La N-V, la peor v¨ªa de entrada a la capital por culpa de los atascos
La carretera de Extremadura tiene su principal escollo en el atasco de Alcorc¨®n
Si hay unos conductores que tienen que gozar de una extraordinaria paciencia son, desde luego, los de la autov¨ªa de Extremadura (N-V). Cada d¨ªa utilizan esta carretera m¨¢s de 48.000 veh¨ªculos que se encuentran con el atasco permanente a la altura de Alcorc¨®n, en la zona de los cuarteles, en Campamento, y en la entrada por la avenida de Portugal. Le sigue en problemas la autov¨ªa de Andaluc¨ªa y su punto m¨¢s conflictivo: el nudo supersur.
Las carreteras que enlazan la zona sur con la capital son con diferencia las m¨¢s atascadas de toda la regi¨®n. Cada d¨ªa sus conductores tienen que soportar retenciones kilom¨¦tricas de entrada y salida, lo que supone p¨¦rdidas ingentes de horas de trabajo y ocio.
- Autov¨ªa de Extremadura. El atasco se concentra a todas horas y sin excepci¨®n entre los kil¨®metros 14 y 18 de la N-V, justo antes de las curvas de Alcorc¨®n. El motivo es muy claro. En este punto enlazan los automovilistas procedentes de M¨®stoles, del barrio alcorconero de Prado Santo Domingo y de la zona de Parque Oeste. Estas v¨ªas conectan con s¨®lo dos carriles que son incapaces de absorber los miles de coches que pretenden cogerla al mismo tiempo. Adem¨¢s, esto supone que seis o siete carriles se ven reducidos a cuatro, si se incluye la v¨ªa de servicio, y despu¨¦s a dos, cuando se estrecha la v¨ªa principal.
Cuando los automovilistas creen que ya han superado este escollo, se topan con otros. La zona de los cuarteles de Campamento y de Cuatro Vientos tambi¨¦n resulta un embudo. El tr¨¢fico se ralentiza de tal manera que muchas veces tienen que sufrir una parada total. En plena hora punta, el problema ya no se soluciona hasta la cuesta de San Vicente, el paseo de Extremadura y la avenida de Portugal. Los conductores que van por la N-V circulan a una media de 31 kil¨®metros por hora, seg¨²n datos facilitados por la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT).
Estos problemas se ven agravados adem¨¢s por la gran cantidad de accesos y de salidas que tiene esta v¨ªa. Los conductores procedentes de Boadilla del Monte y de Pozuelo de Alarc¨®n tienen como opci¨®n el entrar cerca del desv¨ªo de la Casa de Campo, lo que provoca grandes retenciones y problemas, en especial a los autobuses, que ven invadidos su carril.
- Autov¨ªa de Andaluc¨ªa. La N-IV tiene su principal problema en el llamado nudo supersur: un gran nudo de distribuci¨®n que enlaza esta autov¨ªa con la M-40 y la M-30. Los tres kil¨®metros finales se convierten en "una prueba de resistencia para los nervios", tal y como la han definido algunos usuarios. De hecho, en hora punta circulan en esta zona unos 31.000 coches que intentan entrar en la M-30, por donde pasan a esas horas m¨¢s de 89.000 kil¨®metros. Esto implica que las retenciones se demoren durante minutos y que la desesperaci¨®n de los automovilistas sea enorme. Los problemas se dan sobre todo entre las 7.00 y 8.00, aunque si llueve o es inicio de semana pueden prolongarse hasta pasadas las nueve de la ma?ana.
Existen dos opciones para intentar evitar este tap¨®n. El continuar recto por la avenida de C¨®rdoba, un largu¨ªsimo bulevar de 4.000 metros de longitud, y la salida por la M-40. Esta ¨²ltima tambi¨¦n suele sufrir largas retenciones a estas horas.
Otra zona donde el conductor deber¨¢ reducir la velocidad o incluso detener el veh¨ªculo es entre los kil¨®metros 22 y 18, en las curvas anteriores a Pinto. La entrada desde la M-506 (Pinto-Villaviciosa de Od¨®n) y m¨¢s adelante la M-50, a la altura de Getafe, supone un tap¨®n insalvable.
- Autov¨ªa de A Coru?a. La existencia del bus-VAO (Veh¨ªculos de Alta Ocupaci¨®n) en la A-6 sirve para paliar de alguna forma los enormes problemas de tr¨¢fico que soporta esta carretera. Los atascos de esta entrada a Madrid, la m¨¢s transitada de todas las carreteras, se encuentran en cuatro puntos conflictivos: los kil¨®metros 19, 17, 11 y 8.
El kil¨®metro 19 coincide con la entrada al bus-VAO, un carril exclusivo para autobuses y veh¨ªculos con m¨¢s de un ocupante. Los atascos en este punto se traducen en colas de unos dos kil¨®metros que circulan a una velocidad media de 29,3 kil¨®metros por hora. El peor momento llega en el kil¨®metro 8, el ¨²ltimo tramo de la cuesta de las Perdices. 176.000 veh¨ªculos circulan en este punto a una velocidad media de 13,6 kil¨®metros por hora. Acceder a la ciudad a las siete de la ma?ana por esta v¨ªa es posible a una velocidad media de 87 kil¨®metros por hora, mientras que en hora punta cae en picado hasta los 37 kil¨®metros por hora.
- Autov¨ªa de Burgos. La N-I es una de las v¨ªas de acceso m¨¢s fluidas aunque no parece que la cosa siga as¨ª por mucho tiempo: la construcci¨®n en dos a?os de 26.000 viviendas en los nuevos barrios de Sanchinarro y Las Tablas amenazan el tr¨¢nsito de veh¨ªculos. El peor tramo de esta carretera es el de la cuesta de los dominicos, entre los kil¨®metros 13 y 9. Por ese punto pasan cada d¨ªa 137.000 veh¨ªculos que se mueven a una velocidad media de 39 kil¨®metros por hora. La causa de los embotellamientos es la proximidad de los accesos al paseo de la Castellana y a la M-30.
- Autov¨ªa de Barcelona. La Radial 2, de peaje, inaugurada hace dos meses para aliviar lo
s embotellamientos de la N-II, no ha conseguido su objetivo. La raz¨®n de este fracaso est¨¢ en que el embudo se forma cada ma?ana en el puente de San Fernando, a la altura del kil¨®metro 15, con 134.000 veh¨ªculos. Los conductores que circulan por la R-2 y quieren acceder al centro de Madrid por la avenida de Am¨¦rica tienen que dejar la autopista de pago y, a trav¨¦s de la M-50, desviarse a la N-II, donde se encuentran con el colapso de San Fernando. As¨ª pues, la radial no consigue salvar el punto m¨¢s conflictivo de la carretera de Barcelona.
El oasis de la N-III
Los conductores aut¨¦nticamente privilegiados, son sin duda los de la autov¨ªa de Valencia (N-III). El acceder a la capital desde Arganda del Rey o Rivas-Vaciamadrid se convierte en un aut¨¦ntico paseo si se compara con otros atascos kilom¨¦tricos, como los de la autov¨ªa de Extremadura (N-V).
Y es que los datos de la Direcci¨®n General de Tr¨¢fico (DGT) no dejan lugar a la discusi¨®n. Cubrir una distancia de 20 kil¨®metros se puede hacer en un tiempo r¨¦cord de 23 minutos y siempre respetando los l¨ªmites de velocidad. Seg¨²n Tr¨¢fico, la velocidad media en esta v¨ªa no desciende nunca de los 65 kil¨®metros por hora.
El conductor que utilice esta v¨ªa habitualmente s¨®lo se topar¨¢ con dos problemas y muchas veces no son tales. El primer punto gris (no llega a ser siquiera negro) son las curvas del barrio de Santa Eugenia, en Villa de Vallecas, donde la velocidad llega a reducirse a los 30 kil¨®metros por hora, seg¨²n la DGT.
El siguiente punto es el sem¨¢foro de la plaza de Conde de Casal, ya en la capital. Los centenares de conductores que quieren acceder a este punto motivan que se creen atascos de m¨¢s de medio kil¨®metro y que la ciudad no sea capaz de absorberlos en un tiempo razonable.
La carretera de Valencia se convierte en noticia, sin embargo, en los periodos vacacionales. Los miles de madrile?os que todos los veranos, Semana Santa y puentes largos deciden abandonar la gran urbe optan, en gran parte de los casos, por el Levante, por lo que la N-III se convierte en su v¨ªa de escape.
El enlace con la M-40 y las citadas curvas de Santa Eugenia son una trampa. Rebasar estos puntos puede llevar hasta una hora.
Otro detalle que hace un poco m¨¢s complicado el tr¨¢nsito por esta v¨ªa es la gran cantidad de camiones que circulan por su carril derecho. El cercano vertedero de Valdeming¨®mez y la gran cantidad de naves industriales de Arganda y de Rivas hace que los veh¨ªculos pesados campen en filas de seis o siete seguidos, lo que complica tomar algunas desviaciones. Tambi¨¦n supone que el firme est¨¦ agrietado y bacheado por el alto tonelaje que tiene que soportar a cada hora. No en vano, los camiones de basura municipales descartan su contenido en esta zona.
Este tr¨¢nsito de camiones con escombros tambi¨¦n se traduce en gravilla y arena en la carretera, que, cuando llueve, la convierte en una aut¨¦ntica pista de patinaje, con el consiguiente peligro para el resto de usuarios.
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