Aznar visita a las tropas en Irak y asegura que seguir¨¢n all¨ª mientras haya amenaza terrorista
El jefe del Ejecutivo, que permaneci¨® menos de cuatro horas en el pa¨ªs, acude por sorpresa a la base de Diwaniya
"?Atenci¨®n! ?El presidente!". A la voz del mando, los 500 soldados reunidos en el comedor de Base Espa?a, en Diwaniya, 180 kil¨®metros al sur de Bagdad, se pusieron en pie. La mayor¨ªa ignoraba la llegada del jefe del Gobierno. La primera visita de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar a Irak, rodeada del m¨¢ximo secreto, dur¨® menos de cuatro horas. Apenas suficientes para felicitar las Navidades a las tropas, transmitirles el aliento del Rey y renovar el compromiso de permanecer en Irak "hasta que se cumplan los objetivos que nos trajeron aqu¨ª". Es decir, aclar¨®, "mientras el terrorismo sea una amenaza", ya que "la seguridad y la libertad de Espa?a tambi¨¦n se defienden aqu¨ª".
Aznar era el ¨²nico de los tres dirigentes que en la cumbre de las Azores dieron v¨ªa libre a la invasi¨®n de Irak que a¨²n no hab¨ªa pisado el pa¨ªs. El primer ministro brit¨¢nico, Tony Blair, lo hizo el 29 de mayo, y el presidente de EE UU, George Bush, el 27 de noviembre. Su visita se pareci¨® m¨¢s a la del segundo que a la del primero. Blair recorri¨® las calles de Basora, mientras que Aznar y Bush se recluyeron en un acuartelamiento.
Se esperaba que Aznar acudiera en Navidades, pero hasta el momento de su llegada no hubo confirmaci¨®n. "El cava y el jam¨®n que hemos tra¨ªdo son de verdad", bromeaba un alto cargo de Moncloa, en alusi¨®n al pavo de pl¨¢stico que exhibi¨® Bush en Bagdad.
Honores de la Legi¨®n
El helic¨®ptero Superpuma que traslad¨® a Aznar aterriz¨® a las 10.45 (dos horas menos en la Espa?a peninsular). Otro helic¨®ptero lanz¨® antes bengalas para desviar un eventual ataque con misiles. Le recibi¨® el jefe de la Brigada Plus Ultra II, el general Fulgencio Coll, quien el pasado lunes tom¨® el mando de los 1.300 soldados espa?oles y los 1.200 centroamericanos desplegados en las provincias de Al Qadisiya y An Nayaf.
Tras recibir honores de una compa?¨ªa de la Legi¨®n, que desfil¨® tambi¨¦n ante una improvisada tribuna, salud¨® uno a uno a los notables locales. Acudi¨® el gobernador impuesto por EE UU, Haseim Ashalam, y algunos jeques tribales, pero no los imanes chi¨ªes, los de mayor influencia social. La delegaci¨®n -con el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa, a la cabeza- recibi¨® del general Coll una explicaci¨®n sobre las actividades de la brigada. Ataviado con ropa de campo (cazadora beige, jersey marr¨®n claro, pantal¨®n verde y botas para clima ¨¢rido), Aznar recorri¨® instalaciones como el taller de apoyo log¨ªstico, el locutorio inform¨¢tico por estrenar o el puesto de socorro.
El momento culminante fue el almuerzo con los militares que no estaban cumpliendo misiones, que ayer se realizaron como otro d¨ªa. Aznar comparti¨® con ellos un rancho compuesto de ensalada, lentejas, alas de pollo, fruta y turr¨®n. El ¨²nico privilegio de la mesa presidencial fue el vino, en lugar del refresco de los dem¨¢s comensales.
Tras la comida, transmiti¨® a los soldados, por petici¨®n expresa del Rey, "el aliento, apoyo y afecto de toda la familia real". Tambi¨¦n prometi¨® a los familiares de los siete agentes del servicio secreto asesinados el 29 de noviembre no olvidarlas jam¨¢s. "Siempre he estado convencido", continu¨®, "de que estamos aqu¨ª por una causa justa. Cuando un pa¨ªs quiere ser importante tiene que tomar responsabilidades. No s¨®lo est¨¢is ayudando a los iraqu¨ªes, sino trabajando por la seguridad de Espa?a".
Tanto en su arenga a los militares como en la rueda de prensa, vincul¨® la invasi¨®n de Irak a la lucha contra el terrorismo y las armas de destrucci¨®n masiva. "No es casualidad", explic¨®, la decisi¨®n del r¨¦gimen libio de renunciar al armamento nuclear. Calific¨® a Sadam como "uno de los mayores criminales del mundo" y defendi¨® que sea juzgado por iraqu¨ªes, "con apoyo internacional", aunque matiz¨® que no es partidario de la pena de muerte "en ning¨²n caso".
Aznar record¨® que la permanencia de las tropas espa?olas en Irak cuando concluya formalmente la ocupaci¨®n, en junio de 2004, corresponde decidirla al pr¨®ximo Gobierno, pero anticip¨®: "Nuestro compromiso es muy claro. Hemos venido a cumplir una misi¨®n y vamos a cumplirla".
"Mientras el terrorismo sea una amenaza para todos los pa¨ªses, Espa?a debe participar activamente. Espero que as¨ª lo entienda todo el mundo", concluy¨® el presidente del Gobierno. Aunque las encuestas muestran lo contrario, Aznar dio por sentado que su pol¨ªtica en Irak tiene "el apoyo de la gran mayor¨ªa de los espa?oles".
"Cumple su deber de venir"
"Es el m¨¢ximo responsable de que estemos aqu¨ª. Hemos venido porque nos lo han ordenado, y si nos mandaran marcharnos, tambi¨¦n lo har¨ªamos. Cumple su obligaci¨®n como presidente viniendo a vernos". La frase, pronunciada por un soldado de Valladolid, refleja la actitud, entre curiosa y distante, sin aspavientos, con que recibieron a Aznar la mayor¨ªa de los casi 1.000 militares espa?oles destacados en Diwaniya.
"Nos parece bien que venga, pero los que estuvieron antes que nosotros tambi¨¦n se lo merec¨ªan", a?ade otro soldado. La Brigada Plus Ultra II acaba de incorporarse. Sus antecesores, que llegaron a Irak en agosto, ya han regresado a Espa?a.
Las dos ¨²nicas ocasiones en que Aznar arranc¨® aplausos en el comedor fueron cuando elogi¨® a la Brigada Plus Ultra I, de la que quedan un centenar de voluntarios que han prorrogado su estancia hasta enero, y al referirse a los contingentes centroamericanos que trabajan con los espa?oles.
Antes de sentarse, Aznar fue mesa por mesa saludando a los soldados. Les agradeci¨® su labor. Muchos militares quisieron hacerse una foto de recuerdo con ¨¦l. Pero otros se mostraban m¨¢s cr¨ªticos. "En vez de quedarse s¨®lo a comer, deber¨ªa darse una vuelta por los dormitorios o las duchas para ver en qu¨¦ condiciones estamos", explicaba uno.
Sus compa?eros desgranaron una larga lista de quejas. "Tenemos nueve retretes y diez duchas para 200. Hab¨ªa 24 cabinas telef¨®nicas y la mitad se han estropeado. No podemos dormir porque compartimos dormitorio y los horarios son distintos, as¨ª que continuamente hay gente que se levanta o acuesta y despierta a los dem¨¢s. Es muy dif¨ªcil mantener la higiene en unas instalaciones que son tercermundistas". Pero nadie quiere que se publique su nombre. "Nos han advertido de que no hablemos", se disculpan.
El Ej¨¦rcito ya es profesional y se nota. Tras los v¨ªtores a Espa?a y al Rey, pudo escucharse un "?viva la permanencia!". Era un cabo que en 2004 perder¨¢ su empleo al cumplir 35 a?os.
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