Unai Elorriaga: "Soy traductor y por eso no dejar¨ªa mi novela a nadie"
El escritor participa en los 'Encuentros con la Catedral' de Vitoria
El escritor Unai Elorriaga relacion¨® ayer la construcci¨®n de las catedrales con la de las novelas en la conferencia Kanpaiak literaturan (Las campanas en la literatura), su aportaci¨®n al ciclo Encuentros con la Catedral, organizado en torno a la restauraci¨®n de la vieja seo de Vitoria. Las campanas del templo son como esos motivos que recorren una novela y que sirven para llamar la atenci¨®n del lector.
"Cuando empec¨¦ a preparar la conferencia, lo primero que vi fue la detallada descripci¨®n que se hace en la p¨¢gina web de la catedral de Santa Mar¨ªa de todas sus campanas, y pronto me vino la relaci¨®n con lo que se conoce en literatura como leitmotiv, esos elementos que se repiten una y otra vez y que al final ofrecen un significado diferente; cada combinaci¨®n de las campanas hace referencia a un concepto distinto: muerte, misa, fuego...", explic¨® ayer el escritor Unai Elorriaga (Bilbao, 1973), enfrascado en estos momentos en la traducci¨®n al castellano de Van't Hoffen ilea, su ¨²ltima novela.
Elorriaga se pronunciaba as¨ª despu¨¦s de recorrer la catedral, horas antes de leer su conferencia en el Palacio de Congresos Europa ante un auditorio abarrotado. El paseo le provoc¨® un cambio, por lo menos, en la charla prevista. "Todas las catedrales que he visitado tienen un lugar preferente para los reyes que financiaron su construcci¨®n, lo que no ocurre en Vitoria. ?sta era una de las referencias previstas, que tengo que eliminar. Estamos ante una catedral republicana", sostuvo el autor de SPrako tranbia, obra que vive un espl¨¦ndido momento de traducciones.
Sin embargo, es ¨¦l mismo quien realiza las versiones en castellano. "Yo soy traductor de oficio, conozco todos los pecados del traductor y no le dejar¨ªa mi novela a nadie", aclar¨® antes de desvelar algunas de sus claves: "Lo que hay que conseguir es que el texto mantenga el mismo tono, igual fuerza en una lengua que en otra, aunque para ello haya que poner o quitar elementos".
Elorriaga se encontr¨® francamente sorprendido con el paseo por la catedral. "No hab¨ªa visto nunca un despliegue como ¨¦ste; y, sobre todo, me ha llamado la atenci¨®n la convivencia de creaciones centenarias con los instrumentos de laboratorio que se emplean en la restauraci¨®n", dijo quien trabaja en sus novelas con la minuciosidad del cient¨ªfico. "La arquitectura de la literatura no es tan exacta, pero yo trato de planificarlo todo: en un cuaderno apunto el n¨²mero de cap¨ªtulos, qu¨¦ se contar¨¢ en cada uno, con qu¨¦ t¨¦cnica narrativa. Vamos, que hay poco de esa espontaneidad creativa que alardean algunos", apunt¨®.
Respecto al estado de la literatura vasca, Elorriaga quiso mostrarse optimista: "Dif¨ªcilmente podr¨ªamos estar mejor. Hay diez autores de primera fila, algo extraordinario con lo peque?os que somos y los pocos lectores que hay".
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