La Constituci¨®n de todos
Cuando el pesimismo se instala colectivamente, resulta dif¨ªcil hacer comprensibles los mensajes. Porque, a la vista del discurso dominante sobre el aniversario de la Constituci¨®n, parece que se nos quiere hacer creer a los espa?oles que no estamos ante una celebraci¨®n, sino ante un duelo. Pero cuando ese discurso se interfiere adem¨¢s con el electoralismo, como un fuego cruzado entre las fuerzas mayoritarias, entonces m¨¢s all¨¢ de la conmemoraci¨®n aparece algo nuevo: la pura manipulaci¨®n interesada, el uso partidista de una norma b¨¢sica y de un sistema de valores que, no lo olvidemos, pertenecen a todos los espa?oles.
Pero vayamos por partes: todo el mundo entender¨¢ que los momentos de conmemoraci¨®n deben estar por encima de la lucha pol¨ªtica. Por eso resulta lamentable que las dos fuerzas pol¨ªticas mayoritarias se hayan enzarzado en una inoportuna guerra sucia que, si a alguien beneficia, es por supuesto, a los propios enemigos de la Constituci¨®n. Las conmemoraciones pac¨ªficas del 25 aniversario de nuestra norma b¨¢sica se pretenden convertir -se han convertido ya- en duelos de artiller¨ªa dial¨¦ctica y de fuerza medi¨¢tica, donde el ganador aspira a conquistar el prestigioso t¨ªtulo de "defensor de la Constituci¨®n": y quien sabe si -en consecuencia- a descubrir toda una aut¨¦ntica mina de votos.
Por desgracia, no es una estrategia nueva, aunque ahora parece que est¨¢ llegando hasta unos extremos tan peligrosos como inaceptables. Y no nos referimos ya al manejo abusivo de la noci¨®n de "lealtad constitucional" que ha venido reiterando el gobierno popular en los ¨²ltimos a?os, sino sobre todo a la forma como la competencia pol¨ªtica entre la fuerzas monop¨®licas utiliza sin el menor respeto todos los elementos en juego al servicio de su estrategia para ganar votos, y al margen del respeto a los valores constitucionales.
Durante estos veinticinco a?os de Constituci¨®n, las fuerzas mayoritarias han manipulado a su servicio a los medios de comunicaci¨®n, han manipulado de forma electoralista las pensiones y las pol¨ªticas asistenciales, han manipulado el proceso auton¨®mico, la esfera del poder local, los programas europeos, y todo lo que estuviera a su alcance. Y ahora pretenden nada menos que manipular a la propia Constituci¨®n, con motivo de la conmemoraci¨®n de su aniversario.
Por eso, desde las opiniones minoritarias tenemos la obligaci¨®n de recordar que, m¨¢s all¨¢ de la pura conmemoraci¨®n, el mejor homenaje que se le puede hacer a la Constituci¨®n es respetarla. Respetarla y aplicarla en la actividad cotidiana de los poderes p¨²blicos, y no en los discursos ret¨®ricos de quienes viven ya en plena campa?a electoral. Y por supuesto, el primer elemento a considerar es el que hace de nuestro sistema constitucional una aut¨¦ntica democracia: el respeto a las minor¨ªas.
Despu¨¦s de veinticinco a?os, cuando un aniversario tan importante nos obliga a realizar una reflexi¨®n de balance hist¨®rico sobre la vigencia efectiva de nuestra norma fundamental, es el momento de tomar conciencia de lo que nos falta para alcanzar los objetivos que entonces nos fijamos: el objetivo de una aut¨¦ntica sociedad democr¨¢tica avanzada, donde el pluralismo pol¨ªtico, recogido en el art¨ªculo primero de la Constituci¨®n, sea un valor reconocido y vigente en la pr¨¢ctica.
Por eso entendemos que no es el momento de reiterar discursos vac¨ªos al servicio de una estrategia electoralista, no es hora de comprometer a las instituciones exigiendo juegos malabares de tomas de postura, y subordin¨¢ndolas a los intereses de las mayor¨ªas establecidas. No nos empe?emos en hacer un duelo de lo que para todos es un momento de celebraci¨®n y alegr¨ªa. Dejemos, aunque s¨®lo sea por unos d¨ªas, la reiterada manipulaci¨®n de electoralismo, del juego sucio de la competencia pol¨ªtica, para limitarnos honradamente a celebrar aquello que nos une a todos: y ojal¨¢ que en los pr¨®ximos veinticinco a?os consigamos lo que no hemos conseguido en los anteriores. Hacer realidad todo un sistema de valores para la convivencia. Poner en pr¨¢ctica el respecto afectivo a las minor¨ªas.
Pedro Pacheco Herrera es diputado del Grupo Mixto en el Parlamento de Andaluc¨ªa.
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