50 escritores y artistas revisan la Constituci¨®n a su manera
El libro 'Con la palabra y la imagen' se presenta hoy en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid con una exposici¨®n de 24 horas
Veinticinco personalidades del mundo de la cultura, entre los que se cuentan los escritores recientemente fallecidos Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n y Dulce Chac¨®n, y veinticinco artistas pl¨¢sticos han plasmado su particular versi¨®n acerca del aniversario de la Constituci¨®n en el libro Con la palabra y la imagen, 25 a?os de la Constituci¨®n Espa?ola (Brizzoli), impulsado por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias. Cada autor recibi¨® un concepto o un valor consagrado por la Ley Fundamental para que escribiera lo que sent¨ªa. "El resultado", asegura Alfonso Guerra en el pr¨®logo del libro, "es una obra inesperada que proporcionar¨¢ diversas valoraciones y conjeturas, pero que ofrece un conjunto de visiones nada ret¨®ricas, novedosas, originales y pol¨¦micas". Con la palabra y la imagen se presenta hoy en el C¨ªrculo de Bellas Artes de Madrid, donde se realizar¨¢ una exposici¨®n de 24 horas con las litograf¨ªas dise?adas para este t¨ªtulo por, entre otros, Arroyo, Genov¨¦s, Cristina Iglesias y Gordillo.
V¨¢zquez Montalb¨¢n: "La Constituci¨®n naci¨® de una correlaci¨®n de debilidades"
Savater: "La democracia se ha convertido en una forma rutinaria y filistea de sentido com¨²n"
La educaci¨®n, la unidad, la libertad, la convivencia, la autonom¨ªa, el pluralismo o la solidaridad son algunos de los valores glosados por autores como Caballero Bonald, Luis Mateo D¨ªez, Jos¨¦ Antonio Marina, Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, Juan Jos¨¦ Mill¨¢s, Santos Juli¨¢, Mu?oz Molina, Soledad Pu¨¦rtolas o Jos¨¦ Mar¨ªa Ridao. La mayor parte de los autores se ha decantado por el ensayo, pero dentro de la libertad de que dispon¨ªan para valorar los diferentes conceptos, ha habido casos como el de Dulce Chac¨®n, que ha plasmado su idea de la convivencia en un poema. Entre texto y texto se encartan las litograf¨ªas de los artistas, de las que adem¨¢s se ha realizado una carpeta en la que se incluyen las 25 obras con una tirada de 50 ejemplares. El libro, cuyo precio es de 20 euros, incluye tambi¨¦n el texto ¨ªntegro de la Constituci¨®n.
Con la palabra y la imagen comienza con las palabras de Fernando Savater: "Cuando yo ten¨ªa veinte a?os no ¨¦ramos dem¨®cratas, sino revolucionarios. Tampoco quer¨ªamos casarnos, sino gozar de plena libertad sexual. El matrimonio y la democracia compart¨ªan diversos rasgos negativos de nuestra imaginaci¨®n: para empezar, eran dos instituciones inequ¨ªvocamente burguesas". Pero ?qui¨¦n quiere ser "formal" a los veinte a?os?, se pregunta el escritor, que se inclu¨ªa entonces en el grupo de los rebeldes, aunque luego acabaran cas¨¢ndose todos y la mayor¨ªa varias veces. Tambi¨¦n fueron haci¨¦ndose dem¨®cratas, y "descubriendo encantos insospechados y formas placenteras de libertad que no hab¨ªamos previsto en la rigidez hist¨®rica del pasado". Savater sostiene que para quienes sal¨ªan de la dictadura franquista la democracia guardaba un aura subversiva que "despu¨¦s se ha transformado para la mayor¨ªa -sobre todo para los nacidos despu¨¦s de su advenimiento- en una forma rutinaria y algo filistea de sentido com¨²n".
Pero la democracia, concluye el filosofo, no es garant¨ªa de justicia o de erradicaci¨®n de atropellos o desaciertos pol¨ªticos. Y como ejemplo cita un caso reciente. "Los manifestantes que hace unos meses ocupaban las calles para protestar -con mucha raz¨®n, seg¨²n creo- contra el apoyo de nuestro Gobierno a la guerra de Irak, coreaban: "Esto nos pasa con un Gobierno facha". Menuda majader¨ªa. Los gobiernos democr¨¢ticos tambi¨¦n se equivocan o promueven fechor¨ªas... sin dejar de ser democr¨¢ticos. La ¨²nica ventaja de la democracia es que su mandato puede ser legalmente revocado y sustituido por otro de signo pol¨ªtico contrario".
La unidad de Espa?a y el reconocimiento del derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones son analizados en el libro por el historiador Jos¨¦ ?lvarez Junco y el escritor Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n, quien, en un art¨ªculo titulado Sobre la unidad y la solidaridad. Metaf¨ªsicos, militares y
soberanistas, recuerda que redactar en 1978 una Constituci¨®n democr¨¢tica para una Espa?a reci¨¦n salida de una dictadura fue una tarea dif¨ªcil, "acometida por diversos constitucionalistas que iban desde el comunismo ligero a la derecha posfranquista. Todo hecho pol¨ªtico es consecuencia de una correlaci¨®n de fuerzas, aunque a veces la correlaci¨®n sea de debilidades. Fue el caso espa?ol", se?ala V¨¢zquez Montalb¨¢n.
Para ?lvarez Junco, la inclusi¨®n de dos formulaciones antag¨®nicas en el texto constitucional, la indisoluble unidad de la naci¨®n espa?ola y el derecho a la autonom¨ªa de las nacionalidades y regiones, no ha sido, por supuesto, producto del error, ni de la mala t¨¦cnica legislativa. "Fue la ¨²nica manera de resolver una situaci¨®n de dif¨ªcil salida, como era la de Espa?a al final de franquismo", concluye el historiador, que considera la redistribuci¨®n territorial del poder el principal problema de la agenda de Adolfo Su¨¢rez en esos a?os. "Como manera de restar potencial subversivo a los nacionalismos, especialmente vasco y catal¨¢n, al Gobierno de Su¨¢rez no se le ocurri¨® otra idea que diluirlos en el famoso "caf¨¦ para todos", o autonom¨ªa generalizada para todo el territorio espa?ol, invent¨¢ndose hasta diecisiete comunidades aut¨®nomas" .
Veinticinco a?os despu¨¦s de su promulgaci¨®n, V¨¢zquez Montalb¨¢n concluye que la gran cuesti¨®n planteada cada vez con m¨¢s torpeza pol¨ªtica es "si la Constituci¨®n requiere una revisi¨®n cr¨ªtica m¨¢s abierta a las posiciones soberanistas de los nacionalismos vasco, catal¨¢n y gallego, y la cultura social un replanteamiento posnacionalista que conciba, tal como lo entiende Habermas, todo estado o comunidad como una pactada cohabitaci¨®n necesaria de ciudadanos".
Sobre la educaci¨®n, la escritora y pedagoga Josefina Aldecoa asegura que "la nueva educaci¨®n que necesita este pa¨ªs tiene que fortalecer una educaci¨®n p¨²blica, avanzada, europea y progresista". Aldecoa, que fund¨® y dirige el colegio Estilo, cree que la educaci¨®n debe impulsar a los alumnos a investigar por s¨ª mismos el mundo que les rodea, "y a hacerse preguntas en vez de aceptar las respuestas dadas. Que desarrolle su sentido cr¨ªtico y su capacidad de an¨¢lisis". Para el siglo XXI, y frente a la incorporaci¨®n a la escuela de las nuevas tecnolog¨ªas, la autora de Historia de una maestra alerta sobre los peligros de robotizaci¨®n del alumno y defiende la palabra del maestro como un valor insustituible: "La palabra es el medio de comunicaci¨®n en libertad m¨¢s sofisticado que existe. Palabra oral y escrita", dice Aldecoa.
Tambi¨¦n la educaci¨®n emerge como una de las claves para el dominio de la solidaridad y la paz en la exposici¨®n de Emilio Lled¨®. "La b¨²squeda de la paz no puede jam¨¢s extinguirse. Ser¨¢n, por supuesto, la justicia y la educaci¨®n sus m¨¢s agudos acicates. Una justicia que, por muy lejano que est¨¦ su advenimiento, tendr¨¢ que iniciarse en algo tan elemental como la democratizaci¨®n del cuerpo, que no es otra cosa que la liberaci¨®n de la miseria, del hambre, que deteriora toda posibilidad de vivir y de crear".
Emerge tambi¨¦n de entre las opiniones recogidas en Con la palabra y la imagen el escepticismo de "un intelectual burgu¨¦s", como se define el escritor ?lvaro Pombo en su alocuci¨®n sobre la prohibici¨®n de la tortura, a medio camino entre el cuento y la revisi¨®n hist¨®rica. ?Hac¨ªa falta prohibirla? Se pregunta el autor de Donde las mujeres. "?A qu¨¦ hombre de bien, como yo mismo, se le ocurrir¨ªa someter a otro a torturas y a penas y a tratos inhumanos y degradantes? Por supuesto que hay, allende los l¨ªmites de nuestro mundo civilizado, ilustrado y confortable, criaturas sin ilustraci¨®n, sin principios morales, salvajes -como sol¨ªa llam¨¢rseles-, capaces de menospreciar la vida o la integridad de las dem¨¢s criaturas humanas. Pero no nosotros. Tan obvio parece esto a simple vista que estoy a punto de decir que la duda ofende".
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