Sir David, ?real o ficticio?
Las serpientes y las tortugas de agua sacaban la cabeza a la superficie buscando la lluvia del monz¨®n en el lago del parque Benjasiri de Bangkok con la misma naturalidad con que miles de personas se hab¨ªan congregado en sus prados para ver a sir David Robert Joseph Beckham pasar, como dir¨ªa su ex compa?ero Steve McManaman, "?vuuuumm!, en un abrir y cerrar de ojos", por sus vidas.
El Real Madrid terminaba su gira por Asia, en agosto pasado, y las multitudes se agolpaban para ver a sus estrellas. Chin On, Chin Yee y Ginny Loo hab¨ªan recorrido muchos kil¨®metros desde Udon Thani, al norte de Tailandia, hasta Bangkok, s¨®lo para verlo a ¨¦l durante unos segundos. Otros hab¨ªan hecho un viaje m¨¢s largo, desde la frontera con Laos, y se conformaban con reconocer la coleta del hombre m¨¢s famoso del mundo, junto con el papa Juan Pablo II, George Bush y Bin Laden. Una celebridad global que act¨²a semanalmente en el Bernab¨¦u, y que desde noviembre ha fijado domicilio en una casa de El Plant¨ªo, en las afueras de Madrid.
El futbolista que el Real Madrid ten¨ªa en n¨®mina no era s¨®lo un jugador de f¨²tbol. Era un arquetipo para media humanidad
La emoci¨®n que manifestaron los chinos, los japoneses y las etnias de Indochina ante Beckham confirm¨® el acierto estrat¨¦gico del presidente madridista, Florentino P¨¦rez. El futbolista que ten¨ªa en n¨®mina no era s¨®lo un jugador de f¨²tbol. Era un arquetipo para media humanidad. El s¨ªmbolo de un futuro vertiginoso.
Hijo de una peluquera y un repartidor de bombonas de gas, nacido en el este de Londres en 1975, educado para ser jugador de f¨²tbol; casado con la cantante Victoria Adams, alias Pija, modelo de Dolce y Gabbana; capit¨¢n de la selecci¨®n de Inglaterra y nombrado caballero del imperio brit¨¢nico por Isabel II, el historial de Beckham se redondea con un car¨¢cter abierto, o tal vez enigm¨¢tico como un espejo. Se trata de un hombre amable, gentil y risue?o que hasta el momento no descubre miserias.
Pepsi, chocolates Meiji, Vodafone, Mark and Spencer, Siemens y Adidas, entre otras firmas, se benefician de su imagen a cambio de cerca de 10 millones de euros anuales en concepto de derechos publicitarios -el Madrid se embolsar¨¢ el 50% de los futuros contratos-.
El ¨¦xito de Beckham como carism¨¢tico le potencia como marca comercial, al tiempo que invita a pensar que se trata de un personaje ficticio y no de un futbolista real. Hasta sus nuevos compa?eros dudaron antes de conocerle. Luego se sorprendieron al verificar que, en efecto, Beckham era un buen jugador. Como dijo Di St¨¦fano cuando se enter¨® del fichaje: "?Pero ¨¦ste, cuando va a tirar un c¨®rner, posa para las c¨¢maras o piensa en tirar un c¨®rner?".
Consciente de que es sospechoso, Beckham ha luchado para ganarse el respeto de sus colegas en la misma medida que las ovaciones del p¨²blico. El primero lo obtuvo a base de comedimiento y profesionalismo. Las ovaciones le llegaron gracias a la eficacia de su juego, un formidable repertorio de pases y lanzamientos a bal¨®n parado que sazona con sentido colectivo m¨¢s ardor guerrero. Porque Beckham se ha desvivido por demostrar al grader¨ªo -y a sus colegas- que tras su imagen de criatura andr¨®gina habita un verdadero macho territorial. En el campo no esconde la pierna, sino muy al contrario, y soporta los golpes con brit¨¢nico estoicismo.
Beckham se integr¨® en el Madrid con la naturalidad con que una fantas¨ªa se alimenta de otra. En un club que ha hecho de la contrataci¨®n de figuras de la mercadotecnia parte de su metabolismo, el jugador ingl¨¦s se halla en un ¨¢mbito familiar. Conocer mundo y unirse a gente a la que admira, como Zidane, Roberto Carlos o Ronaldo, le satisface. Y aunque Madrid no deslumbre a su esposa, Victoria, no pocas veces se les ha visto escaparse por Chueca de compras y de tapas, o a un reservado del Palace, o a la discoteca Pach¨¢ de madrugada...
Beckham ha llevado al Madrid m¨¢s all¨¢ del campo de juego para proyectarlo definitivamente en un mercado global cada vez m¨¢s ¨¢vido de im¨¢genes atractivas como piruletas. El negocio del f¨²tbol tal y como existi¨® en el siglo XX ha desaparecido. Ahora que el Madrid procura funcionar como una productora, Beckham es el nombre de su ¨²ltima pel¨ªcula.
![David Beckham, a su llegada a Madrid el pasado julio.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ISDRH6JXAYTPUZEEP2JA6ML3BM.jpg?auth=f313046eb1f7b8715438556bfb26116655d3269c762897d2e0b69ac7703b7cc0&width=414)
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