Del proteccionismo 'patri¨®tico'
Estos tiempos en los que los garantismos han pasado de moda en casi todos los terrenos, traen al uso nuevos conceptos ret¨®ricos para justificar la marcha atr¨¢s del mundo hacia el progreso. Uno de esos ¨²ltimos conceptos es de proteccionismo patri¨®tico, utilizado por el n¨²mero dos del Pent¨¢gono, el ultraconservador Paul Wolfowitz, para justificar la arbitrariedad de excluir a las empresas de los pa¨ªses remisos con la ocupaci¨®n de Irak en la reconstrucci¨®n de este ¨²ltimo pa¨ªs.
Apenas unas horas despu¨¦s de que Bush hiciese caer el tel¨®n de acero (los aranceles impuestos a las importaciones de acero estadounidenses), temiendo las represalias comerciales del resto de los pa¨ªses y la p¨¦rdida de credibilidad en el seno de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC), la Administraci¨®n republicana abr¨ªa un nuevo frente de conflicto. El hecho es el siguiente: EE UU anuncia una subasta para participar con 26 contratos en la reconstrucci¨®n de Irak, por valor de 18.600 millones de d¨®lares, de la que quedan excluidas las compa?¨ªas francesas, alemanas, rusas, chinas, canadienses, mexicanas y chilenas. Wolfowitz justific¨® esta medida arbitraria afirmando en una carta que "es necesario, para la protecci¨®n de los intereses esenciales de la seguridad de EEUU, limitar la competencia de los contratos principales a empresas estadounidenses, de Irak, aliados de la coalici¨®n y pa¨ªses que aporten soldados". Verde y con asas.
Aunque el punto de vista econ¨®mico de esta decisi¨®n no sea el m¨¢s significativo, cabe preguntarse qu¨¦ tiene que ver ello con el derecho internacional de la competencia y si est¨¢ acorde con las reglas impl¨ªcitas de la OMC; al parecer, en puridad, no viola estas ¨²ltimas en la medida que se acepte que el r¨¦gimen jur¨ªdico en Irak es el de una ocupaci¨®n, en la que no rige el derecho comercial com¨²n. Aceptado que es una ocupaci¨®n, ?qu¨¦ piensa de ello, por ejemplo, el Gobierno de Aznar?
Al hacer una relaci¨®n tan imp¨²dica -por directa- entre aliados y hostiles e indiferentes, Bush y su equipo dan p¨¢bulo a las versiones m¨¢s economicistas de la ocupaci¨®n de Irak: que ¨¦sta se hizo por motivos esencialmente cremat¨ªsticos. Es lo que defiende Sami Na?r en su ¨²ltimo libro, El imperio frente a la diversidad del mundo (editorial Aret¨¦): "Habiendo invertido preferentemente en su propio desarrollo, este pa¨ªs [Irak] se inclinaba a elevar los precios [del petr¨®leo]. Adem¨¢s, poseedor de las segundas reservas mundiales despu¨¦s de Arabia Saud¨ª, y hostil a la influencia de EE UU en la regi¨®n, se hab¨ªa convertido en un obst¨¢culo para la estrategia estadounidense de controlar los recursos estrat¨¦gicos mundiales. El deseo estadounidense de derrocar al r¨¦gimen de Sadam aument¨® cuando Irak estableci¨® con Francia, Rusia y China una serie de acuerdos de explotaci¨®n del petr¨®leo que s¨®lo esperaban al fin del embargo para entrar en vigor... A trav¨¦s de las guerras de Afganist¨¢n, de Irak y de Israel-Palestina, EE UU se ha garantizado el control de la c¨¦lebre elipse estrat¨¦gica de la energ¨ªa, el ¨¢rea que va de la pen¨ªnsula Ar¨¢biga a Asia central".
Pero, adem¨¢s, una cosa son los Gobiernos y sus pol¨ªticas y otra las empresas privadas. Cuando el Gobierno marroqu¨ª protesta ante el espa?ol por lo que el primero cree actitud hostil de los medios de comunicaci¨®n espa?oles hacia su proceso pol¨ªtico, se le dice que no entiende la separaci¨®n de ¨¢mbitos de funcionamiento en una democracia. Id¨¦ntica consideraci¨®n se le puede hacer ahora a la Administraci¨®n de Bush.
La decisi¨®n de restringir la competencia empresarial va en contra de la pol¨ªtica desplegada por EE UU: el discurso de Bush en Londres, su entrevista con el canciller Schr?der en Nueva York, la demanda a la OTAN de Colin Powell para que ayude mandando tropas a Irak, la petici¨®n a los pa¨ªses europeos y Rusia para que condonen la deuda externa iraqu¨ª..., todos esos esfuerzos quedan contrapesados por el anuncio del n¨²mero dos del Pent¨¢gono que, una vez m¨¢s, lleva la voz cantante en EE UU.
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