Traici¨®n y muerte en la familia m¨¢s poderosa de Irak
A pesar de su f¨¦rreo control sobre el pa¨ªs, la vida de los parientes de Sadam ha estado marcada por la tragedia y la violencia
Aunque durante d¨¦cadas fue la familia m¨¢s prominente de Irak, su historia no ha sido precisamente feliz. La familia de Sadam Husein goz¨® de enormes privilegios, pero los excesos, la violencia y las conjuras palaciegas terminaron por diezmarla. Con Sadam capturado tras el chivatazo de alguien cercano a su familia, con sus parientes vivos dispersos; los dos hijos varones y uno de los nietos muertos a manos de las tropas estadounidenses y los dos maridos de las hijas mayores acusados de traici¨®n y asesinados por el r¨¦gimen, nada queda del n¨²cleo familiar que rigi¨® el destino de millones de iraqu¨ªes. El 31 de julio pasado, sus hijas viudas, Rana y Ragad, y sus nueve hijos emprendieron el camino del exilio hacia Jordania. Ayer, los nietos de Sadam lloraron al enterarse en el colegio de la captura de su abuelo, seg¨²n France Presse, mientras que su hija Ragad qued¨® conmocionada con la noticia. La hija menor del ex gobernante iraqu¨ª, Hala, y su primera esposa Sajida podr¨ªan encontrarse en Yemen, como afirm¨® la prensa kuwait¨ª -algo desmentido por el Gobierno de este pa¨ªs-, o en Siria.
Sadam plane¨® un castigo ejemplar para sus yernos, considerados unos traidores
De los cinco hijos que Sadam tuvo con Sajida, su prima y primera esposa, Uday era considerado el favorito. El primog¨¦nito siempre tuvo luz verde para sus excesos y excentricidades, como su gusto por los coches de lujo, de los que pose¨ªa una colecci¨®n de un centenar. Sin embargo, la violencia incontenible de Uday, ¨²til para el castigo de los considerados traidores, se volvi¨® en contra de los intereses de Sadam cuando en 1988 asesin¨® a uno de sus colaboradores m¨¢s directos porque sospechaba que era el "enlace" entre su padre y una amante. No soport¨® la traici¨®n familiar y lo mat¨® a golpes. La acci¨®n de Uday, que entonces viv¨ªa con su madre y su hermana menor, Hala, provoc¨® que su padre lo "castigara" con cerca de un a?o de "exilio" en la fr¨ªa Suiza y no impidi¨®, en definitiva, que Sadam contrajera enlace con su amante, Samira. Sin embargo, Sajida siempre fue considerada como su esposa oficial.
La violencia dentro de la familia de Sadam Husein volvi¨® a emerger en febrero de 1996, en uno de los cap¨ªtulos m¨¢s negros de su historia. Entonces la familia se encontraba completamente dividida. Desde mediados de 1995, las dos hijas mayores de Sadam, Rana y Ragad, y sus hijos viv¨ªan en el exilio en Jordania junto con sus maridos, los tambi¨¦n hermanos Husein y Sadam Kamal, importantes jerarcas del r¨¦gimen que hab¨ªan ca¨ªdo en desgracia por las pugnas internas. Las rivalidades entre Husein Kamal, responsable de la industria militar iraqu¨ª, incluyendo los programas nucleares y de armas qu¨ªmicas, y Uday hab¨ªan provocado numerosos enfrentamientos entre ambos, incluyendo los pu?os.
Considerados unos traidores al r¨¦gimen y, quiz¨¢s m¨¢s grave, responsables de la separaci¨®n de la familia, los hermanos Kamal inspiraron en Sadam y sus hijos varones una salvaje venganza. Primero les hicieron creer que contaban con el perd¨®n y que pod¨ªan regresar. Pero la amabilidad del dictador se esfum¨® en la misma frontera, donde les esperaba Uday, que los separ¨® de sus esposas e hijos nada m¨¢s poner un pie en Irak. El paso siguiente fue que Rana y Ragad afirmaran ante la televisi¨®n que hab¨ªan sido llevadas a Jordania por "enga?o" y que quer¨ªan el divorcio, un tr¨¢mite burocr¨¢tico que se resolvi¨® en tiempo r¨¦cord. En ese momento la vida de los ahora ex yernos de Sadam tuvo los minutos contados. Al¨ª el Qu¨ªmico, t¨ªo por v¨ªa paterna de los hermanos Kamal, lider¨® una operaci¨®n en la que particip¨® el propio Uday y que deb¨ªa ser un castigo ejemplar: Husein y Sadam fueron asesinados, as¨ª como su padre, el resto de sus hermanos y los hijos de ¨¦stos. S¨®lo uno de los hermanos, que con sabidur¨ªa e intuici¨®n desconfi¨® de las promesas de Sadam, escap¨® al exterminio de cerca de 40 miembros de la familia.
A los pocos d¨ªas de la matanza, el r¨¦gimen sald¨® la historia con la publicaci¨®n de una nueva foto de familia con el t¨ªtulo: "Todos unidos de nuevo. Son felices". En realidad se trataba de una imagen de 1990 de la que se hab¨ªa borrado a los dos yernos descarriados.
Los excesos de Uday no s¨®lo provocaron enfrentamientos dentro de la familia. Considerado un verdadero terror para las j¨®venes en Irak, a las que violaba con brutal sistematicidad sin importarle ni su edad ni su pertenencia a familias aliadas al r¨¦gimen, la incontinencia sexual de Uday termin¨® por granjearle numerosos enemigos. En diciembre de 1996, la traici¨®n de uno de sus colaboradores permiti¨® la realizaci¨®n de un grave atentado contra su persona que no le cost¨® la vida, pero le dej¨® con una par¨¢lisis parcial. Desde entonces qued¨® desplazado de la l¨ªnea de sucesi¨®n por su hermano Qusay, no menos sanguinario pero s¨ª m¨¢s discreto.
El golpe final para la familia Husein lleg¨® con la invasi¨®n de Irak que acab¨® con el r¨¦gimen en abril de 2003. Una nueva traici¨®n, esta vez definitiva, acab¨® con las vidas de sus hijos Uday y Qusay. Tras permanecer escondidos tres semanas en una villa de la ciudad norte?a de Mosul, las tropas estadounidenses dieron el 22 de julio con los dos hermanos. Quince millones de d¨®lares de recompensa por la cabeza de cada uno fueron dinero suficiente para la delaci¨®n: 600 soldados apoyados por helic¨®pteros acribillaron y bombardearon la residencia y con ella los cuerpos de Uday y Qusay, y tambi¨¦n el de Mustaf¨¢, primog¨¦nito de Qusay, que se encontraba junto a su padre.
La familia de Sadam hab¨ªa permanecido durante d¨¦cadas inmersa en el mundo del misterio, la intriga y el cotilleo para el resto de los millones de iraqu¨ªes. Por eso, cuando cay¨® el r¨¦gimen en abril, una de las primeras cosas que hizo la poblaci¨®n fue volcarse masivamente a la adquisici¨®n de decenas de fotos y v¨ªdeos privados de la familia Husein, surgidos de entre los escombros de los palacios saqueados. En ellos aparecieron escenas siempre vedadas para la mayor¨ªa, de cumplea?os, fiestas y reuniones: como en un aut¨¦ntico desfile de fantasmas, emergieron las im¨¢genes de Uday conversando con su cu?ado Husein Kamel, de Sadam besando a su nieto Mustaf¨¢. Cuadros del fin de una ¨¦poca, del fin de r¨¦gimen.
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