Blindaje de Do?ana

El Parque Natural de Do?ana ha recibido dos buenos regalos de Navidad. Las administraciones estatal y auton¨®mica han incorporado 4.000 hect¨¢reas de terreno al ¨¢rea protegida, una de las m¨¢s importantes de Europa por el inter¨¦s biol¨®gico que atesora y su papel de hospedaje para las aves migratorias hacia o desde el continente africano.

La donaci¨®n del Ministerio de Medio Ambiente es la m¨¢s voluminosa. Aporta 3.400 hect¨¢reas que la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del Guadalquivir expropi¨® para poder intervenir en el blindaje del parque nacional contra el vertido t¨®xico que provoc¨® la ruptura de la balsa minera de Boliden. Pero son m¨¢s valiosas las 500 hect¨¢reas que la Junta de Andaluc¨ªa incorpora al cintur¨®n de protecci¨®n del parque, pues significan un l¨ªmite a la irrefrenable ocupaci¨®n de la costa por el ladrillo. Esas 500 hect¨¢reas corresponden a los terrenos donde se proyectaba levantar el famoso proyecto inmobiliario Costa Do?ana, que pretend¨ªa extender una muralla de apartamentos y hoteles desde Matalasca?as y a lo largo de la costa onubense.

Los alcaldes de la zona lo defend¨ªan ardientemente, como muchos otros ediles que siguen confundiendo el desarrollo de sus municipios con hacer caja mediante licencias de obras. De haberse mantenido el proyecto, Do?ana habr¨ªa quedado tocado de muerte. El mantenimiento de una reserva natural tan singular, donde el recurso h¨ªdrico permite un delicad¨ªsimo equilibrio para su ecosistema, es incompatible con el consumo de recursos naturales derivado de una invasi¨®n tur¨ªstica como la proyectada.

Cuando la presi¨®n de cient¨ªficos y ecologistas movi¨® a la Junta de Andaluc¨ªa a paralizar la iniciativa y ofrecer la permuta de terrenos a los promotores inmobiliarios, sobre los terrenos pesaba ya una cascada de hipotecas. Esta carga es lo que ha lastrado durante m¨¢s de doce a?os unas negociaciones en busca de un acuerdo al que s¨®lo le faltan las firmas. A los due?os de Costa Do?ana se les ceden terrenos urbanizables junto al casco urbano de Mazag¨®n, a cambio de que se incorporen sus tierras -una franja de dunas f¨®siles muy transitada por linces- al per¨ªmetro protegido.

El acuerdo es importante porque va contra corriente. No hace mucho un responsable pol¨ªtico de la Comunidad Valenciana afirmaba que la Ley de Costas s¨®lo podr¨ªa aplicarse a menos del 10% de su litoral: el resto ya est¨¢ edificado.