El salto del charco
La detecci¨®n en Estados Unidos del primer caso de encefalopat¨ªa espongiforme bovina, o enfermedad de las vacas locas, ha reverdecido al otro lado del Atl¨¢ntico el espectro de la crisis alimentaria que sacudi¨® a la Uni¨®n Europea. Ha bastado el hallazgo de un solo animal enfermo, sobre una caba?a de 35 millones de ejemplares, para que los principales compradores de carne estadounidense hayan prohibido cautelarmente las importaciones y estrangulado una de las industrias m¨¢s poderosas del mundo. El mercado interno, a su vez, ha sufrido una considerable p¨¦rdida de confianza en sectores tan representativos como las grandes cadenas de comida r¨¢pida. Todo ello ha ocurrido de forma fulminante y sin que se haya aclarado a¨²n si la vaca afectada fue importada en 2001 de Canad¨¢, lo que diluir¨ªa en parte la responsabilidad estadounidense.
La biso?ez mostrada en su respuesta por la Administraci¨®n de Washington, empe?ada en minimizar las implicaciones del hallazgo, no permite a estas alturas vislumbrar el final del t¨²nel. Si bien los responsables de Agricultura tienen raz¨®n en pedir prudencia y recordar que, de momento, s¨®lo se trata de un caso aislado, tambi¨¦n es cierto que la revisi¨®n de los procedimientos de control abierta tras la detecci¨®n de la vaca enferma ha sacado a la luz un sistema de inspecci¨®n claramente insuficiente: ¨²nicamente 20.500 animales son sometidos anualmente en EE UU a las pruebas de la encefalopat¨ªa frente a los 10 millones de la UE.
Es verdad que el peligro para la salud humana es, en este ¨²nico caso, nulo. La experiencia europea muestra que, m¨¢s all¨¢ del Reino Unido (con unos 140 fallecimientos), la tan temida multiplicaci¨®n de la enfermedad en humanos no se ha producido. Pero frente al f¨¢cil alarmismo que rodea el asunto de las vacas locas, si alguna lecci¨®n trajo consigo la crisis en la UE es que la seguridad alimentaria ha de basarse en una aplicaci¨®n honrada y transparente del principio de precauci¨®n. No est¨¢ de m¨¢s, por tanto, que la Administraci¨®n estadounidense aproveche la oportunidad para mejorar sus sistemas de control y aclarar el alcance real de la encefalopat¨ªa en su caba?a. Una regla que, salvando las distancias, no deber¨ªa olvidarse en Espa?a, donde, por mucho que diga el ministro de Agricultura, los casos de vacas locas no han "tocado techo", sino que, a diferencia de la mayor¨ªa de nuestros vecinos europeos, registran un constante y preocupante aumento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.