A las duras y a las maduras

A finales de los a?os ochenta, la frecuencia de aplicaci¨®n de la retribuci¨®n variable en las retribuciones de los directivos en Espa?a se situaba en torno al 46%. ?nicamente el director de marketing se situaba por encima del 50%. Hoy, la media ponderada de aplicaci¨®n puede haber superado ya el 72% -71,4% en 2003- y los responsables del departamento de Marketing se acercan a pasos agigantados al 85% de los casos. Y es precisamente en estos momentos, con ejercicios duros, en los que los resultados de las empresas acusan los momentos dif¨ªciles, cuando la retribuci¨®n variable demuestra su raz¨®n de ser. El a?o 2001 fue el peor en ese sentido, ligeramente atenuado en 2002 y 2003.

A pesar de ello, la retribuci¨®n variable sigue campando a sus anchas y no son s¨®lo cada vez m¨¢s las empresas que la aplican, sino que tambi¨¦n aumenta considerablemente su peso espec¨ªfico en las n¨®minas de los que la reciben. Y sigue aumentando tambi¨¦n el n¨²mero de directivos que deciden apostar por la empresa con porcentajes mucho m¨¢s arriesgados.

Las retribuciones ligadas a objetivos o resultados aumentan tanto en el n¨²mero de empresas que la aplican como en su peso espec¨ªfico