La novela de la edad de oro de las novelas

Un viejo exiliado alem¨¢n que proven¨ªa del grupo de Rosa Luxemburgo trabajaba como director de la Biblioteca P¨²blica de una peque?a ciudad del Cono Sur. Los chicos, cuando llegaban por primera vez, le preguntaban: "Don Enrique, ?qu¨¦ puedo leer?", y ¨¦l, en medio del recinto y siempre de espaldas, contestaba seca e invariablemente: "David

Copperfield". Luego, una vez le¨ªdo, se lo tomaba al chico como quien toma una lecci¨®n y s¨®lo tras esta prueba satisfactoria uno pod¨ªa ser admitido en la confraternidad de los lectores. ?Por qu¨¦ ¨¦sa y no otra?, se preguntar¨¢ m¨¢s de uno. Para m¨ª, no cabe la menor duda: David Copperfield es la novela de las novelas; no la mejor, ni la m¨¢s compleja, ni la m¨¢s ambiciosa, ni la m¨¢s trascendente..., no. Es la novela m¨¢s novela de todas las novelas de la edad de oro de la novela.

David Copperfield inaugura la gran etapa de Dickens que culminar¨¢ en obras que, personalmente, considero de superior densidad, como Casa desolada o Nuestro com¨²n amigo. Pero lo que la hace ¨²nica es su capacidad de absorber, conmover y deleitar a cualquier lector m¨ªnima o m¨¢ximamente interesado por la lectura. Este inmenso relato se desenvuelve en un entramado claramente sentimental, ingenuo en ocasiones y caricaturesco en otras, pero la suma de sus elementos va atinando una vez tras otra en alcanzar todos los s¨ªmbolos experienciales del desarrollo de un h¨¦roe de la vida moderna. Armada con un dominio extraordinario de la trama, sostenida por un elenco de personajes inolvidables gracias al poder hipn¨®tico de su caracterizaci¨®n tan elemental como esencialista, utilizando toda clase de recursos del melodrama, el humor, la intriga, la aventura y la melancol¨ªa, Charles Dickens se eleva sobre la sociedad inglesa sometida al brutal impacto de la revoluci¨®n industrial para observarla y convertirla, cual un maestro de experiencia, en un campo de expresi¨®n literaria del nuevo mundo urbano. Adem¨¢s, creo que ¨¦sta es una de las pocas veces en que no resulta un t¨®pico o una consciente vaguedad decir que es un relato que trata de la Vida. ?se es su valor universal e imperecedero. ?l amaba este libro m¨¢s que ning¨²n otro de los suyos.

No hay mejor regalo en tiempo de regalos que esta nueva y completa traducci¨®n, presentada en una edici¨®n impecable, que contiene las maravillosas ilustraciones de Phiz y cuya preciosa y audac¨ªsima portada no sorprender¨¢ a quienes ya tengan noticia del Libro de los cocodrilos de Peggotty.