Machismo y nuevo Gobierno
Casi un centenar de mujeres espa?olas, muchas catalanas, han sido asesinadas durante el a?o que acaba de concluir, cifra que ha aumentado en un 25% con respecto al a?o anterior y que ha sido la m¨¢s alta en la ¨²ltima d¨¦cada y la peor de Europa. Nadie puede negar que se trata de un tipo de violencia que va en aumento. En la mayor¨ªa de los casos se produce cuando la mujer, harta del maltrato que recibe de su marido o compa?ero, se quiere separar, y el precio de su libertad es la muerte.
Es un mal presagio que el primer d¨ªa del nuevo a?o ya se haya producido una v¨ªctima en Mallorca, Pilar Crevillente, y que tambi¨¦n haya afectado a sus dos hijos, que han resultado gravemente heridos. Si no se produce una acci¨®n pol¨ªtica decidida y m¨²ltiple, todo apunta a que este a?o al menos un centenar m¨¢s de mujeres van a ser asesinadas.
El maltrato psicol¨®gico o f¨ªsico no acaba siempre en asesinato, pero es masivo y afecta a millones de mujeres
La escalofriante cifra de los asesinatos de mujeres no se puede ver como un hecho aislado. Es resultado de siglos de dominio que han ejercido los hombres sobre las mujeres. A¨²n hoy existe una situaci¨®n de hegemon¨ªa machista (no deber¨ªamos tener miedo a la palabra) en la que los asesinatos no son m¨¢s que la punta del iceberg. El maltrato f¨ªsico o psicol¨®gico a las mujeres no siempre llega al asesinato, pero es masivo, afecta a millones de mujeres. Las medidas judiciales que demasiado lentamente se van tomando son de urgencia y tendr¨ªan que ser mayores, pero las pol¨ªticas para la igualdad no deber¨ªan quedarse ah¨ª, sino que habr¨ªan de trabajar hacia un cambio en la cultura, como admit¨ªa recientemente la magistrada Montserrat Comas d'Argemir, presidenta del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero. Un cambio en la educaci¨®n es fundamental. Ya desde la escuela, los hombres deben aprender a tratar a las mujeres de manera diferente, con respeto e igualdad.
A diferencia de otras sociedades europeas, la sociedad espa?ola viene de una tradici¨®n fuertemente machista. De hecho, la palabra macho tiene un significado diferente que mascle en catal¨¢n o male en ingl¨¦s y machismo ha pasado a ser una palabra internacional que no se traduce y, como es sabido, la lengua es un reflejo de la cultura. En la brillante y oportuna pel¨ªcula Te doy mis ojos, de Iciar Bolla¨ªn, que trata la violencia machista, se intenta mostrar la mentalidad del agresor en una terapia de grupo masculina. En la misma, los hombres sienten una gran agresividad hacia sus esposas, que ellas curiosamente intentan disimular y que los hombres expresan no s¨®lo a trav¨¦s de las palizas, sino tambi¨¦n en la manera que tienen de hablar con ellas. Para el agresor la mujer es una esclava dom¨¦stica y esta situaci¨®n es interiorizada y aceptada por las mismas mujeres, que aguantan situaciones de abuso durante a?os. Esta situaci¨®n se extiende en el ¨¢mbito del trabajo, con puestos m¨¢s duros, como el sector de la limpieza, y peor remunerados para las mujeres. Evidentemente, la confianza y seguridad que pueden tener las hijas y los hijos de las parejas que han vivido situaciones de abuso es escasa y este sector de la poblaci¨®n se ver¨¢ volcado probablemente hacia constantes situaciones de abuso en sus propias vidas. Es muy importante transmitir que el machismo es perjudicial para las mujeres, pero tambi¨¦n para los hombres. Las mujeres asesinadas tienen hijos, padres, hermanos y amigos que tambi¨¦n padecen las consecuencias de la p¨¦rdida y del abuso. En otros pa¨ªses europeos, las pol¨ªticas de g¨¦nero se producen a varios niveles. En la Gran Breta?a hay facilidades para acceder a cursos de formaci¨®n e igualdad en pensiones para trabajadores a jornada parcial, mayormente mujeres, cuyas condiciones profesionales han sido siempre deficientes. En educaci¨®n, se han financiado diversos programas para que las j¨®venes estudiantes cursen carreras en ¨¢reas tecnol¨®gicas y de telecomunicaciones. Otro objetivo prioritario es ayudar a las mujeres que se han dedicado a los hijos a volver al trabajo. Desde el a?o1998, las mujeres con cargos ejecutivos en la Administraci¨®n p¨²blica brit¨¢nica han aumentado del 18% al 25% y para 2005 se pretende conseguir que la cifra suba al 35%. Un objetivo m¨¢s ambicioso ha sido fijado en Noruega, donde el 40% de todos los puestos directivos, tanto en empresa p¨²blica como privada ser¨¢ una realidad en 2005. Durante la pasada campa?a electoral, una de las promesas del entonces candidato a la presidencia Pasqual Maragall fue formar un Gobierno con el 40% de mujeres. Al formarse una coalici¨®n de tres partidos, el presidente Maragall no ha podido ver cumplida su promesa ya que la formaci¨®n del Ejecutivo no estaba en sus manos solamente. Para compensar esta situaci¨®n deficiente, es necesario que la paridad se produzca en otros cargos directivos del Gobierno de la Generalitat ya que ¨¦ste tambi¨¦n deber¨ªa ser un inter¨¦s de los otros dos partidos que integran el Ejecutivo, ERC e ICV.
El hecho de que las mujeres desempe?en puestos de poder es positivo en el aspecto pr¨¢ctico, pero tambi¨¦n en el simb¨®lico, y muestra el avance democr¨¢tico alcanzado por una sociedad. Por otra parte, es fundamental que el Instituto Catal¨¢n de la Mujer deje de tener un papel decorativo.
Despu¨¦s del nulo inter¨¦s de CiU durante sus 23 a?os en igualar el n¨²mero de mujeres en los puestos de poder, es de un gran cinismo que Converg¨¨ncia critique ahora la situaci¨®n de la paridad. Con la coalici¨®n de izquierdas en el Gobierno catal¨¢n existe una gran oportunidad para empezar una verdadera lucha contra el machismo, una ideolog¨ªa basada en el sometimiento y el abuso, y as¨ª avanzar en la madurez democr¨¢tica. El nuevo Gobierno de izquierdas tiene el deber moral de tener ¨¦sta como una de sus prioridades. De hecho, se deber¨ªa conseguir un pacto entre todos o la mayor¨ªa de partidos pol¨ªticos para acabar con esta lacra. Es cuesti¨®n de justicia.
Irene Boada es profesora en la Universidad Ramon Llull.
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