El velo y la ley francesa
La premio Nobel iran¨ª Shirin Ebadi lucha desde hace a?os por los derechos de la mujer. Su actitud, pase¨¢ndose por el mundo con el cabello al descubierto, y sus palabras, denunciando abiertamente el verdadero significado del velo (significado social y no religioso, de ning¨²n modo comparable al crucifijo o la kippa), proclamando que la fe religiosa no tiene que ver con la opresi¨®n femenina ni, por supuesto, con ninguno de sus s¨ªmbolos... es a largo plazo mucho m¨¢s eficaz que cualquier ley. S¨®lo los que como ella denuncian y combaten a pie firme el concepto de la mujer que el velo isl¨¢mico representa est¨¢n moralmente autorizados para manifestar despu¨¦s su aprobaci¨®n o su desaprobaci¨®n de una ley como la de Francia.
Lo esencial no es dar el s¨ª o el no a una ley as¨ª. Ese s¨ª, ese no, depende de muchos factores: el c¨®mo, el cu¨¢ndo, el d¨®nde. Shirin Ebadi vive en Teher¨¢n, no en Par¨ªs. Pero incluso para las que viven en Par¨ªs y no arriesgan nada (nada) cuando dan su opini¨®n, incluso en ese caso, lo esencial no podr¨¢ ser nunca que se apruebe o se deje de aprobar una "ley sobre el laicismo". La realidad de la opresi¨®n femenina en los pa¨ªses isl¨¢micos es de tal magnitud que una ley as¨ª -al margen de que sus efectos sean buenos o malos, oportunos o no en el contexto de la escuela francesa: todo eso puede discutirse-, resulta en s¨ª misma insignificante.
Lo ¨²nico imprescindible es eso: saber lo que el velo significa y combatirlo, en casa y fuera de casa, y haci¨¦ndolo sin caer en las trampas de lo pol¨ªticamente correcto (el "multiculturalismo") ni en distracciones irresponsables (el imperialismo americano, el Vaticano, etc¨¦tera). La forma de combate es cosa de cada uno.- Cristina Candal Couto. Luxemburgo.
Siendo un ingl¨¦s residente en Francia diplomado en Filolog¨ªa ?rabe que creci¨® en Espa?a y que considera ese pa¨ªs como el suyo, me preocupa mucho la posici¨®n tomada por Chirac sobre el contencioso del velo. Lo peligroso es que algunos intelectuales espa?oles, muchas veces con restos de un complejo de inferioridad ante Francia que deber¨ªa estar superado ya, tomen ejemplo de nuestro vecino norte?o. Aunque es cierto que Francia tiene mucho que ofrecer en el campo de la pol¨ªtica de integraci¨®n de inmigrantes, una obra de acopio y ali?o nos conducir¨ªa hacia una situaci¨®n tan crispada como la que se vive en Francia. Aprendamos de sus errores.
El debate sobre el hiyab en Francia esconde la realidad. El problema no radica en el velo, sino en el desempleo (que ronda el 40% entre los j¨®venes argelinos), la pobreza, la falta de integraci¨®n y el racismo. Me escandaliza que una parte ya marginada de la juventud francesa lo ser¨¢ a¨²n m¨¢s a causa de la pol¨ªtica de integraci¨®n trasnochada de un pa¨ªs incapaz de adaptarse a su propia sociedad multi¨¦tnica. Castigara una minor¨ªa de j¨®venes musulmanas, converti¨¦ndolas en enemigas de le Rep¨²blica, no representa una reacci¨®n ni adecuada ni digna de una democracia moderna. La pol¨¦mica actual est¨¢ siendo utilizada, en el nombre de una laicidad incambiable e inflexible, para pisar derechos individuales y para cosechar votos de la extrema derecha.
Es preciso un debate nacional sereno en Espa?a para dilucidar cu¨¢l ser¨¢ nuestra reacci¨®n a los desaf¨ªos que plantea la presencia en el territorio espa?ol de culturas muy diferentes a la nuestra. Lo que es m¨¢s, tal di¨¢logo es a¨²n m¨¢s urgente ahora, pues la segunda generaci¨®n est¨¢ naciendo. Es ahora que se crear¨¢n las pol¨ªticas que determinar¨¢n las condiciones de vida de nuestros nuevos ciudadanos.- E. McAllister.
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