Financiaci¨®n optimista
Sostiene Maragall (v¨¦ase la entrevista publicada en este peri¨®dico el pasado domingo) que la "financiaci¨®n especial para las comunidades aut¨®nomas con retraso estructural" debe "periodizarse (sic) en el tiempo", tendiendo a un "aterrizaje suave" y que lo contrario ser¨ªa "decirles a las autonom¨ªas que sufren esta situaci¨®n que siempre estar¨¢n subvencionadas, cuando lo que se trata es de que salgan de la situaci¨®n de retraso".
No se sabe si Maragall, a la hora de fijar su periodizaci¨®n, tiene en cuenta que en los ¨²ltimos veinte a?os casi ninguna de las comunidades con "retraso estructural" -Andaluc¨ªa, por ejemplo- ha ganado posiciones en su convergencia con el resto de regiones espa?olas ni, por supuesto, con la media de las regiones europeas.
Este "retraso estructural" -que m¨¢s bien habr¨ªa que llamar retraso cr¨®nico- puede deberse a razones puramente estructurales (dispersi¨®n de la poblaci¨®n, insularidad, desventajas hist¨®ricas...) o tambi¨¦n a la mala gesti¨®n de sus gobernantes. Pero, ?es l¨ªcito -y m¨¢s a¨²n desde un punto de vista de izquierdas- castigar por ello a los habitantes de una regi¨®n conden¨¢ndolos a la desigualdad para siempre?
Este es un dilema que viene present¨¢ndose desde hace mucho tiempo en la ayuda al tercer mundo. Hace ya unos a?os, escuch¨¦ a Jos¨¦ Mar¨ªa Mendiluce contar que, despu¨¦s de trabajar para la ONU en tareas de ayuda humanitaria, hab¨ªa llegado a la conclusi¨®n de que, a pesar de la mala gesti¨®n y la corrupci¨®n, merec¨ªa la pena seguir.
Aunque por el camino se "pierda" un setenta o un ochenta por ciento de las ayudas, ven¨ªa a decir, algo llega a sus destinatarios. Ya se sabe: menos da una piedra. La postura de Mendiluce no es minoritaria, ese es el esp¨ªritu en el que se basan las pol¨ªticas de solidaridad internacional, que se sabe que son escasamente eficientes pero no por ello se suspenden.
En la misma entrevista, Maragall desvela cu¨¢l es el plazo de la periodizaci¨®n que marcar¨ªa el final de la solidaridad: "Pretendemos alcanzar progresivamente los mismos resultados
[que el sistema foral] en diez a?os", afirmaba el president. Siendo coherentes con esta l¨®gica, al final de este plazo, los barrios ricos financiar¨ªan directamente sus escuelas y hospitales y los pobres tendr¨ªan que hacer lo mismo con sus m¨¢s que menguados recursos. ?Ser¨ªa ¨¦sta una pol¨ªtica aceptada por la izquierda?
En sus bases para la reforma del Estatuto andaluz, Chaves no marca ning¨²n plazo, pero s¨ª el mismo objetivo: que se igualen los resultados del r¨¦gimen com¨²n y del foral, lo que acabar¨ªa con el actual sistema de solidaridad. Entiendo que la alianza catalano-andaluza anunciada por Chaves incluye -no podr¨ªa ser de otro modo- una periodizaci¨®n como la propuesta por Maragall.
De ser as¨ª, hay que concluir que es muy optimista nuestro presidente. M¨¢s a¨²n que cuando prev¨¦ que estaremos entre las veinte primeras regiones europeas dentro de diecisiete a?os. No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ el arma secreta con la que se logre acabar en diez a?os con unas diferencias regionales que han permanecido pr¨¢cticamente congeladas desde hace veinte. Sin duda, ha de tratarse de un arma imparable.
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