Las grietas de la felicidad
En la voz narradora en primera persona, Fulgencio Arg¨¹elles (1955) deposita todo el peso de su historia. No pod¨ªa ser de otra manera, dada la instancia elegida, pero es importante resaltar que la fusi¨®n de toda su materia exig¨ªa oficio y un talento sobresaliente para que , salvo una ¨²nica fisura, El palacio azul de los ingenieros belgas nos diera siempre la sensaci¨®n de relato compacto, fluido y soberbiamente escrito. Arg¨¹elles pone en boca de un adolescente, Nalo, la materia variada de personajes, condici¨®n social (clases altas y bajas, estratos que el autor ya hab¨ªa tratado en su novela Los clamores de la tierra) y biograf¨ªas entrecruzadas que pueblan su historia. Y es en la voz de Nalo donde el autor incrusta dos tradiciones bien diferenciadas: la novela de formaci¨®n y la novela inglesa de raigambre victoriana, entendiendo por tal no s¨®lo la que se escribe en este periodo sino tambi¨¦n la que abre una estela que llega incluso hasta nuestros d¨ªas, como lo demuestra Expiaci¨®n, de Ian McEwan.
EL PALACIO AZUL DE LOS INGENIEROS BELGAS
Fulgencio Arg¨¹elles
Acantilado. Barcelona, 2003
318 p¨¢ginas. 18 euros
El palacio azul de los ingenieros belgas transcurre entre el a?o 1927, en plena dictadura del general Primo de Rivera, y 1934, durante los tr¨¢gicos sucesos de octubre en las minas asturianas. Nalo encuentra un empleo, despu¨¦s de morir su padre, como ayudante de jardiner¨ªa en las dependencias de un palacio donde viven una familia de belgas, due?os y jefes a la vez de industrias de la zona. Poco despu¨¦s muere tambi¨¦n su madre, reduci¨¦ndose su familia a una hermana, Luc¨ªa, un poco mayor que ¨¦l, y sus abuelos, Cosme y Angustias. La vida de Nalo se va transformando. Influyen en su formaci¨®n su hermana, que lo adentra en los misterios del cuerpo y la poes¨ªa, los consejos y las ense?anzas enciclop¨¦dicas de Eneka, el jefe jardinero del palacio azul, que lo introduce en los misterios del mundo. Completan el elenco del magisterio, la aya Julia, las mujeres e hijas de los ingenieros, mujeres todas, incluida su hermana, como concebidas para la educaci¨®n estrictamente de los placeres sensuales de Nalo. As¨ª queda constituido, desde el relato del protagonista, este universo cerrado de felicidad y despertar a la vida, mientras a espaldas de la cotidianidad, se van cerniendo los m¨¢s negros nubarrones de la intolerancia sobre las esperanzas de los pobres y los ilustrados.
El modelo narrativo que emplea Arg¨¹elles tiene que ver con una especie de realismo po¨¦tico. Las circunstancias suceden y se describen pero la recepci¨®n que el lector hace de ellas est¨¢n como tamizadas por una atm¨®sfera de irrealidad y ensue?o. No es casual que Nalo defienda una teor¨ªa muy a tono con la novela: en un momento caben, a veces, varios momentos. Para Nalo la realidad verdadera es esa lucha subterr¨¢nea (citando a Torga, el autor que Arg¨¹elles utiliza como uno de los ep¨ªgrafes) entre lo esencial y lo circunstancial; un momento es algo concreto, cuando lo conforman varios, es lo esencial, lo que da sentido a la vida, lo que vale la pena conocer. No hay ninguna duda de que la novela de Arg¨¹elles es una novela de formaci¨®n, incluso lo es en el sentido en que ¨²nicamente lo concibe Bakhtin, como no s¨®lo de la absorci¨®n de lo ignorado, de lo secreto, sino tambi¨¦n de la concienciaci¨®n del desarrollo hist¨®rico del mundo. La herencia victoriana es evidente. Nalo es sujeto pasivo en un aprendizaje crucial: el de la sensualidad. Y lo es porque el pobre escalaf¨®n que ocupa en la sociedad lo aparta del intercambio igualitario del sexo.
Para terminar voy a referirme a la ¨²nica fisura que encuentro en esta espl¨¦ndida e intensa novela. Nunca el lector sabe exactamente desde d¨®nde y desde qu¨¦ perspectiva de tiempo Nalo narra su experiencia. Probablemente pueda intuirlos, pero hubiera sido mucho mejor para redondear absolutamente el pathos de esta historia tan brillantemente trabajada en la forma y la expresi¨®n, que el lector pudiera imaginarse al lado del h¨¦roe en un suelo m¨¢s definido. Una novela es lo que se mira, pero no es menos importante desde d¨®nde y cu¨¢ndo.
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