La brecha digital, ?crea m¨¢s desigualdad?

EL CONCEPTO brecha digital (traducci¨®n medi¨¢tica al castellano de digital divide) comienza a ser utilizado en EE UU a mediados de los a?os noventa para referirse a las desigualdades sociales que comienzan a surgir a medida que se desarrolla el uso de los ordenadores y de Internet. En 1996, el Departamento de Comercio norteamericano concreta un poco m¨¢s el concepto: "Algunas personas disponen de los ordenadores m¨¢s potentes, el mejor servicio telef¨®nico y el servicio de Internet m¨¢s r¨¢pido, as¨ª como de la riqueza de contenidos y una educaci¨®n relevante para sus vidas... Otro grupo de personas no tiene el acceso a los mejores y m¨¢s modernos ordenadores, al servicio telef¨®nico m¨¢s seguro o al servicio de Internet m¨¢s r¨¢pido y conveniente. La diferencia entre estos dos grupos es la brecha digital".

No hay una sola brecha digital, sino muchas: la de g¨¦nero (mujeres y hombres), la generacional (j¨®venes y mayores), la pol¨ªtica (pa¨ªses con libertad de Internet y pa¨ªses sin ella), la ling¨¹¨ªstica (ingl¨¦s o no)...

Con el objetivo gen¨¦rico de reducir esa brecha digital se ha convocado la primera Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Informaci¨®n, que se ha celebrado en Ginebra. La primera cuesti¨®n es si la brecha digital es un nuevo factor de desigualdad, o una manifestaci¨®n contempor¨¢nea de los previamente existentes, a los que se superpone. Hace escasas semanas, en un debate en la Fundaci¨®n SCH, el catedr¨¢tico Jos¨¦ B. Terceiro y el presidente de la patronal de equipos electr¨®nicos, Jes¨²s Banegas, coincidieron en se?alar que la sociedad de la informaci¨®n no genera nuevas desigualdades. "La verdadera brecha es la que divide al mundo en quienes tienen hambre y sed y quienes no la tienen... No tiene nada que ver con lo digital, y en ning¨²n caso lo digital lo va a ampliar... De no existir Internet, la posibilidad que tiene un habitante de un pa¨ªs subdesarrollado de leer The New York Times es mucho m¨¢s cara y, por tanto, remota", dijo Terceiro.

Otro autores sostienen lo contrario: la brecha digital incrementa las desigualdades previas. El director general de la Fundaci¨®n Retevisi¨®n Auna, Fernando Ballestero, autor del libro La brecha digital. El riesgo de exclusi¨®n en la sociedad de la informaci¨®n, dice en el mismo: "Puede apreciarse claramente una tendencia al aumento de la desigualdad al pasar al estadio de sociedades tecnol¨®gicamente avanzadas. Ser¨ªa, en definitiva,el impacto de la llamada brecha digital sobre una sociedad que encierra en s¨ª misma grandes desigualdades".

Terceiro distingue al menos seis tipos de segmentaciones: la generacional (es muy distinto el manejo de ordenadores entre los j¨®venes y los mayores), la ling¨¹¨ªstica (entre quienes dominan el ingl¨¦s, lengua franca de Internet, y quienes no lo hacen), la de contenidos (los primeros usuarios son los miembros de las clases altas y medias), la segmentaci¨®n de g¨¦nero (hombres y mujeres utilizan en muy distinto grado y calidad la inform¨¢tica), la democr¨¢tica (abismales diferencias entre los pa¨ªses cuyos ciudadanos pueden acceder con libertad a Internet y los que no) y, por ¨²ltimo, la segmentaci¨®n cultural, que hace referencia a la separaci¨®n de las dos culturas, la literaria y la cient¨ªfica.

Espa?a ha asistido a la cumbre de Ginebra en mal momento. Octava potencia econ¨®mica del mundo seg¨²n el presidente Aznar, tan s¨®lo ocupa el lugar vig¨¦simo noveno en la clasificaci¨®n de la sociedad de la informaci¨®n, que todos los a?os publica el Foro Econ¨®mico Mundial, habiendo retrocedido adem¨¢s cinco puestos en un solo ejercicio. Seg¨²n el Informe global sobre las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n, se mida como se mida, (calidad de la educaci¨®n cient¨ªfica, investigaci¨®n en universidades y empresas, infraestructuras de la comunicaci¨®n disponibles, l¨ªneas de tel¨¦fono, penetraci¨®n de Internet, n¨²mero de ordenadores...), Espa?a est¨¢ a la cola de la Uni¨®n Europea, s¨®lo rebasada -a la baja- por Grecia y Portugal.

El mismo d¨ªa en que se conoc¨ªan estos datos, el Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa, tan habituado a la propaganda como el de Hacienda, publicaba un anuncio publicitario que rezaba: "Plan Nacional de I+D+I: cada euro que se invierte hoy en conocimiento es capital para la sociedad del futuro". Pues eso.