Al Roc¨ªo, entre l¨¢minas de agua
El entorno desbordante de la Raya Real, una ca?ada en Do?ana
Entrar a la aldea de El Roc¨ªo por la Raya Real tiene muchas reminiscencias religiosas, entre el tintineo de campanillas, resonar de tamboriles y gaitas, y murmullo de peregrinos. Buena parte de las cofrad¨ªas que asisten cada a?o a la romer¨ªa mariana m¨¢s famosa de Espa?a hace su entrada a la aldea rociera por los arenales de esta antiqu¨ªsima v¨ªa pecuaria. Pero este camino de algarab¨ªa de caballos, carretas, bueyes y cohetes tiene una cara muy diferente el resto del a?o. Cuando el viento y la lluvia han borrado las pisadas en la arena de las hermandades, tan s¨®lo quedan los rumores y silencios de una naturaleza abrumadora, que llena uno de los paisajes m¨¢s admirados de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica, el del Coto de Do?ana.
La Raya Real es una ca?ada larga y ancha de arenas blandas, donde los pasos se hunden entre los pegajosos barros que traen en esta ¨¦poca las lluvias invernizas. Un ancestral camino que lleva del viejo Mures, hoy Villamanrique de la Condesa, hasta El Roc¨ªo. Los pasos de esta ca?ada lindera entre pinar y marisma se integran dentro del ¨²ltimo tramo del llamado camino del Cazadero Real, que en tiempos pasados sirvi¨® para unir la puerta del alc¨¢zar de Sevilla con el palacio del Rey. Por esta ruta han llegado al Coto los reyes y arist¨®cratas espa?oles desde los tiempos de Alfonso X el Sabio en busca de lances cineg¨¦ticos; de la misma manera que lo hicieran despu¨¦s los rom¨¢nticos exploradores, que entre finales del siglo XIX y mediados del XX dieron a conocer a toda Europa las maravillas que se escond¨ªan en estas tierras marisme?as. Dos libros publicados con 50 a?os de por medio entre principios y mediados del XX, La Espa?a inexplorada, de Abel Chapman y Walter J. Buck, y Retrato de una tierra salvaje, de Guy Mountfort, en los que se cuentan los descubrimientos y vivencias de un buen n¨²mero de expediciones por Do?ana, contribuyen de forma decisiva al inter¨¦s y conocimiento de la reserva de avifauna m¨¢s importante de Europa.
Por el rastro de los peregrinos
La ca?ada Raya Real se enmarca en el tramo comprendido entre la venta El Mauro, muy cerca de Villamanrique, y el famoso puente del Ajol¨ª, puerta de entrada a la aldea de El Roc¨ªo. Unos 17 kil¨®metros dispuestos para recorrerse no como peregrino rociero, sino como descubridor de un entorno natural que ha sorprendido y encantado a naturalistas, ornit¨®logos y viajeros.
Un trayecto arropado por eucaliptos y pinos en casi toda su existencia, y moteado por uno y otro lado de praderas y calvijares encharcados, donde la fauna alada protagoniza cada metro de su traza. Las rapaces se hacen due?as de la altura desde sus posaderos en las elevadas copas de los eucaliptos, mientras las l¨¢minas de agua son el cazadero de garzas reales, bueyeras, cig¨¹e?as, garcetas y cig¨¹e?uelas. A la ingente poblaci¨®n de aves sedentarias que pueblan estos predios se suman los migradores invernales que, tanto en el interior de la marisma como en las dehesas y pinares circundantes, concentran cifras que rondan el mill¨®n y medio de ejemplares.
La Raya salta la carretera de Villamanrique-El Roc¨ªo, al tiempo que se acerca al llamado pozo de M¨¢quinas, un viejo abrevadero abandonado y tragado por la vegetaci¨®n. A partir de aqu¨ª, una l¨ªnea recta interminable de olas de arena blanca pone rumbo al cortijo del palacio del Rey, pero los tapiales encalados de su arquitectura no se dejar¨¢n ver hasta los ¨²ltimos mil metros.
Las piquetas del vallado que limita el camino por uno y otro lado muestran el continuo movimiento de las dunas en las zonas m¨¢s abiertas al ser tragadas por el albero. Si se sigue la l¨ªnea de alambres por el borde de la ca?ada, se descubren con facilidad las huellas de los animales que han cruzado por la noche de una mancha a la otra.
Un poco de pr¨¢ctica o una buena gu¨ªa de mam¨ªferos bastar¨¢ para averiguar de qui¨¦n son los rastros; adem¨¢s, los pelos enganchados en los espinos del alambre aportar¨¢n el resto de la informaci¨®n. Jabal¨ªes, zorros, linces, meloncillos y ginetas componen las especies m¨¢s habituales en esta zona norte del parque natural del Entorno de Do?ana.
Un antiguo cortijo
El palacio del Rey es una de las m¨¢s antiguas propiedades cortijeras del Coto al borde de la marisma, parada y fonda obligada de los antiguos viajeros antes de partir por el interior del aguazal hacia el palacio de Do?ana. Desde aqu¨ª salen varias ca?adas, una para cada punto cardinal, todas merecedoras de ser exploradas, pero si la intenci¨®n es seguir hacia El Roc¨ªo se debe tomar la que parte por el sur y se revuelve enseguida hacia el oeste. Una extensa prader¨ªa se abre ahora por la izquierda con el nombre de coto del Grullo, donde la vista se pierde en medio de un espejo semiencharcado y alborotado por los bandos de avefr¨ªas que han llegado a pasar el invierno.
El ¨²ltimo trecho de la Raya limita las espesas arboledas de los pinares de los P¨¢jaros y el Vicioso con la valla de protecci¨®n del parque nacional, desde donde las dunas de arena avanzan tragando a su paso centenarios alcornoques, de los que tan s¨®lo quedan sus esqueletos. La llegada al famoso puente del Ajol¨ª, sobre el arroyo de Ca?o Mar¨ªa, marca el final de la ruta y la entrada a la aldea rociera por su puerta m¨¢s famosa.
![Dos caballos en la marisma encharcada del Coto del Grullo, rodeados por flamencos, avocetas, cig¨¹e?uelas y otras aves que invernan en el parque de Do?ana.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/UBZLMU3E7XXW4DPGXMKESR3LKI.jpg?auth=80d0ce0ce252df9f9e86b6c6da605c697e8d2c8b69366c7fb4dbad4dffa3770c&width=414)
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar
Desde Sevilla o Huelva, la mejor forma de llegar a El Roc¨ªo es por la autov¨ªa A-49. Tras tomar el desv¨ªo de la carretera de Almonte, se contin¨²a, despu¨¦s de pasar la poblaci¨®n, hacia la aldea de El Roc¨ªo y Matalasca?as.
Dormir
- Hotel Toru?o (959 44 23 23). Plaza del Acebuche, 22. El Roc¨ªo. Edificio de estilo andaluz al borde de la marisma. Habitaci¨®n doble: 60,10 euros.
- Cortijo Los Mimbrales (959 44 22 37). Carretera El Roc¨ªo-Matalasca?as, kil¨®metro 30,5. El Roc¨ªo. Una de las fincas agropecuarias con m¨¢s solera de la provincia, dedica parte de sus antiguas instalaciones al hospedaje rural con todos los lujos de un gran hotel. Habitaci¨®n doble: 120 euros.
- C¨¢mping La Aldea (959 44 26 77). Carretera de El Roc¨ªo, kil¨®metro 25. El Roc¨ªo. Caba?as tipo bungal¨®. Precio por d¨ªa, de dos a cuatro personas: 60 euros.
Comer
- Aires de Do?ana, La Choza (959 44 27 19). Avenida de la Canariega, 1. El Roc¨ªo. Cocina andaluza y marisme?a. Precio medio: 24 euros.
- La Aldea (959 44 26 75). Carretera de El Roc¨ªo, kil¨®metro 25. El Roc¨ªo. Precio medio: 18 euros.
- Cristina (959 44 24 13). El Real, 32. El Roc¨ªo. Cocina regional, caza y pescados. Precio medio: 24 euros.
Actividades
- Do?anatour (959 44 24 68). El Real, 31. El Roc¨ªo. Alojamiento en casas rocieras, casas rurales y albergues. Excursiones a caballo, todoterreno, senderismo, recorridos en barco y observaci¨®n de la fauna.
- Do?ana Ecuestre (959 44 24 74). Avenida de la Canariega, 1. El Roc¨ªo. Excursiones a caballo de dos a ocho d¨ªas. Rutas en todoterreno.
- Cooperativa Marismas del Roc¨ªo (959 43 04 51). Plaza del Acebuchal, 22. El Roc¨ªo. Rutas en todoterreno.
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