Cien a?os de un ateneo
Los que estos d¨ªas visitan el Museo de Historia de Catalu?a (por cierto, hay una exposici¨®n de las prisiones franquistas para salir con el coraz¨®n en un pu?o) encontrar¨¢n en la pared de mano izquierda del vest¨ªbulo una miniexposici¨®n que conmemora los 100 a?os del Ateneu Enciclop¨¨dic Popular, aunque para ser m¨¢s exactos acaban de celebrar el 101 con una espl¨¦ndida comida. Por su historia, por los personajes que han pasado y por el legado cultural, el que est¨¢ requisado en Salamanca y la biblioteca especializada en el movimiento obrero y libertario de Catalu?a que conservan en su sede, se merec¨ªa un espacio m¨¢s digno y una exposici¨®n m¨¢s exhaustiva. Pero las cosas han ido as¨ª: o lo tomas o lo dejas, y los del Ateneu, acostumbrados a los "noes" institucionales y a arregl¨¢rselas como pueden, aceptaron las condiciones.
En el Museo de Historia de Catalu?a una exposici¨®n recuerda al Ateneu Enciclop¨¨dic, una asociaci¨®n obrera de vida dif¨ªcil
El Ateneu Enciclop¨¨dic se form¨® a ra¨ªz del desastre de la huelga de 1902. Los obreros conscientes se dieron cuenta de que les faltaba pedagog¨ªa y recurrieron a Layret y al joven Companys para buscar un apoyo pol¨ªtico. As¨ª se forma un ateneo que pretende dar instrucci¨®n al que vive de sus manos y no ha podido pasar por una escuela. Con sus 20 secciones que van desde la m¨²sica, la literatura o el esperanto hasta las bellas artes, los deportes de nieve, la fotograf¨ªa o la gimnasia, se convierte, con el tiempo, en una verdadera universidad popular. Su primer presidente fue el propio Layret y le siguieron nombres tan conocidos como Manuel Ainaud de Lasarte o Jaume Aiguader, alcalde de Barcelona y ministro de la Rep¨²blica. En la d¨¦cada de 1920 llegaron a ser 20.000 socios, muchos de los cuales tuvieron cargos pol¨ªticos y sus hijos o nietos, actualmente, siguen su camino. Pasaron por all¨ª los pol¨ªticos, intelectuales y sindicalistas m¨¢s representativos de la ¨¦poca, como Joan Amades, Salvat-Papasseit, Andreu Nin... El Ateneu Enciclop¨¨dic quer¨ªa ser, adem¨¢s, una tribuna p¨²blica, un centro reivindicativo que organizaba campa?as a favor de las causas justas, como la mejora de las escuelas de Barcelona en 1907, a favor de la amnist¨ªa en 1931, contra la guerra en 1936, por una nueva universidad en 1937. Uno de sus proyectos m¨¢s ambiciosos fue impulsar al Ayuntamiento a crear una red de escuelas p¨²blicas, algunas de las cuales siguen funcionando, como los centros Luis Vives y Mil¨¤ i Fontanals. En las fotos que presiden la exposici¨®n vemos las aulas llenas de alumnos, las excursiones al campo o a la playa en 1907, la Olimpiada Popular que se organiz¨® en 1935 y el homenaje a Margarita Xirgu y Garc¨ªa Lorca. Una de las fotos m¨¢s curiosas es un avi¨®n con el lema pintado No volem la guerra que se coloc¨® en el tejado de una armer¨ªa.
El ateneo, que ten¨ªa su sede en el n¨²mero 30 de la calle del Carme, fue requisado por los falangistas en 1939. Se hicieron hogueras con los archivos, libros y todos los muebles. Lo que qued¨® a salvo se lo llevaron a Salamanca. Y sigue all¨ª. Unos 8.000 libros, seg¨²n el actual presidente del ateneo, Manel Aisa, est¨¢n en la UB, otros los ha visto en los Encants con el sello inconfundible del Ateneu Enciclop¨¨dic. En la d¨¦cada de 1940, uno de esos falangistas abri¨® una pensi¨®n en el edificio, hasta que, llegada la democracia, se puso en venta. No llegaron a comprarla porque econ¨®micamente no pod¨ªan y nadie les ayud¨®. En 1980 el ateneo se reabre con el mismo esp¨ªritu de sus fundadores. Alquilaron una antigua f¨¢brica del Raval, pero se incendi¨®. En la d¨¦cada de 1980, gracias al alcalde Serra, se instalan en el edificio de la Casa de la Caritat, que estaba medio en ruinas. Durante 15 a?os se dedicaron a habilitar las enormes salas. "Se trataba de ganar espacio a los escombros", comenta Manel. All¨ª compartieron el edificio con el patronato de las quinielas, con el bolet¨ªn oficial de la provincia y con una iglesia. Pero ellos dejaron sus dependencias a la gente del teatro Villarroel, que las utilizaban como sala de ensayo, tambi¨¦n pas¨® por all¨ª gente de la Fura y el ateneo del Xino, que se encargaba de j¨®venes de familias desestructuradas. Todo acab¨® cuando el CCCB se hizo realidad. Lo supieron porque les cay¨® encima -literalmente- un tejado en obras. Algunos de los 38.000 vol¨²menes que alberga su biblioteca a¨²n est¨¢n llenos de barro.
Finalmente, gracias a un convenio con la Generalitat, el Ayuntamiento y la Biblioteca P¨²blica Ar¨²s, tienen su sede en un piso que comparten con Ar¨²s en el paseo de Sant Joan. En 1979 el ateneo cre¨® el Centre de Documentaci¨® Hist¨°rico-social, que consta de 12.000 colecciones de peri¨®dicos, facs¨ªmiles y boletines relacionados con la lucha obrera y el movimiento libertario catal¨¢n, m¨¢s los 38.000 libros. "Es el archivo m¨¢s importante del mundo en este g¨¦nero", afirma Manel, "y se ha conseguido en estos ¨²ltimos 25 a?os gracias al esfuerzo de gente sensibilizada con el movimiento obrero". Hasta hace un a?o publicaban tres revistas al a?o con la raqu¨ªtica subvenci¨®n de 600.000 pesetas, pero, precisamente cuando se cumpl¨ªa el centenario, el Archivo Nacional de Catalu?a, que era el organismo que les ayudaba, les retir¨® el dinero, un buen regalo de aniversario que no olvidan. Aunque otro problema es que el archivo y los libros se comen todo el espacio del piso y no pueden organizar secciones, como se hac¨ªa en un principio. Ahora est¨¢n esperanzados con el nuevo gobierno, pero saben que les va a costar. Como siempre.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.