La toma de huellas en EE UU funciona con fluidez, aunque siguen en pie las alertas
Entre los afectados surge la duda de qu¨¦ va a hacer Washington con la masiva base de datos
"Bienvenida a Estados Unidos; sonr¨ªa, por favor", le dice un funcionario de aduanas del aeropuerto de Miami a Misha Haye, una turista jamaicana, mientras le indica que mire a una peque?a c¨¢mara esf¨¦rica, le toma las huellas dactilares y le pregunta cu¨¢nto tiempo tiene previsto quedarse. La joven pone el ¨ªndice izquierdo sobre el lector ¨®ptico, pero no lo registra. "Sus u?as son demasiado largas, apoye bien el dedo", le explica el agente. Ella suelta una risa nerviosa y, al tercer intento, funciona. Repite la operaci¨®n con la mano derecha y el ordenador comprueba que su identidad coincide con la del visado expedido en el consulado de EE UU en Jamaica y que su nombre no figura en los archivos de sospechosos. "Gracias; el siguiente, por favor".
Misha comenta despu¨¦s que "no le molesta" que la hayan tomado los datos biom¨¦tricos porque "no tiene nada que ocultar", aunque quisiera saber "qu¨¦ van a hacer con la informaci¨®n", y tambi¨¦n "duda de la eficacia del sistema", puesto que no se va a aplicar de momento a los cientos de millones de visitantes que cruzan anualmente por las enormes fronteras de tierra por Canad¨¢ y M¨¦xico. Su opini¨®n es similar a la de la inmensa mayor¨ªa de los visitantes entrevistados en el aeropuerto de Miami, el que mayor n¨²mero de extranjeros ha fichado, 26.000 de los m¨¢s de 154.000 en todo el pa¨ªs. En general se muestran comprensivos porque creen que es disuasorio para los terroristas, pero al mismo tiempo expresan confusi¨®n y preocupaci¨®n por las continuas alertas lanzadas por EE UU y que siguen en pie. De hecho, un avi¨®n de American Airlines que deb¨ªa aterrizar en el aeropuerto Reagan fue desviado ayer al aeropuerto Dulles por motivos de seguridad sin que se aportasen m¨¢s detalles.
"El que no la tiene hecha no tiene sospecha. Yo agradezco la seguridad", apunta Manuel Rinc¨®n, procedente de Rep¨²blica Dominicana. El h¨²ngaro Janos Zsuzsuri afirma sentirse "m¨¢s protegido". S¨®lo un matrimonio mexicano critica la medida: "Les gusta hacerlo, pero no les gusta que se lo hagan a ellos", subraya Jes¨²s Camacho, refiri¨¦ndose a lo mal que ha sentado en Washington la decisi¨®n de Brasil de hacer rec¨ªproco el fichaje con los estadounidenses, al punto de que el secretario de Estado, Colin Powell, se ha quejado a su hom¨®logo brasile?o, Celso Amorin.
Aunque el plan US-Visit ha sido acogido con gran escepticismo internacional, Brasil es el ¨²nico pa¨ªs que ha tomado represalias y ha pedido que excluyan a sus ciudadanos de la lista de m¨¢s de 160 pa¨ªses afectados y los incluyan en la de los 27 exentos, Espa?a y la mayor¨ªa de Europa entre ellos, con excepci¨®n de los pasajeros que portan visados de trabajo o de estudio. A menos que la disputa diplom¨¢tica se resuelva, los impacientes estadounidenses seguir¨¢n teniendo que esperar horas para pasar las aduanas en R¨ªo o S?o Paulo. A diferencia de la brevedad del tr¨¢mite en EE UU, de 10 a 15 segundos como promedio, en Brasil ha habido retrasos de hasta nueve horas para tomar la foto y huellas dactilares de los gringos.
Diez deportaciones
Desde la entrada en vigor de US-Visit, el 5 de enero, EE UU ha fichado a 154.715 personas y deportado a 10 que eran delincuentes o presentaron documentaci¨®n falsa, como ha sido el caso de un salvadore?o que ya hab¨ªan deportado 12 veces y trat¨® de colarse de nuevo, explica Bill Strassberger, portavoz del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Su jefe, Tom Ridge, el zar antiterrorista, dijo al inaugurar el sistema que "forma parte de un plan m¨¢s amplio para garantizar que nuestras fronteras est¨¢n abiertas para los viajeros, pero cerradas para los terroristas".
Lo que Washington no ha delimitado es el tiempo que van a conservar los datos, y ha dejado en t¨¦rminos ambiguos c¨®mo se van a manejar. "No los queremos mantener de por vida, los guardaremos hasta que se despejen las amenazas de seguridad", recalca Strassberguer. Otras fuentes de Interior sostienen que "se purgar¨¢n los datos de personas alejadas de toda sospecha y se mantendr¨¢n los dem¨¢s. ?sa es la idea". Ridge "garantiza" el respeto a los derechos de privacidad del pasajero y asegura que "s¨®lo tendr¨¢n acceso" los funcionarios pertinentes. Que se sepa, tienen acceso los departamentos de Seguridad Nacional, Aduanas, Inmigraci¨®n, Transportes y Exteriores, as¨ª como el FBI y otras agencias policiales.
En un a?o de elecciones presidenciales la medida puede consolar a un sector de la poblaci¨®n estadounidense, siempre que no se pongan a hacer c¨¢lculos de probabilidades. Seg¨²n cifras del propio DHS, anualmente se registran 500 millones de entradas en EE UU por tierra, mar y aire (la cantidad de personas es muy inferior, puesto que muchos salen y entran varias veces).
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