La compa?era que sonr¨ªe
Cuando el ex presidente Felipe Gonz¨¢lez invitaba a intelectuales y artistas a La Bodeguiya de La Moncloa, su mujer, Carmen Romero, aceptaba una parte mucho m¨¢s activa que la que se le conoci¨® como acompa?ante del presidente en los escenarios oficiales. Aunque no renunci¨® a los m¨¢s importantes -cenas reales, visita del Papa, y al Papa no le bes¨® el anillo-, prefiri¨® seguir su vida com¨²n en casa o en clase, como profesora de Lengua y Literatura.
Pero en aquellas cenas de La Bodeguiya s¨ª que aceptaba estar Carmen Romero. Y en una de ellas se produjo una an¨¦cdota que ha contado uno de los reunidos, Rafael Conte. Eran tiempos previos al refer¨¦ndum de la OTAN. El presidente Gonz¨¢lez aprovech¨® que all¨ª estaban adem¨¢s Pedro La¨ªn, Jos¨¦ Luis Cano, ?lvaro Pombo... para trasladar su mensaje favorable al definitivo ingreso... Cuando la conversaci¨®n pol¨ªtica decay¨®, la mujer del presidente se dirigi¨® a los literatos para hacerles una pregunta de otro tenor:
-?Cu¨¢l es la importancia real de un poeta como Gerardo Diego?
Felipe era el que hablaba de pol¨ªtica, ella prefer¨ªa el otro mundo. De hecho, cuando se casaron, en 1969, Felipe estaba en B¨¦lgica, haciendo pol¨ªtica, y tuvo que sustituirle, en la ceremonia de poderes, su amigo Luis Uru?uela. Y cuando un a?o m¨¢s tarde naci¨® el primer hijo, Pablo, en Sevilla, Felipe y el propio Uru?uela estaban m¨¢s pendientes de que apareciera en la Giralda una banderola de reivindicaci¨®n socialista que del parto mismo, que asist¨ªa Luis Y¨¢?ez, ginec¨®logo, socialista y amigo de todos ellos. "Ustedes ah¨ª hablando de la banderola, y yo aqu¨ª con los dolores que no puedo m¨¢s". Y cuando ya naci¨® el ni?o, las madres de Carmen y Felipe se disputaban parecidos. "Se parece a Felipe", dijo la madre de ¨¦ste, y "se parece al padre", dijo la consuegra. "P¨®nganse de acuerdo", dijo un amigo com¨²n, Juan Alarc¨®n, que hoy trabaja en EL PA?S, "?se parece al padre o se parece a Felipe?".
Carmen es andaluza, de Sevilla. En 1989 quiso ser parlamentaria por C¨¢diz, y ahora lo deja, definitivamente. Lo que ser¨ªa raro es que dejara la pol¨ªtica. No est¨¢ en ella por Felipe; se encontraron en la Universidad, haciendo pol¨ªtica, y se casaron enseguida. Les cas¨® hace 34 a?os el can¨®nigo Manuel Garc¨ªa V¨¢zquez, que el otro d¨ªa present¨® en Sevilla una conferencia del ex presidente. ?ste tom¨® el micr¨®fono y dijo: "Tengo que agradecerte que nos casaste a pesar de haber votado y defendido la ley del divorcio, que nosotros dos nunca usamos, ?pero que otros que se opusieron a ella la usan ahora a tutipl¨¦n!". Carmen Romero, en primera fila, re¨ªa a mand¨ªbula batiente.
Su sonrisa es tan natural en ella que ya es dif¨ªcil que alguien te hable de sus caracter¨ªsticas y no te cite ¨¦sa. Desde hace a?os comparte tertulia, todos los mi¨¦rcoles, con los editores Jes¨²s Visor y Gustavo Dom¨ªnguez y con el citado Rafael Conte. De esas reuniones salieron los libros que ha traducido la profesora de Literatura, dos de poes¨ªa de Valerio Magrelli y una novela (Artemisia) de la ya fallecida Anna Banti, ambos italianos. Dice Visor que es una traductora puntillosa que le da trescientas vueltas a una palabra o a un verso, y Dom¨ªnguez afirma, sobre su car¨¢cter, que es la simp¨¢tica de las comidas, "lo relativiza todo y de todo se r¨ªe o se sonr¨ªe; a nosotros nos da ¨¢nimos en los momentos malos".
Dicen que escribe un diario. Su pasi¨®n ¨²ltima ha sido tender puentes con el Magreb, y el primer congreso euromagreb¨ª que organiz¨®, en 2001, le coincidi¨® casi exactamente con el atentado contra las Torres Gemelas... Sigui¨® adelante (y no es t¨®pico) con una sonrisa... Ahora, cuando le preguntas por qu¨¦ deja el Parlamento, te mira, le da una vuelta al tac¨®n de su zapato derecho y se sonr¨ªe y se pone a hablar de otra cosa.
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