La cabalgata televisada
En los ¨²ltimos tres a?os he cometido el error de presenciar la retransmisi¨®n de la cabalgata de Reyes en el programa de Telemadrid Madrid directo. Por tercer a?o consecutivo, cuando ya los Reyes se encontraban haciendo sus ofrendas en la plaza Mayor, he tenido una sensaci¨®n de desilusi¨®n, desasosiego y unas gotas de indignaci¨®n. Aunque no es bueno dar recomendaciones profesionales a otros, quiz¨¢s alguien deber¨ªa aclarar y advertir a los reporteros:
Que no tienen por qu¨¦ ser los m¨¢s dicharacheros porque este atributo lo consigui¨® una rana que hace mucho tiempo que se jubil¨®.
Que no es lo mismo retransmitir un partido de f¨²tbol o un suceso de violencia de sexo que la cabalgata de sus majestades los Reyes Magos por lo que los recursos que hay que utilizar son diferentes.
Que (en palabras de mi hija de 5 a?os) no pueden hacer "payasadas" mont¨¢ndose en un elefante y luego entrevistar a su majestad el rey Melchor como si cualquier cosa.
Que una imagen vale m¨¢s que mil palabras, especialmente cuando 999 de esas palabras son estupideces o muletillas de relleno.
Que sus majestades los Reyes de Oriente son magos y no necesitan hablar para expresar y transmitir ilusi¨®n, alegr¨ªa y felicidad.
Que las miradas, las sonrisas, los gestos, los saludos y la actitud de los Reyes de Oriente nos dicen mucho m¨¢s que las contestaciones verbales a las insulsas preguntas de los reporteros dicharacheros.
Que los espectadores de la cabalgata, en su mayor¨ªa ni?os, son inocentes, pero no est¨²pidos, y lo que quieren es disfrutar de sus majestades, no de unos reporteros dicharacheros y "superg¨¹ais" que no se callan ni aunque su majestad el rey Gaspar est¨¦ ofreciendo sus presentes al Ni?o Jes¨²s.
Que los protagonistas de la cabalgata son los dromedarios, los pajes, los elefantes y, por supuesto, los Reyes Magos, no unos periodistas que se afanan por demostrarnos lo simp¨¢ticos, divertidos y entretenidos que son.
Por estas razones y por otras que no digo porque rozar¨ªa la groser¨ªa, esta noche me quedar¨¦ despierto para poder ver a sus majestades y pedirles encarecidamente que el a?o que viene estos reporteros dicharacheros tengan un pel¨ªn de sentido com¨²n para dirigirse a sus majestades con el respeto que merecen y grandes cantidades de empat¨ªa para entender y meterse en la cabeza de los ni?os de esta ciudad.
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