Un autor empe?ado en que le tomen en serio
John Le Carr¨¦, seud¨®nimo de David Cornwell, naci¨® el 18 de octubre de 1931 en Poole, en el centro de Inglaterra, hijo de un hombre de negocios que hizo fortuna con m¨¦todos tan dudosos que acab¨® en la c¨¢rcel. El joven David estudi¨® en el colegio privado de Sherborne, en la Universidad de Berna y en Oxford. Tras varios a?os de docencia en Eton (1955-1958), trabaj¨® en el Foreign Office (1960-1964). Aunque ¨¦l lo niega, siempre se ha dicho que su verdadero trabajo era el espionaje y que estuvo a sueldo del MI5 en sus tiempos de estudiante y pas¨® luego al MI6, el servicio de espionaje exterior.
Su primer libro, Llamada para el muerto, fue publicado en 1961 ya con el seud¨®nimo de John Le Carr¨¦. En 1963 se hizo famoso con El esp¨ªa que surgi¨® del fr¨ªo, que le convirti¨® adem¨¢s en un hombre rico y le permiti¨® dedicar su vida profesional a la novela. Acabar¨ªa escribiendo t¨ªtulos m¨ªticos como El Topo (1974), El honorable colegial (1977), La gente de Smiley (1980), La chica del tambor (1983), Un esp¨ªa perfecto (1986), La Casa Rusia (1988) o El sastre de Panam¨¢ (1996). Con la salida al mercado de Absolute Friends son ya 19 las novelas publicadas por el escritor.
Centro de gravedad
Influido primero por la guerra fr¨ªa y las divisiones Este-Oeste, en los ochenta el centro de gravedad de sus libros se fue desplazando al problema palestino mientras ¨¦l se acercaba a posiciones pro¨¢rabes que desde entonces le han etiquetado como un escritor antijud¨ªo de una manera que muchos creen injusta.
En 1971 public¨® The Na?ve and Sentimental Lover, en la que por primera vez se adentraba en el terreno de los sentimientos. El libro fue un fracaso. La cr¨ªtica lo consider¨® una novela "pretenciosa e inexacta" que dej¨® en Le Carr¨¦ la acidez de car¨¢cter que a¨²n le caracteriza, seg¨²n el cruel perfil del autor publicado el pasado 7 de diciembre en The Sunday Telegraph: "Es bastante com¨²n que la gente acabe ech¨¢ndose a perder por el ¨¦xito o se amargue por el fracaso. Le Carr¨¦ es el raro caso de un hombre amargado por el ¨¦xito. El problema es que ha tenido una mala clase de ¨¦xito: est¨¢ consumido por el deseo de que se le tome muy en serio. (...) Pero cuanto m¨¢s modestas son sus ambiciones, m¨¢s se distingue".
"John Le Carr¨¦ quiz¨¢ nunca haya alcanzado el rango literario que ¨¦l cree que merece y sus diatribas quiz¨¢ nunca sean escuchadas con la atenci¨®n que quisiera. Pero ?acaso tiene eso importancia? Frente a los pol¨ªticos y los expertos, los creadores originales tienen la inmensa ventaja de que hacen algo que permanece. El esp¨ªa que surgi¨® del fr¨ªo seguir¨¢ ley¨¦ndose cuando muchas de las pol¨¦micas de hoy est¨¦n olvidadas, incluidas las de ese viejo amargado que es David Cornwell", a?ade el autor del sangrante perfil.
Babelia
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