Calendarios
Llegadas estas fechas, empresas, comercios e instituciones hacen llegar a los ciudadanos de manera gratuita un policromado espectro de calendarios. Desde anta?o, para este tipo de publicaciones se recurr¨ªa habitualmente a la fotograf¨ªa, solicitando los servicios de los fot¨®grafos m¨¢s renombrados. Quiz¨¢s los calendarios con mayor fama fueron los que pon¨ªa en circulaci¨®n la revista Playboy. Por cada mes del a?o se ense?aba el cuerpo de una mujer desnuda que recorr¨ªa desde la cabina de un camionero los m¨¢s intrincados caminos.
En la actualidad, la oferta se ha multiplicado en n¨²mero y belleza. Se recurre al m¨¢s diverso tipo de fotograf¨ªas, aptas todas ellas para lucir y engalanar paredes de hogares, oficinas o despachos. Sin menospreciar ninguno de los que he podido contemplar, este a?o me ha llamado especialmente la atenci¨®n el que ha regalado la BBK a todos los vizca¨ªnos que lo han deseado. Sus fotomontajes, aunque repitan una idea pr¨®xima a la realizada por la Kutxa guipuzcoana hace un par de a?os, resultan muy divertidos.
Nunca termina uno de explicarse la raz¨®n por la que no incluyen la firma del autor, pero no ha resultado complicado enterarse de qui¨¦n es. Se trata de Agust¨ªn Sagasti (1956, El Redal, La Rioja). Es un autor formado en los circuitos del Bizkaia Club Cine-foto. Su apasionado inicio como aficionado le llev¨® a ganar distintos premios locales y exponer en diversos lugares de Espa?a. Consciente de su madurez en el oficio, se instal¨® como aut¨®nomo para elaborar trabajos de los que se denominan eufem¨ªsticamente industriales y publicitarios.
En su bagaje cuenta con la publicaci¨®n del libro Bizkaia Irudia y otros de cocina junto al cocinero Ander Calvo. Algunos de estos platos se publicaron tambi¨¦n en EPS.
Ahora el tema es distinto. Se ha centrado en paisajes de la Vizcaya mar¨ªtima y rural para interrelacionarlos con iconos representativos de la capital, Bilbao. De esta guisa, en un complejo trabajo realizado con instrumental inform¨¢tico, nos encontramos situaciones chocantes que alegran el ojo. Para empezar el a?o coloca la chimenea del parque Etxebarria en la salida de la R¨ªa de Plentzia, al socaire de la ¨ªntima playa de Barrika. Pasan los d¨ªas y sube la pluma de una gr¨²a del puerto a la cima de una cadena de monta?as. El edificio principal del Ayuntamiento lo traslada al pie del Amboto, para que ante sus puertas pueda pastar un reba?o de ovejas El ascensor de Bego?a se convierte en un pe?asco que sale del mar. Y manteniendo esta guisa de situaciones chocantes termina el a?o poniendo al Teatro Arriaga ante un rompeolas del Cant¨¢brico.
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