
Gore ha tomado la decisi¨®n "impresionado" por la capacidad de movilizaci¨®n de Dean, el ¨²nico que ha conseguido ilusionar y movilizar a unas bases ansiosas de devolver a Bush el golpe del a?o 2000 y galvanizadas por las cr¨ªticas del candidato a la Casa Blanca por la guerra y la posguerra de Irak. "Solamente Dean ha sido capaz de inspirar a los militantes en todo el pa¨ªs", dijo Gore, que destac¨® tambi¨¦n que ha sido "el ¨²nico candidato que valor¨® correctamente la guerra", para afirmar despu¨¦s, entre los aplausos de los que asistieron al acto celebrado en Harlem: "Tenemos que rehacer el Partido Dem¨®crata, tenemos que rehacer EE UU".
Cualquiera menos Dean
Esa idea es la que ha alterado a parte de la direcci¨®n dem¨®crata, en la que hay un n¨²cleo que se estaba moviendo informalmente bajo lo que se llamaba ABD (Cualquiera Menos Dean, en la traducci¨®n del ingl¨¦s) y que considera que Dean ofrece algunos flancos d¨¦biles contra Bush. Otro candidato, ya sin posibilidades, como el senador Joe Lieberman, lo dijo ayer con claridad a la NBC: "Al Gore respalda a alguien que ha adoptado posiciones diametralmente opuestas a las suyas, pero, sobre todo, a alguien fundamentalmente opuesto a la transformaci¨®n que Clinton trajo al partido en 1992". ?Se siente traicionado Lieberman, que acompa?¨® a Gore en el t¨¢ndem presidencial de 2000? "No voy a hablar ahora sobre el sentido de la lealtad de Al Gore", replic¨®.
Lo que Lieberman plante¨® ayer ser¨¢ la gran cuesti¨®n que no se resolver¨¢ hasta la noche del 2 de noviembre de 2004: en un pa¨ªs casi dividido al 50% y con un presidente que depende de dos factores no garantizados para la reelecci¨®n -Irak y la econom¨ªa-, ?hay que plantear la batalla sobre lo que m¨¢s atrae a los militantes o sobre lo que ser¨ªa m¨¢s asumible por los votantes moderados? Dean, que se confes¨® ayer "sorprendido y extasiado" por el apoyo, no tiene ninguna duda sobre su apuesta: "Hemos perdido un mont¨®n de elecciones en las legislativas de 2002 porque decidimos que ¨ªbamos a por los votos de los indecisos y que nuestra base se acomodar¨ªa despu¨¦s. Creo que ahora es importante que distingamos a los que est¨¢n con nosotros desde siempre".
Dean tiene ahora, en todo caso, un panorama m¨¢s despejado, aunque no completamente, en el proceso de primarias. El ¨²nico obst¨¢culo para su nominaci¨®n es que Dick Gephardt -respaldado por sindicatos y otros grupos conservadores del partido- salga bien librado de las primarias internas de Iowa, dentro de cinco semanas. En ese caso, podr¨ªa encabezar una corriente alternativa a Dean, a la que sin duda se sumar¨ªan los que guardan mal recuerdo de la campa?a de Gore de 2000 y que creen que es suicida, en estos momentos, abandonar la orientaci¨®n centrista que dio Clinton al partido. El resto de candidatos, desde John Kerry al ex general Wesley Clark, que ya no iban bien en los sondeos, quedaron ayer fuera de combate despu¨¦s del terremoto causado por Gore.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.