Doble estreno
Fiel a la imagen de s¨ª mismo como persona previsible, Aznar anunci¨® ayer que las elecciones generales se celebrar¨¢n el domingo 14 de marzo, dos d¨ªas despu¨¦s de haberse cumplido cuatro a?os desde los anteriores comicios. La principal novedad de esta convocatoria electoral es que los dos aspirantes con posibilidades realistas de llegar a La Moncloa, Mariano Rajoy y Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, se estrenan como candidatos a la presidencia del Gobierno.
El 14-M se somete a escrutinio p¨²blico la gesti¨®n del PP bajo el liderazgo de Aznar, a la vez que se opta entre las distintas ofertas de futuro. El candidato del PP aspira a sintetizar la continuidad pol¨ªtica con un cierto cambio de estilo, y el del PSOE, a liderar el cambio desde una nueva mayor¨ªa. Rajoy, bien recibido cuando fue se?alado por Aznar como sucesor, suscita algunas dudas como eventual inquilino de La Moncloa: ?ser¨¢ su talento para no meterse en charcos un aval suficiente para enfrentar los nuevos desaf¨ªos? ?Ser¨¢ su talante garant¨ªa suficiente para recomponer un m¨ªnimo consenso o al menos un di¨¢logo fluido con las dem¨¢s fuerzas pol¨ªticas?
Zapatero ha tratado de compensar la desventaja que le adjudican las encuestas tomando la iniciativa en dos terrenos: el del programa y el del equipo encargado de llevarlo a la pr¨¢ctica. El PSOE ha ido adelantando piezas de la oferta program¨¢tica que se propone cerrar el pr¨®ximo fin de semana. De lo que se conoce cabe decir que revela un trabajo concienzudo que desmiente la acusaci¨®n de la derecha de que Zapatero carec¨ªa de alternativas realistas. Hay propuestas bien pensadas, algunas ya ensayadas en otros pa¨ªses, y una voluntad de hacerlas compatibles con el realismo econ¨®mico. Rato hizo depender ayer la continuidad del crecimiento y el objetivo de pleno empleo de que se mantenga la pol¨ªtica econ¨®mica del actual Gobierno, esto es, de que los electores renueven su voto al PP. No cab¨ªa esperar otro mensaje, pero de la alternativa econ¨®mica del PSOE se deduce igualmente que su objetivo prioritario es aumentar la productividad, de la que depende el empleo, con un control estricto del gasto p¨²blico y el compromiso de no elevar la presi¨®n fiscal.
Sin embargo, una cosa es el programa como tal y otra el discurso pol¨ªtico que jerarquiza las propuestas. Ah¨ª s¨ª que tiene tarea Zapatero. Contar¨¢ para ello con un equipo de diez notables cuyos nombres revel¨® el jueves, y que cumple la funci¨®n de Gobierno virtual, aunque evitase llamarlo as¨ª. La iniciativa indica una clara voluntad de hacer frente a las acusaciones de que el candidato socialista carece de equipo solvente. De su composici¨®n se deduce tambi¨¦n el inter¨¦s por desmentir las insinuaciones de la derecha gobernante de que un triunfo de Zapatero pondr¨ªa en peligro la cohesi¨®n territorial o, m¨¢s directamente, la unidad de Espa?a. Al situar en ese equipo a personas como Bono y Rodr¨ªguez Ibarra, que encarnan la resistencia a cualquier deslizamiento en esa direcci¨®n, Zapatero lanza un mensaje de tranquilidad hacia un sector del electorado especialmente sensibilizado por los desaf¨ªos nacionalistas; la presencia del ex presidente del Congreso Gregorio Peces-Barba, uno de los padres de la Constituci¨®n, poco inclinado a frivolizar con su contenido, es otro mensaje en el mismo sentido.
Pero tambi¨¦n figuran en el grupo personas con amplia experiencia de gobierno en las autonom¨ªas, economistas con un perfil de eficiencia t¨¦cnica, dos ex ministros de Gonz¨¢lez, personalidades de prestigio en el ¨¢mbito internacional, o en el acad¨¦mico, que proyectan en conjunto una imagen solvente. Al tomar esta iniciativa, Zapatero acepta el riesgo de que se interprete como una confirmaci¨®n de que su equipo m¨¢s inmediato carec¨ªa de esa cualidad. Sin embargo, la idea de la debilidad pol¨ªtica de la Ejecutiva socialista, y su corolario de que se estaba prescindiendo de personalidades muy valiosas del entorno socialista, no proced¨ªa s¨®lo ni principalmente de la derecha. Con todo, no hay que confundir la funci¨®n de una direcci¨®n de partido con la de Gobierno: de los 26 miembros de la direcci¨®n socialista de 1982, s¨®lo cuatro entraron en el primer Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez: Guerra, Almunia, Maravall y Solana.
El l¨ªder de IU, Gaspar Llamazares, ha criticado la composici¨®n del equipo de notables por considerar que no era representativo de la pluralidad de la alternativa al PP; sin embargo, lo que indica la experiencia, incluida la de las elecciones de 2000, es que la condici¨®n para que tal alternatriva exista es que se afiance un polo socialdem¨®crata capaz de atraer a una mayor¨ªa de centro-izquierda. Y para ello hay que tener un programa socialdem¨®crata y unos equipos que aspiren a gobernar el pa¨ªs; no s¨®lo el partido.
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