Tras el terremoto
Ir¨¢n rechaz¨® ayer la posibilidad de recibir una delegaci¨®n norteamericana dirigida por la senadora Elizabeth Dole como asistencia en la ayuda a los damnificados por la terrible cat¨¢strofe que ha supuesto el terremoto en la hist¨®rica ciudad de Bam. El se¨ªsmo ha hecho desaparecer literalmente el centro urbano y ha causado m¨¢s de 30.000 muertos. Una cat¨¢strofe de tales dimensiones no s¨®lo sume en el luto a una naci¨®n. Tambi¨¦n modifica percepciones e invita a cambio de actitudes. Hay un antes y un despu¨¦s cuando acontecen tragedias de tan inmenso calado. Su efecto sobre la pol¨ªtica interna y externa de un pa¨ªs tan afligido es imprevisible, pero siempre relevante.
A nadie puede extra?ar que, 24 a?os despu¨¦s de la revoluci¨®n isl¨¢mica en Ir¨¢n, cuya m¨¢xima bandera fue el odio a Estados Unidos, las autoridades de Teher¨¢n tengan inmensas reservas a mostrarse como receptoras agradecidas de ayuda del "gran Sat¨¢n". El clero fundamentalista que protege sus poderes y privilegios frente a una de las poblaciones m¨¢s j¨®venes y pujantes del mundo tiene justificado p¨¢nico al desmoronamiento de los dogmas reinantes. Y, sin embargo, se mueve. Todo. Los pol¨ªticos iran¨ªes, con su jefe de Estado, Jatam¨ª, a la cabeza, por mucho que le bloqueen las reformas los inmovilistas. Los ciudadanos, cada vez m¨¢s conscientes de que los sacrificios que se les imponen son frustrantes y absurdos en el siglo XXI. Y sobre todo las mujeres j¨®venes y urbanas, que saben que una sociedad est¨¢ mutilada si m¨¢s de la mitad de sus miembros no pueden desarrollar su vida en libertad.
Bush no ha perdido la ocasi¨®n de hacer m¨¢s dif¨ªcil el acercamiento entre EE UU e Ir¨¢n al recordar las diferencias que mantiene con Teher¨¢n sobre terrorismo, armas nucleares y, claro est¨¢, r¨¦gimen pol¨ªtico. Pero todo el tablero en todo Oriente Pr¨®ximo est¨¢ en movimiento y son muchos los signos, tambi¨¦n desde Teher¨¢n, que permiten abrigar nuevas, aunque todav¨ªa leves, esperanzas.
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